Versículo para hoy:

lunes, 11 de enero de 2016

Puedes ser conocida por Dios - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – ENERO 11

“Yo he rogado por ti”. Lucas 22:32.

¡CUAN animador es pensar en la incesante intercesión del Redentor en favor nuestro! Cuando oramos, él aboga por nosotros; y cuando no oramos, él defiende nuestra causa y, por sus súplicas, nos protege de los daños invisibles. Observa la palabra de aliento dirigida a Pedro: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero…” -¿qué?, ¿pero ve y ora por ti? Este hubiera sido un buen consejo, pero no es lo que hallamos escrito. Ni le dijo: “Pero yo te mantendré alerta, y así serás preservado”. Esto hubiera sido una grande bendición. Pero no; lo que le dijo es esto: “Yo he rogado por ti, para que tu fe no falte”. Poco conocemos lo que debemos a las oraciones de nuestro Señor. Cuando lleguemos a la cumbre del cielo y miremos todo el camino por el cual el Señor nuestro Dios nos ha guiado, ¡cómo alabaremos al que, ante el trono eterno, desbarató el daño que Satanás estaba haciendo en la tierra! ¡Cuántas gracias le daremos porque él nunca estuvo en silencio, sino día y noche mostró las heridas de sus manos y llevó nuestros nombres en su pectoral! Aun antes que Satanás empezara a tentarnos, Jesús lo anticipó e introdujo una petición en el cielo. La misericordia le gana la carrera a la malicia. Observa: él no dice: “Satanás os ha zarandeado, y, por lo tanto, yo rogaré”, sino: “Satanás os ha pedido”. Él ataja a Satanás aun en sus mismos deseos. Jesús no dice: “Pero, yo he deseado rogar por ti”. No, sino dice: “Yo he rogado por ti; ya lo he hecho; he ido al tribunal e inicié una réplica antes que se presentase la acusación”. ¡Oh! Jesús, cuánto nos alienta saber que tú has abogado nuestra causa contra nuestros enemigos invisibles, que has contraminado sus minas, y que has desenmascarado sus emboscadas. En esto tenemos motivo para el gozo, la gratitud, la esperanza, y la confianza.

Charles Haddon Spurgeon.