Versículo para hoy:

sábado, 4 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 

I. Cosas a las que renunció Moisés

Primero, entonces, hablaré de a lo que Moisés renunció y lo que rechazó.

Moisés dejó atrás tres cosas por el bien de su alma. Sentía que su alma no sería salva si no las dejaba, así que renunció a ellas. Y al hacerlo, afirmo que hizo tres de los sacrificios más grandes que el corazón del hombre puede hacer. Veamos.

(a) Renunció a su jerarquía y grandeza.

"Rehusó llamarse hijo de la hija de faraón". Todos conocemos su historia. La hija de faraón había preservado su vida cuando él era un infante. E hizo más: Lo adoptó y educó como si hubiera sido su propio hijo.

Según los historiadores, ella era la única hija de faraón. ¡Algunos van más allá y dicen que por lógica, Moisés algún día sería Rey de Egipto1! Esto puede o no, ser cierto; no podemos saberlo. Baste decir que, por su relación con la hija de faraón, Moisés pudiera haber sido, si hubiera querido, un gran hombre según los parámetros humanos. Si se hubiera contentado con la posición en que se encontraba en la corte egipcia, fácilmente hubiera estado entre los principales (o ser el principal) en la tierra de Egipto.

Pensemos por un momento en lo grande que era esta tentación.

Era un hombre con pasiones similares a las nuestras. Pudiera haber tenido toda la grandeza que el mundo puede ofrecer. Tenía por delante y a su alcance: jerarquía, poder, posición, honor, títulos y categoría. Estas son cosas por las que muchas personas están luchando continuamente. Estos son los premios por los que el mundo corre sin cesar para obtener. Ser alguien, ser admirado, subir de posición en la sociedad, tener un título antes de su nombre, son cosas por las cuales muchos sacrifican su tiempo, sus pensamientos, su salud y su vida misma. Pero Moisés no los aceptó como regalos. Les dio la espalda. Los rechazó. ¡Renunció a ellos!

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 1En los países orientales se aprovecha la libertad de adoptar hijos que no son de la misma sangre y otorgarles los privilegios de los hijos que sí tienen consanguinidad. Esta libertad se practica extensamente.

viernes, 3 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 

8. Moisés: Un ejemplo

"Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón". 
Hebreos 11:24-26

El carácter de la mayoría de los santos insignes de Dios, según consigna y describe la Biblia, constituyen una parte muy provechosa de las Sagradas Escrituras. Las doctrinas, los principios y preceptos abstractos, son todos muy valiosos a su manera; pero, al final de cuentas, nada es más útil que un modelo o un ejemplo. ¿Queremos saber qué es santidad práctica? Tomemos asiento y estudiemos la figura de un personaje enteramente santo. Me propongo presentar en este capítulo la historia de un hombre que vivió por fe, dejándonos un modelo de lo que puede hacer la fe para promover la santidad del carácter. A todos los que quieren saber lo que significa "vivir por fe", les ofrezco a Moisés como ejemplo.

El capítulo once de la Epístola a los Hebreos de donde tomé mi texto, es un gran capítulo: Merece ser impreso en letras de oro. Me es fácil creer que tiene que haber sido alentador y reconfortante para los judíos convertidos. Me imagino que ningún miembro de la iglesia primitiva habrá tenido tanta dificultad en la profesión del cristianismo como los hebreos. El camino era angosto para todos, pero principalmente para ellos. La cruz era pesada para todos, pero seguramente ellos tenían que llevar un peso doble. Y este capítulo tiene que haberlos reanimado como una bebida refrescante; como "sidra al desfallecido". Sus palabras deben haber sido "panal de miel,... suavidad al alma y medicina para los huesos" (Pr. 31:6; 16:24).

Los tres versículos que me dispongo a explicar distan de ser los menos interesantes del capítulo. En realidad, pienso que ninguno, si acaso alguno, reclama con tanta fuerza nuestra atención. Y explicaré por qué lo digo.

