Versículo para hoy:

martes, 31 de agosto de 2021

31 de agosto - Acuérdate de mí - Ray Stedman

 ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien! Nehemías 13:31

Algunas personas opinan que esto es servirse a uno mismo, que a Nehemías le preocupa que Dios se olvide de él y no le recompense de manera adecuada, pero esta es una manera equivocada de leer esta oración. Lo que él está haciendo es reconocer su propia fragilidad y su propia tendencia a engañarse a sí mismo. Él está diciendo, en efecto: “Señor, he hecho todo esto, pero es posible que tú lo veas de manera diferente a como yo lo veo. Puede que veas algo en mí que te hiciese que borrases esto de tu libro. Si es así como te sientes, muéstramelo”. Es lo que él está pidiendo.

Es realmente la misma oración que hizo David al final de su muy amado Salmo 139. Este es un gran salmo acerca del hecho de que hemos sido creados de una manera formidable y maravillosa; lo bien que nos conoce Dios, sabiendo cuando nos sentamos y cuando nos levantamos; que si tomamos las alas de la mañana y viajamos a los lugares más distantes de la tierra, Dios sigue estando en ellos; cómo se cuida de nosotros; cómo nos protege y nos guarda y conoce nuestros pensamientos. Todo ello acaba con esta maravillosa oración: “Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame en el camino eterno” (vv. 23-24). Esta es una oración maravillosa y totalmente sincera. Está diciendo: “Señor, no me conozco a mí mismo demasiado bien, así que me engaño con facilidad. Creo que me va muy bien, pero es posible que tú veas muchas cosas que están terriblemente mal en cuanto a lo que estoy haciendo. Así que, Señor, busca en mí y conóceme y mira si hay alguna maldad en mí, y guíame al punto donde yo también pueda ver eso”. Esto es lo que está pidiendo el salmista.

Y esta es la oración que está haciendo aquí Nehemías. Es una gran oración para todos nosotros. Dios nos ha colocado en un momento crítico de la historia humana. Las voces de todos los grandes dirigentes del pasado permanecen silenciosas en lo que a esta generación se refiere. ¿Quién va a alcanzar a los drogadictos? ¿Quién va a alcanzar a aquellos que se están esforzando por subir la escalera del éxito, intentando satisfacerse a sí mismos mediante la ganancia material y las posesiones? ¿Quién va a alcanzar a los cientos de miles que están espiritualmente en la bancarrota, a todas esas personas que nos rodean? No vienen a la iglesia. ¿Quién les va a hablar? Dios nos ha llamado a un ministerio para alcanzar a estas personas, y necesitamos la ayuda de Dios para hacerlo.

Recuérdame con Tu favor, oh mi Dios.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Qué tan propensos somos a engañarnos a nosotros mismos? ¿Somos realmente capaces de ser honestos con nosotros mismos al hablar con Dios? ¿Nos acordamos a diario del verdadero origen de nuestra justicia?

lunes, 30 de agosto de 2021

Cuídate de la mundanalidad - Tim Challies



30 de agosto - El yugo desigual - Ray Stedman

 ¿Os vamos a obedecer ahora cometiendo todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras? Nehemías 13:27

Las naciones entre las cuales Israel había sido llamada a vivir eran generalmente degeneradas y practicaban la lujuria pública. Su inmoralidad había hecho que las enfermedades se extendiesen entre el pueblo. Mataban a sus hijos lanzándolos vivos en los hornos de fuego en adoración a su dios Moloc. A fin de proteger a Israel de estas peligrosas costumbres, Dios les había dicho que no debían casarse con estas gentes. Aunque el contraer matrimonio con otros pueblos pueda parecer algo que está bien y es apropiado para nosotros, introduciría a los israelitas a actitudes y conceptos que acabarían por minar su fe y destruirles a ellos y a su nación, y eso fue lo que pasó. Aunque Salomón, el hijo de David mismo, era conocido como el hombre más sabio que jamás haya vivido, contrajo mil matrimonios con mujeres extranjeras, que trajeron sus dioses con ellas y eventualmente introdujeron las prácticas paganas en la adoración de Israel. Para cuando el hijo de Salomón llegó al trono, la nación estaba tan dividida que no podía seguir existiendo como una sola nación, así que se separó en dos. De manera que este era un compromiso muy sabio que hacer.

