Versículo para hoy:

lunes, 7 de marzo de 2016

La santidad y la cruz - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – MARZO 7

“Mejor es esperar en Jehová que esperar en hombre”. Salmo 118:8.

SIN duda, el lector ha sido tentado con la tentación de confiar en las cosas que se ven, en lugar de descansar sólo en el Dios invisible. Los cristianos a menudo esperan del hombre ayuda y consejo y perjudican el noble candor de su confianza en Dios. Si la porción de esta noche da con los ojos de algún hijo de Dios, que está ansioso por las cosas temporales, entonces quisiéramos razonar con él unos momentos. Tú confías en Jesús y sólo en Jesús para tu salvación, ¿por qué entonces estás turbado? –Por mi gran ansiedad- ¿No está escrito: “Echa sobre Jehová tu carga”? “Por nada estéis afanosos, sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego”. ¿No puedes confiar en Dios para las cosas temporales? -¡Ah!, yo quisiera poder hacerlo así- Si no puedes confiar en Dios para las cosas temporales, ¿cómo te atreverás a confiar en él para las espirituales? ¿Puedes confiar en él para la redención de tu alma y no puedes hacer lo mismo para las bendiciones menores? ¿No es Dios suficiente para tus necesidades? ¿O es su omnisuficiencia demasiado escasa para satisfacerlas? ¿Necesitas otro ojo aparte del suyo, que ve todo lo secreto? ¿Desfallece su corazón? ¿Es débil su brazo? Si es así, busca a otro Dios. Pero si es infinito, omnipotente, fiel, verdadero y omnisapiente, ¿por qué vagas tanto en busca de otra confianza? ¿Por qué remueves la tierra para hallar otro fundamento, cuando ella es suficientemente fuerte para soportar todo el peso que puedas alguna vez edificar sobre ella? Cristiano, no mezcles tu vino con agua; no ligues el oro de tu fe con la escoria de la confianza humana. Espera sólo en Dios y depende sólo de él. No codicies la calabaza de Jonás, mas descansa en el Dios de Jonás. Deja que los necios elijan los arenosos fundamentos de la confianza terrenal; tú haz como el que prevé la tormenta: Edifica para ti un lugar firme sobre la Roca de los Siglos.

Charles Haddon Spurgeon.