Me parece a mí que la obra de la fe descrita en la historia de Moisés se aplica de un modo especial a nuestro propio caso. Los hombres de Dios mencionados en la parte anterior del capítulo son todos, ejemplos indudables. No podemos hacer literalmente lo que la mayoría de ellos hacía, pero podemos beber de su espíritu. No somos llamados a ofrecer literalmente un sacrificio como Abel, ni construir literalmente un arca como Noé, ni literalmente dejar nuestro país y vivir en carpas, ni ofrecer literalmente en sacrificio a nuestro Isaac como Abraham. Pero la fe de Moisés se aplica más a nosotros. Parece operar de una manera que es más parecida a nuestra experiencia. Le hizo tomar una línea de conducta como tenemos que hacerlo a veces nosotros en la actualidad, cada uno en nuestro propio peregrinar, si queremos ser cristianos congruentes. Y por esta razón, creo que estos tres versículos merecen una consideración especial.

Ahora bien, no tengo más que las cosas más sencillas para decir acerca de ellos. Sólo trataré de mostrar la grandeza de lo que hizo Moisés y el principio en el cual las basó. Y entonces, quizás, estemos mejor preparados para recibir la enseñanza práctica que estos versículos parecen contener para todo aquel que quiera recibirla.

jueves, 2 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 
(26) "No se desanime si no le parece que el Padre lo entregó a usted al Hijo. Puede ser que usted no lo note. Muchos que le son dados no se dan cuenta durante mucho tiempo. Sí, no veo ningún peligro en decir que muchos de los dados al Hijo quizá estén en oscuridad, que tengan dudas y temores en cuanto a esto, hasta que el último y más brillante día lo declare y hasta que haya sido dictada la última sentencia. Por lo tanto, si alguno de ustedes no sabe de su propia elección, no se desanime: Puede haber sido elegido, aunque no lo sepa". -Sermons on the Lord's Prayer (Sermones sobre el Padrenuestro), por Robert Traill, ministro del evangelio en Londres y a veces en Cranbrook, Kent, 1690.

(27) "La seguridad no es esencial para la salvación. Es una fe fuerte, pero leemos igualmente de una fe débil, de poca fe... como un grano de mostaza. La verdadera fe salvadora en Cristo se distingue únicamente por sus diferentes grados, pero en cada etapa y en cada persona es universalmente de la misma clase". -Sermones, por el Rev. John Newton, en un tiempo párroco de Olney y Rector de St. Mary, Woolnorth, Londres, 1767.

(28) "No hay razón alguna para que los creyentes débiles lleguen a una conclusión negativa sobre sí mismos. La fe débil une a Cristo tan fehacientemente como una fe fuerte, así como el brote más pequeño de la vid toma savia y vida de la raíz, igual como lo hace la rama más fuerte. Por lo tanto, los creyentes débiles tienen abundantes razones para estar agradecidos y, mientras siguen adelante creciendo en la gracia, no tienen que ignorar lo que ya han recibido". -Una carta del Rev. Henry Venn, 1784.

(29) "La fe necesaria y suficiente para nuestra salvación no es seguridad. Su tendencia es, sin duda, producir una expectativa entusiasta del favor divino que avanzará hacia una confianza total. Pero la confianza en sí misma no es la fe de la que estamos hablando, ni se incluye necesariamente en ella. No, es algo totalmente distinto. La seguridad, por lo general, va acompañada de una gran medida de fe. Pero hay personas sinceras que tienen poca fe o en quienes el ejercicio de esa gracia puede estar muy obstruido. Cuando prevalecen tales defectos y obstáculos, es de esperar que surjan muchos temores y aflicciones". -The Christian System (El sistema cristiano), por el Rev. Thomas Robinson, párroco de St. Mary, Leicester, 1795.

(30) "La salvación y el gozo de la salvación, no siempre son simultáneos. Este último no siempre acompaña al primero en su experiencia presente. Un enfermo puede estar en proceso de recuperación, pero aun así tener dudas en cuanto a su salud. El dolor y la debilidad pueden causar que vacile. Un niño puede ser heredero de su propiedad o reino y, no obstante, no derivar ningún gozo ante la perspectiva de su futura herencia. Puede ser incapaz de trazar su genealogía o leer sus títulos de propiedad y el testamento de su padre o, teniendo capacidad para leerlos, puede ser que no comprenda su significado y, quizá, su guardián o albacea considere mejor mantenerlo en la ignorancia por un tiempo. Pero su ignorancia no afecta la validez del título de sus propiedades. Sentir la seguridad personal de ser salvo no se relaciona necesariamente con la fe. No son esencialmente lo mismo. Todo creyente de hecho puede inferir, por el efecto producido en su propio corazón, su propia seguridad y sus privilegios; pero muchos que realmente creen, desconocen la palabra de justicia y no podrían llegar, valiéndose de premisas bíblicas, a la conclusión de que estarían justificados". -Lectures on the 51st Psalm (Discursos sobre el Salmo 51), por el Rev. Thomas Biddulph, ministro de St. James, Bristol, 1830.