Este mandamiento de hecho se repite en la segunda epístola de Pablo a los corintios, no en lo que se refiere a las distinciones raciales, sino a las religiosas. Él dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?” (6:14-16a). Muchos cristianos han hecho caso omiso de esto para su propio perjuicio, casándose con personas pertenecientes a otras religiones. Al hacerlo han perjudicado de tal modo su propia fe que al final el mal se ha introducido de diferentes maneras y ha destruido su matrimonio. No hay garantía de que si se casa usted con una persona cristiana su matrimonio vaya a ser feliz, porque hay otros principios involucrados. Pero es mucho más factible que dos cristianos sean felices juntos, porque hay principios y prácticas que nos ha enseñado la Palabra que hacen que el matrimonio sea feliz. Sin embargo, es seguro que si desobedece usted este mandamiento, le esté usted abriendo la puerta a grandes sufrimientos, luchas y desgracia. Hay pasajes diseñados para ser de ayuda a las personas que han desobedecido este principio, porque Dios es muy práctico y misericordioso. Él reconoce, por varios motivos, que el casarse con personas de otras religiones es algo que puede suceder. Existen normas para ayudar a enfrentarse con estas situaciones, pero en general esta es una sabiduría práctica que debemos integrar a nuestras vidas hoy. Contraiga usted matrimonio con aquellos que tengan su misma fe, porque la fe es la base de toda la vida.

Señor, las normas que Tú has dado para vivir son buenas y justas. Te doy gracias de que me amas lo suficiente como para protegerme de aquello que a la postre me causaría sufrimientos y desgracia, no solo a mí, sino a otros.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Estamos nosotros buscando activamente la sabiduría profunda y práctica de la Palabra para todas nuestras relaciones y para sacar provecho para nosotros mismos a Su sabia y amorosa protección?

domingo, 29 de agosto de 2021

Regla #1: Confía en los medios de gracia (8 reglas para crecer en piedad) - Tim Challies

El cristiano no es un espectador pasivo en la santificación, sino un participante activo.

29 de agosto - El verdadero reposo del sábado - Ray Stedman

 En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en sábado, que acarreaban manojos de trigo y cargaban los asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, para traerlo a Jerusalén en sábado; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. Nehemías 13:15

A Nehemías le preocupaba este desprecio por la Ley. Está intentando corregir las dificultades que habían causado problemas a Israel en el pasado. De modo que da órdenes para que se cierren las puertas el viernes al ponerse el sol. Requiere a los levitas que se limpien a sí mismos y que guarden las verjas para que nadie profane el sábado.

¿Debemos también nosotros guardar el sábado, no haciendo trabajos ni viajando en ese día? Como hemos visto a lo largo de todo este libro, estas normas impuestas a Israel eran lo que llama el Nuevo Testamento “sombras” o imágenes de algo incluso más importante que Dios quiere que observemos. Usted está observando el sábado cuando cumple usted lo que refleja el sábado.

En el corazón del sábado se encuentra la palabra reposo. El sábado fue creado para las personas, para que aprendan a descansar. ¡El sábado es el programa de Dios para eliminar el estrés! Es algo que nos enseña cómo evitar consumirnos, cómo recuperarnos de demasiada presión y ponernos al día con nosotros mismos. Es algo que nos ayuda a concentrarnos y para que podamos realizar el trabajo que debemos hacer.

