Versículo para hoy:

jueves, 18 de junio de 2015

El llamado más alto - Nancy Leigh DeMoss

Cualificación - Nancy Leigh DeMoss

EL PECADO QUE HABITA EN NOSOTROS - Charles H. Spurgeon

Sermón predicado el domingo 1 de junio de 1856.

"Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil." - Job 40:3,4.

Seguramente si algún hombre tenía el derecho de decir, yo no soy vil, era Job; pues de conformidad al testimonio del propio Dios, él era "varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal." Sin embargo descubrimos que este eminente santo, cuando por su cercanía con Dios recibe suficiente luz para darse cuenta de su propia condición, exclama: "He aquí que yo soy vil." Estamos seguros que eso que Job se vio forzado a decir, se aplica también a cada uno de nosotros, seamos hijos de Dios o no; y si somos partícipes de la gracia divina, esto se convierte en un tema de gran consideración para nosotros, pues aunque seamos nosotros mismos regenerados, debemos exclamar cada uno a nombre propio: "He aquí que yo soy vil."
Es una doctrina enseñada por la Sagrada Escritura, según lo creo yo, que cuando un hombre es salvado por la gracia divina, no es purificado completamente de la corrupción de su corazón. Cuando nosotros creemos en Jesucristo, todos nuestros pecados son perdonados; sin embargo, el poder del pecado, aunque es debilitado y mantenido bajo el dominio de la naturaleza nacida de nuevo que Dios infunde en nuestras almas, no cesa, sino que se queda en nosotros, y se quedará hasta el día en que nos muramos. Es una doctrina sostenida por todos los teólogos ortodoxos, que los deseos de la carne todavía habitan en el hombre regenerado, y que lo depravado de la naturaleza carnal todavía permanece en los corazones de quienes son convertidos por la misericordia de Dios.

"Si somos sacudidos a nivel de nuestro razonamiento, seremos sacudidos a nivel de nuestras emociones" - Pastor Miguel Nú...
Posted by Ministerios Integridad & Sabiduría on Miércoles, 17 de junio de 2015

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