Versículo para hoy:

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿Qué significa que no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? - Pr. Sugel Michelén

Antes de pasar a considerar el significado de Rom. 6:14, uno de los textos favoritos de los antinomianos, quisiera compartir con Uds. una historia ficticia que escuché hace unos años y que puede ilustrar lo que Pablo nos enseña en este pasaje.
Imaginemos a un hombre que vive en un reino gobernado por un tirano cruel, que tiene a todos sus súbditos sometidos totalmente a su voluntad. Este tirano impone sus deseos malvados sobre cada uno de sus siervos, y en vez de recompensarlos por su obediencia los maltrata y los tortura.
Ante esta terrible situación, el hombre de nuestra historia ha intentado escapar varias veces del reino, pero siempre fracasa en su intento. Pronto se da cuenta de que es imposible escapar de allí. Las murallas que rodean el reino son muy altas, y la única puerta de acceso, tanto para salir como para entrar, siempre se mantiene estrechamente vigilada.
Triste y abatido el hombre de nuestra historia llega a la conclusión de que hay una sola forma de escapar de esta terrible tiranía: a través de la muerte. Así que no le queda más remedio que esperar a que llegue ese momento, pues de ningún modo iba a disponer él mismo de su propia vida.
Pero no lejos de allí hay otro reino, gobernado por un rey justo y bueno, cuyas órdenes y decretos siempre procuran el bien de sus súbditos. Este rey ha logrado libertar a varios de los siervos de aquel tirano cruel, y ahora se dispone a libertar a este otro, sólo que su método de liberación es sumamente extraño.
Como nadie puede escapar de allí si no es a través de la muerte, de alguna manera éste rey bueno y justo se las ingenia para penetrar en la ciudad y matar al siervo oprimido que anhelaba ser libertado de las garras del tirano.
Y ahora que el individuo ha muerto, las autoridades del reino hacen con él lo que se suele hacer en estos casos: lo sacan de la ciudad y lo entierran en el cementerio que está del otro lado del muro. Por fin el hombre ya no se encuentra bajo aquella terrible tiranía; ha sido libertado por medio de la muerte.
Pero ahí no termina la historia. Una vez dejan solo su cadáver fuera de la ciudad, el rey bueno y justo viene al cementerio, lo resucita, y lo lleva a formar parte de su reino de justicia y de bondad, donde este hombre, lleno de gratitud hacia Su nuevo rey, se esfuerza por agradarlo y obedecerlo en todo. Continuar leyendo...

Fuente: © Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo