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martes, 10 de septiembre de 2019

Cuando la oración empeora la ansiedad - Kevin Halloran

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10 de setiembre – EL LADRÓN QUE CREYÓ

Luego dijo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino». Lucas 23:42.

Nota que este hombre creyó en Jesucristo cuando literalmente lo vio sufriendo la muerte de un malhechor bajo las circunstancias más vergonzosas posibles. Tú nunca te has dado cuenta lo que significa ser crucificado. Eso va más allá de nuestra experiencia. Este hombre lo vio con sus propios ojos y llamar «Señor» a quien estaba colgando de un madero, fue un gran triunfo de fe. Decirle que lo recordara cuando viniera en su reino, a pesar de verlo desangrándose y a punto de morir, fue un significativo acto de confianza, un noble acto de fe.

Recuerda también que en ese momento, cuando el ladrón confió en Jesús, todos sus discípulos lo habían abandonado y habían huido. Puede ser que Juan estuviera observando a una cierta distancia y que algunas santas mujeres estuvieran un poco más lejos, pero ninguno estuvo presente para ver morir a Jesús. Judas lo vendió, Pedro lo negó y el resto lo abandonó. Fue entonces que el ladrón moribundo llamándolo «Señor» le dijo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino». A eso yo llamo una fe gloriosa. Algunos de ustedes no creen, a pesar de estar rodeados de amigos cristianos, a pesar de que pueden ver el testimonio de aquellos que están a su lado. Sin embargo, aquel hombre que estaba solo, ¡le implora a Jesús y lo llama su Señor! Después que Jesús muriera el centurión creyó, pero antes, este ladrón fue el único que confesó la fe y se aferró al Salvador cuando no había nadie más que dijera «Amén» a lo que había dicho.

A través de la Biblia en un año: Salmos 103-106

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.