Versículo para hoy:

martes, 1 de agosto de 2023

AGOSTO 1 – LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Ruégote que me dejes ir al campo, y recogeré espigas”. Rut 2:2.

ABATIDO y turbado cristiano, ven y espiga hoy en el amplio campo de la promesa. Aquí abundan las preciosas promesas, que satisfacen precisamente tus necesidades. Considera esta: “La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará”. ¿No se adapta esto a tu caso? Una caña desvalida, insignificante y débil; una caña cascada, de la cual no sale música, y que es más débil que la misma debilidad. Aunque tú seas una caña cascada, él no te quebrará, sino que te restaurará y fortalecerá. Tú eres semejante al pábilo que humea; ni luz ni calor proceden de ti; sin embargo no te apagará. Soplará con su suave aliento de misericordia hasta transformarte en una llama. ¿Quieres recoger otra espiga? “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar”. ¡Qué suaves palabras! Tu corazón es tierno, y el Maestro lo conoce; es por eso que te habla tan suavemente. ¿No quieres obedecerlo y venir a él ahora mismo? Toma esta otra espiga de grano: “No temas, gusano de Jacob, yo te socorreré, dice Jehová y tu Redentor, el Santo de Israel”. ¿Cómo puedes temer, teniendo una seguridad tan admirable como esta? Tú puedes recoger diez mil espigas de oro como estas: “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como a niebla tus pecados”. “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. “El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida de balde”. El campo de nuestro Maestro es muy rico; he aquí los manojos. ¡Mira, están delante de ti, tímido creyente! Júntalos, aprópiatelos, pues Jesús te ordena tomarlos. “No temas, cree solamente”. Toma estas dulces promesas, desgránalas con la meditación, y aliméntate de ellas con gozo.

JULIO 31 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Yo en ellos". Juan 17:23.


SI tal es la unión que existe entre nuestras almas y la persona de nuestro Señor, ¡cuán profundo y amplio es el canal de nuestra comunión! Este no es un conducto estrecho por el que sólo una reducida corriente de agua puede seguir su curso; es, más bien, un canal de asombrosa anchura y profundidad, a lo largo de cuya gloriosa extensión, un importante volumen de aguas vivas hacen rodar sus torrentes. He aquí, él ha puesto delante de nosotros una puerta abierta; no tardemos en entrar. Esta ciudad de comunión tiene muchas puertas de perlas. Cada una de las distintas puertas es de una perla, y cada puerta está completamente abierta para que podamos entrar, seguros de ser bienvenidos. Si sólo hubiese una pequeña abertura por la que pudiésemos hablar con Jesús, sería un alto privilegio el hacer pasar una palabra de comunión a través de la puerta estrecha. ¡Cuán bendecidos somos, al contar con tan amplia entrada! Si el Señor estuviese lejos de nosotros, separado por muchos y tempestuosos mares, ansiaríamos enviarle un mensajero que le llevara nuestro amor y nos trajese nuevas de la casa de su Padre. Pero, mira su bondad: El ha edificado su casa cerca de la puerta de la nuestra; más aún: El se hospedó con nosotros y reside en pobres y humildes corazones, para tener con nosotros perpetuas relaciones. ¡Oh!, cuán necios somos si no vivimos en constante comunión con él. Cuando el camino es largo, peligroso y dificultoso, no tenemos que admirarnos si los amigos rara vez se encuentran, pero cuando viven juntos, ¿cómo olvidará Jonatán a su David? Una esposa, cuando su marido está de viaje, queda muchos días sin sostener con él conversación, pero si está en una de las piezas de su casa, no podría resignarse a estar separada de él. Creyente, ¿por qué no te sientas en su banquete de amor? Busca a tu Señor, pues está cerca. Abrázalo, que es tu hermano; tenlo fuertemente, pues es tu esposo.