Versículo para hoy:

domingo, 7 de agosto de 2022

Agosto 7 La oración en la casa del Padre - OSWALD CHAMBERS

"¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre?", Lucas 2:49

La infancia de nuestro Señor no fue una adultez inmadura, su infancia es un hecho eterno. ¿Yo soy un hijo de Dios, santo e inocente mediante la identificación con mi Señor y Salvador? ¿Considero mi vida como si estuviera en la casa de mi Padre? ¿Habita el Hijo de Dios en la casa de su Padre dentro de mí? 

Dios es la realidad permanente y su orden me llega momento tras momento. ¿Estoy siempre en contacto con la realidad de Dios, o solamente oro cuando las cosas van mal, cuando hay una perturbación en mi vida? Tengo que aprender a identificarme con mi Señor en una comunión santa, en ciertas formas que algunos de nosotros no hemos empezado a aprender todavía. Me era necesario estar en la casa de mi padre y vivir en ella cada momento de mi vida. 

Piensa en tus propias circunstancias. ¿Estás tan identificado con la vida de nuestro Señor que eres simplemente un hijo de Dios que le habla todo el tiempo y que comprende que todo viene de sus manos? ¿El Hijo eterno que vive en ti está viviendo en la casa de su Padre? ¿Se está manifestando a través de ti la gracia de su vida que ministra, en tu hogar, en tu negocio y en tu círculo de amigos? ¿Has venido preguntándote porqué estás pasando por ciertas circunstancias? De hecho, no es que tengas que pasar por ellas, las vives por causa de la relación en la que ha entrado el Hijo de Dios contigo, según la providencia del Padre en tu condición específica como santo de Dios. Debes permitirle hacer su voluntad contigo, permaneciendo en una perfecta unión con Él. 

La vida de tu Señor se debe convertir en tu vida, sencilla y vital. La manera como Él obró y vivió entre la gente mientras estuvo aquí en la tierra debe ser la manera como Él obra y vive en ti.

Agosto 6 La cruz en la oración - OSWALD CHAMBERS

"En aquel día pediréis en mi nombre", Juan 16:26

Somos muy dados a pensar en la cruz como en algo por lo cual tenemos que pasar. Sin embargo, pasamos por ella sólo para entrar en ella.

La cruz sólo tiene un significado para nosotros: una completa y absoluta identificación con el Señor Jesucristo y no hay nada en lo cual esta identificación se haga más real que en la oración.

"Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis", Mateo 6:8. Entonces, ¿porqué debemos pedir? La intención de la oración no es conseguir respuestas de Dios, sino tener una perfecta y completa unidad con Él. Si oramos sólo porque queremos el resultado, nos enojaremos con Dios. La oración es contestada cada vez que oramos pero no siempre viene en la manera que esperamos y nuestro enojo espiritual muestra el rechazo a identificarnos verdaderamente con nuestro Señor en la oración. No estamos aquí para probar que Dios contesta, sino para ser monumentos vivientes de la gracia divina. 

"No os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama", Juan 16:26-27. ¿Has alcanzado un nivel tal de intimidad con Dios que lo único que cuenta para tu vida de oración es que se vuelva una con la del Señor Jesucristo? ¿Ha reemplazado Él tu vida por la suya? Si es así, en aquel día estarás tan identificado con Jesús que no habrá distinción. 

Cuando parezca que tu oración no fue respondida, guárdate de echarle la culpa a otro. Esa siempre es una trampa de Satanás. Cuando parece que no hay respuesta, siempre hay una razón. Dios usa estos momentos para darte una profunda enseñanza personal, la cual es sólo para ti.