Versículo para hoy:

lunes, 27 de junio de 2016

Cultura, carrera y compromiso - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – JUNIO 27

“Cada uno en la vocación en que fue llamado, en ella se quede”. 1 Corintios 7:20.

ALGUNAS personas tienen la necia idea de que la única manera de vivir para Dios es siendo pastores, misioneros o maestros de clases bíblicas. ¡Ay!, cuántos estarían excluidos de alguna oportunidad de alabar al Altísimo si esto fuera verdad. Amado, no es el cargo, es la diligencia; no es la posición, es la gracia lo que nos capacitará para glorificar a Dios. Dios es, sin duda, muy glorificado en el taller del remendón, donde el obrero piadoso, mientras maneja la lesna, canta del amor del Salvador; sí, mucho más glorificado que en muchos templos, donde una religiosidad oficial cumple sus míseros deberes. El nombre de Jesús es glorificado por el carrero indocto, mientras guía su caballo. El bendice a su Dios y habla en el camino a sus compañeros tanto como lo hace el conocido predicador que, a través del país, a semejanza de Boanerges, hace tronar el Evangelio. Dios es glorificado cuando lo servimos en nuestra propia vocación. Ten cuidado, querido lector, de no olvidar la senda del deber, abandonando tu ocupación, y cuida de no deshonrar a tu profesión mientras la ejerces. Piensa poco en ti mismo, pero no pienses demasiado poco en tu llamamiento. Todo negocio legítimo puede ser santificado por el Evangelio para los fines más nobles. Vuelve a la Biblia y hallarás las formas más vulgares de trabajo relacionadas con los hechos más arriesgados o con personas cuyas vidas han sido insignes por la santidad. Por consiguiente, no estés descontento con tu vocación. Cualquiera sea la posición o la obra en que Dios te ha colocado, permanece en ella, a no ser que estés muy seguro de que él te llama para otra cosa. Que tu primera preocupación sea glorificar a Dios hasta lo sumo en el lugar donde estás. Ocúpate en alabarlo en tu presente esfera de acción, y si él te necesita en otro lugar te lo hará saber. Deja de lado esta noche toda enojosa ambición y confórmate con lo que tienes.

Charles Haddon Spurgeon.