Versículo para hoy:

lunes, 3 de octubre de 2016

Abraza el  quebrantamiento - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Cuando surgen problemas en tu iglesia, es una oportunidad para el crecimiento.

Tomado de Nancy Leigh DeMoss. Programa radial emitido Octubre 3, 2016. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

LECTURAS VESPERTINAS – OCTUBRE 3

“El mismo padeció siendo tentado”. Hebreos 2:18.

“JESÚS fue tentado como yo” es una expresión bien conocida, pero, sin embargo, sabe a néctar al corazón fatigado. Tú has oído esta verdad muchas veces, pero, ¿la has comprendido? Jesús fue tentado por los mismos pecados que a nosotros nos hacen caer. No separemos a Jesús de nuestra común naturaleza humana. Tú estás atravesando ahora un cuarto oscuro, pero Jesús lo atravesó antes que tú. Tú estás empeñado en una dura lid, pero Jesús tuvo que hacer frente al mismo enemigo. Estemos de buen ánimo; Cristo llevó la carga antes que nosotros y las pisadas del Rey de gloria, manchadas de sangre, pueden verse a lo largo del camino que nosotros atravesamos en este momento. Hay algo aún más agradable: Jesús fue tentado, pero nunca pecó. Por consiguiente, alma mía, no es preciso que tú peques, porque Jesús fue hombre, y si un hombre sufrió esas tentaciones y no pecó, entonces, con su poder, los miembros pueden también dejar de pecar. Algunos que se inician en la vida divina piensan que no pueden ser tentados sin pecar, pero se equivocan. No es pecado ser tentado, sino caer en la tentación. Aquí hay aliento para los que son terriblemente tentados. Hay aún más motivo para animarlos si consideran que el Señor Jesús, aunque fue tentado, triunfó gloriosamente; y, como él venció, así también vencerán sus seguidores, pues Jesús es el representante de su pueblo. La Cabeza ha triunfado y los miembros comparten la victoria. Los temores son innecesarios, pues Cristo está con nosotros, armado, para defendernos. Nuestro lugar de seguridad es el pecho del Salvador. Quizás ahora mismo estemos bajo tentación con el fin de ser llevados más cerca de él. ¡Bendito sea cualquier viento que nos lleve al puerto del amor de nuestro Salvador! ¡Felices las heridas que nos hicieron buscar a nuestro amado Médico! ¡Oh!, vosotros los que sois tentados, acercaos a vuestro tentado Salvador, pues él puede compadecerse de vuestras flaquezas y socorrerá a todo el que esté probado.

Charles Haddon Spurgeon.