En las Escrituras se mencionan dos motivos acerca del sábado. La primera de ellas se encuentra en Éxodo 20:11. En él se nos dice que, debido a que Dios acabó la creación en seis días y reposó en el séptimo día, le pidió a Su pueblo que descansase después de seis días de trabajo. ¿Por qué descansó Dios? Porque había alcanzado Su objetivo. Las personas también deben reconocer que hay un límite en lo que se refiere al trabajo. Tenemos necesidad de detenernos, de permitir al cuerpo, a la mente y al espíritu que reconozcan sus limitaciones.

El segundo motivo por el que fue dado el sábado es uno al que con frecuencia se hace caso omiso. Dios le dijo a Israel: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová, tu Dios, te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová, tu Dios, te ha mandado que guardes el sábado” (Deuteronomio 5:15). Ellos debían descansar a fin de meditar acerca de la habilidad de Dios para realizar su obra aparte de los trabajos que ya habían completado.

Así que hay dos aspectos del sábado, el de la creación y el de la redención. Está el descanso que implica cesar de nuestros propios trabajos, pero está el reposo en el que regocijarnos en el enorme poder de liberación de Dios.

Padre, en medio de las presiones y los ajetreos de mi vida, enséñame que necesito entrar en el reposo de la creación y de la redención, recordando siempre que Tu obra está siempre antes que mi trabajo.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Descansamos nosotros, gracias a la obra que Dios ha hecho y que está haciendo en nosotros? ¿Estamos dependiendo de nuestra propia fuerza en lugar de entender Su poder como nuestro principio?

sábado, 28 de agosto de 2021

28 de agosto - ¿Es usted fiel? - Ray Stedman

 Luego puse por mayordomos de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Pedaías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de Zacur hijo de Matanías; pues eran tenidos por fieles. Nehemías 13:13

Fíjese usted en lo representativo que es este grupo que él escoge. Hay un sacerdote, un levita y un laico. Los cuatro representan diferentes aspectos de la vida de Israel y comparten una gran cualidad. Nos dice: “pues eran tenidos por fieles”. Eran hombres fieles. Yo he descubierto que hoy en día la fidelidad no es una cualidad tenida en alta estima, aunque con frecuencia la alabamos con los labios. A mí me resulta descorazonador ver las pocas personas que se toman en serio la responsabilidad de mantenerse fieles, concluyendo lo que están haciendo.

La fidelidad es la cualidad que Dios admira. Pablo dice en 1ª de Corintios acerca de aquellos que ministran en la iglesia: “Ahora bien, lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel” (4:2). Esa es la cosa principal que busca Dios: la habilidad para cumplir una asignación hasta acabarla, el estar dispuestos a cumplir con la responsabilidad año tras año, no necesitando ser alabados o que nos den las gracias o ser animados públicamente a fin de que lo hagamos, realizando la obra o el trabajo como para el Señor; llegando puntualmente sin marcharnos hasta que no hayamos hecho el trabajo.

Yo he aprendido a lo largo de los años a buscar cuatro cualidades diferentes en los dirigentes, tanto si son hombres como si son mujeres. Lo primero que busco es una mente inquisidora, una persona que se mantiene mentalmente alerta, que siente curiosidad por la vida, que siente deseos de aprender todo el tiempo. Una persona así está siempre leyendo, siempre escuchando y siempre pensando acerca de lo que oye y tratando de razonar acerca de lo que implica.

Segundo, busco un corazón humilde, alguien cuya conciencia no está todo el tiempo en primera fila, que sienta que necesita ser alabada, honrada y animada a fin de que pueda hacer cualquier cosa, que se enfada y se desanima si no se reconoce lo que hace esta persona. Busco a alguien que considere que el servir es un privilegio, que el poder no se le concede a la persona por su oficio, sino por servir a otros.