miércoles, 1 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 

(21) "Hay aquellos que dudan y, por dudar, multiplican su desconfianza, llegando a la conclusión de que no tienen fe porque encuentran tantas y tan frecuentes dudas dentro de sí mismos. Pero esto es un gran error. Puede haber algunas dudas, aun donde hay mucha fe; y puede haber poca fe donde hay muchas dudas. Nuestro Salvador requiere y se deleita con los que tienen una fe fuerte y firme en él, pero no rechaza a los menos y más débiles". -Lectures on the first nine chapters of St. Matthew (Discursos sobre los primeros nueve capítulos del Evangelio de Mateo), por el arzobispo Leighton, 1670.

(22) "En el pasado, muchos hombres de gran renombre y eminencia han colocado a la fe verdadera en un grado no menor que la seguridad o la confianza segura del perdón de los pecados, la aceptación de sus personas y su salvación futura. Pero esto es muy triste e intranquilizador para muchas almas vacilantes y solitarias, que llegan a la conclusión de que los que no sienten seguridad, no son objeto de la gracia, lo cual les ha dado a los papistas una gran ventaja. Fe no es seguridad. Pero esta última, a veces, corona y recompensa a una fe fuerte, vigorosa y heroica por el Espíritu de Dios irrumpiendo en el alma con una luz como evidencia y arrasando con toda esa oscuridad, esas dudas y esos temores que antes la abrumaba". -Obispo Hopkins escribiendo sobre los Pactos, 1680.

(23) "Falta de seguridad no es incredulidad. Los espíritus desalentados pueden ser creyentes. Hay una diferencia manifiesta entre la fe en Cristo y la consolación de esa fe, entre creer para vida eterna y saber que tenemos vida eterna. Hay una diferencia entre el hecho de que un niño tenga derecho a una propiedad y su conocimiento total del título que lo acredita con tal derecho. El carácter de la fe puede estar escrito en el corazón, como letras grabadas en un sello, pero lleno de tanto polvo que estas no se pueden distinguir. El polvo impide la lectura de las letras pero no las borra". -Discourses (Discursos) por Stephen Charnok, de Emmanuel College, Cambridge, 1680.

(24) "Algunos roban su propia tranquilidad, colocando a la fe salvadora en la seguridad total. Fe y seguridad de fe, son dos privilegios diferentes y separados. Usted realmente puede haber recibido a Cristo sin el conocimiento ni la seguridad de haberlo recibido. Algunos dicen: «Tú eres mi Dios», cuando Dios nunca les ha dicho: «Tú eres mi pueblo». Estos no tienen derecho a ser llamados hijos de Dios; hay otros, de quienes Dios dice: «Este es mi pueblo», pero ellos no se atreven a llamarlo «su Dios»; estos tienen derecho de ser llamados de Dios, pero no lo saben. Han recibido a Cristo, esa es, de hecho su seguridad, pero no han recibido el conocimiento y seguridad de ello, ese es su problema... El padre reconoce a su hijo en la cuna, pero el bebé todavía no sabe que es su padre". -Method of Grace (El método de la gracia), por John Flavel, Ministro del evangelio en Dartmouth, Devon, 1680.

(25) "El que confiesa una fe débil tiene mucha paz con Dios, por medio de Cristo, pero no tanta paz como aquel que tiene mucha fe. La fe débil ciertamente llevará al cristiano al cielo, tanto como la fe fuerte, porque es imposible que la medida más pequeña de verdadera gracia perezca, siendo toda semilla incorruptible; pero no es probable que el cristiano débil que duda, tenga un viaje placentero como otro que tiene mucha fe. Aunque todos en la embarcación llegan a puerto seguro, el que sufrió mareos todo el trayecto no habrá tenido un viaje tan agradable como el que es fuerte y saludable". -The Complete Christian Armour (La armadura completa del cristiano), por William Gurnall, en algún momento rector de Lavenbam, Suffolk, 1680.