Versículo para hoy:

miércoles, 4 de febrero de 2015

EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA - Pr. Otto Sánchez

La Realidad de las Aflicciones - Pr. Salvador Gómez Dickson

LA PROPICIACIÓN: EL RESULTADO DE LA CRUZ I - Oskar Arocha

Profundicemos en nuestra teología: 

La propiciación en la cruz



Un gran contraste - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 4

"El amor de Jehová". Oseas 3:1.

CREYENTE, echa una mirada retrospectiva a través de tu experiencia y recuerda el camino del desierto por el cual el Señor te guió. Considera cómo te ha alimentado y vestido todos los días, cómo soportó tu mala conducta, cómo sufrió tus murmuraciones y tus ansias por las ollas de Egipto, cómo abrió la roca para satisfacer tu sed y cómo te alimentó con el maná que descendió del cielo. Piensa cómo su gracia te bastó en tus tribulaciones, cómo su sangre te limpió de todo pecado y cómo su vara y su cayado te infundieron aliento. Cuando hayas considerado el amor que Dios te tuvo en el pasado, procura entonces que la fe te haga ver el amor que te tendrá en el futuro, pues, recuerda, el pacto y la sangre de Cristo tienen en sí algo más que el pasado. El que te amó y perdonó, nunca cesará de amar y perdonar. El es el alfa y será también la omega: el primero y el último. Por lo tanto, ten presente, que cuando pases por el valle de la sombra de la muerte, no tienes que temer mal alguno, porque él está contigo; cuando estés en las frías aguas del Jordán no tienes necesidad de temer, pues la muerte no te puede separar de su amor, y cuando entres en los misterios de la eternidad no tienes que temblar "pues estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro". Alma, ¿no reaviva esto tu amor? ¿No te induce a amar a Jesús? Un vuelo a través del ilimitado espacio del éter del amor, ¿no inflama tu corazón y te impulsa a deleitarte en el Señor tu Dios? A medida que meditamos en "el amor de Jehová" nuestros corazones arden en nosotros y ansiamos amarlo más.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.