En tercer lugar, busco un don evidente: el pueblo de Dios es un pueblo con dones. No hay ni un solo miembro del cuerpo de Cristo que no haya sido equipado por el Espíritu Santo con una habilidad especial para hacer algo. Cuando los cristianos saben lo que es, siempre disfrutan hacerlo. Ya no es una carga, como tampoco son una carga las alas para el pájaro; es un deleite. Busco a personas que tienen el don para lo que nosotros les pedimos que hagan, porque cumplirán con el trabajo y lo disfrutarán hasta el fin.

Y en cuarto lugar, apoyando a todo lo demás y haciéndolo posible, es un espíritu fiel. Alguien que no renunciará, alguien que considera su trabajo como un ministerio de servicio al Señor mismo, que lo está realizando por gratitud en su propia vida y en su corazón y que, por difícil que resulte, no lo abandonará.

Dios busca esta clase de personas para cambiar los tiempos en los que viven. Es lo que hemos sido llamados a hacer hoy. Todos estamos incluidos en este llamamiento, no solo los que son dirigentes evidentes y visibles. Lo que se requiere son hombres y mujeres fieles que estén dispuestos a realizar la labor hasta el fin.

Padre, te pido que Tú crees en mí un espíritu de fidelidad. Ayúdame a cumplir con las responsabilidades que Tú me has dado.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
En una cultura en la que la infidelidad está muy extendida, ¿nos mantenemos nosotros consideradamente alertas, motivados por la humildad y fielmente entregados a la cultura contraria?

viernes, 27 de agosto de 2021

8 reglas para crecer en piedad - Tim Challies

 La vida de un árbol comienza cuando el agua riega una semilla. Del mismo modo, la vida del cristiano inicia en el momento en que el Evangelio remueve un corazón endurecido. Luego, continúa hasta el mismo instante cuando Dios llama a Su amado a casa. Aunque esos dos momentos -la regeneración y la glorificación- pueden estar separados por días o décadas, todo lo que hay entre ellos es el crecimiento lento y constante que constituye la vida del creyente. El reto del cristiano a lo largo de toda su vida es “ocuparse de su propia salvación con temor y temblor”, descubrir y aplicar los medios de crecimiento espiritual para conformarse cada vez más a la imagen de Jesucristo (Filipenses 2:12Romanos 8:29).


27 de agosto - Acción drástica - Ray Stedman

 Esto me dolió mucho, y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la habitación. Luego mandé que limpiaran las habitaciones e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso. Nehemías 13:8-9

El sumo sacerdote había permitido a su nieto casarse con la hija de Sanbalat, el gobernador de Samaria, que era un aliado de Tobías el amonita. Estos dos eran enemigos acérrimos de Nehemías. La agradable alianza dio lugar a una invitación hecha a Tobías de hecho a mudarse al templo mismo. A fin de hacer espacio para él, el sumo sacerdote aprovechó el almacén que había sido apartado para el grano, el aceite y el incienso que usaban los levitas en su purificación y en las ceremonias rituales. De manera que se habían hecho dos cosas mal. Un amonita y su familia estaban de hecho viviendo en el templo, lo cual era contrario a la Ley de Moisés, y habían defraudado deliberadamente a los levitas respecto a sus derechos de almacenamiento.

Cuando Nehemías regresó, emprendió una acción inmediata y apasionada. Echó fuera el equipaje, fumigó la habitación y volvió a colocar el aceite, el grano y el incienso en su lugar apropiado. Muchas personas consideraron que había reaccionado de manera exagerada. Hoy en día no nos enfadamos ante la presencia del mal y pensamos que es extraño que un hombre pudiese actuar como lo hizo Nehemías. Hemos perdido en gran medida la habilidad de expresar nuestro ultraje e indignación pública por las cosas que están mal.

Debemos recordar, sin embargo, que este es semejante al incidente en el Nuevo Testamento cuando Jesús entró en el templo y se encontró que estaba lleno de los que cambiaban monedas. Jesús reaccionó de una manera parecida a la de Nehemías. Hizo un látigo y fue por el templo, volcando las mesas y echando fuera a los que hacían el cambio de moneda. Esto nos indica que hay un tiempo para adoptar una postura dura en contra del mal que otras personas han aceptado con indiferencia.

El mal nos invade silenciosamente, y antes de que nos demos cuenta de él, nos hemos comprometido y le hemos seguido la corriente a las normas ampliamente aceptadas. Nos encontramos con que el pueblo de Dios se ha corrompido con frecuencia por esta clase de cosa. Cuando se trata de las personas de manera individual, esta es una imagen de nuestra lucha con la carne. Debemos estar preparados para ser drásticos y para adoptar con frecuencia acciones dolorosas con el fin de modificar las cosas que están mal en nuestros propios asuntos. Muchos cristianos permiten que el mal arraigue en sus propias vidas. Esta historia es una imagen de la manera en que estas fuerzas falsas pueden invadir nuestras vidas y ocupar espacio en el templo de nuestro espíritu, corrompiendo y destruyéndonos en el proceso. Tome usted acción y no permita que permanezcan estos males. Aunque eso requiera un esfuerzo doloroso al realizarlo, ¡ponga usted fin a esto! Esto es lo que nos enseña esta gran historia.

Señor, perdóname por las diferentes maneras que yo permito que los compromisos sutiles se introduzcan en mi manera de pensar y en mis decisiones. Ayúdame a ser tan despiadado en juzgar y en tratar mi propio pecado.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Poseemos la credibilidad requerida, el valor y la sabiduría para expresar el ultraje en nuestra cultura decadente? ¿Estamos cegados por la tolerancia de manera que no podemos ver lo que está mal?

jueves, 26 de agosto de 2021

26 de agosto - Dando con gozo - Ray Stedman

 En aquel día fueron puestos hombres sobre los depósitos de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para almacenar en ellos las porciones que la Ley otorga a sacerdotes y levitas, las cuales llegaban de las ciudades; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían. Nehemías 12:44

Estas ofrendas y contribuciones las hacían con placer. Las Escrituras nos informan con todo cuidado que las ofrendas no significan nada si no se hacen con gozo. Si usted no da con placer, Dios no quiere su donativo, y no le importa lo pequeño o lo grande que sea. Si lo único que le importa a usted es causar una impresión a otras personas por el tamaño de su donativo, Dios no está interesado en esto. Jesús contó acerca de una viuda que puso dos pequeñas monedas en el tesoro, diciendo que ella había dado más que todas las personas ricas que habían hecho donativos ese día. Dios recogería esa insignificante cantidad y la usaría con más poder de lo que lo haría con los donativos de los ricos. Lo que Dios busca siempre es la nota de placer, de deleite, que hace posible devolverle a Él con gozo los fondos con un corazón agradecido.

El Dr. H. A. Ironside acostumbraba contar la historia de un anciano escocés que, sin darse cuenta, dejó caer un soberano de oro en la bolsa de la colecta del culto en la iglesia. En Escocia, cuando los encargados de la colecta recogen una ofrenda, usan un palo largo con una bolsa al final, que pasan entre los bancos. Este anciano escocés puso una moneda de oro por equivocación cuando lo que pretendía dar era un chelín. Tan pronto como se dio cuenta de la equivocación, intentó recuperar su moneda de oro. Pero el que estaba pasando la colecta tiró de la bolsa y dijo: “¡No, una vez que se ha echado, se queda ahí!”. El anciano le dijo: “Ah bueno, obtendré el crédito por ella en la gloria”. El hombre le contestó: “¡No, a usted se le acreditará un chelín!”. Eso era todo lo que el anciano tenía la intención de dar. De manera que nosotros debemos darle a Dios como Dios nos ha dado a nosotros: libremente y con alegría.

La última frase de este párrafo dice: “Entregaban asimismo sus porciones a los levitas”. Se anduvieron con cuidado para ayudar también a aquellos que no podían estar allí, o que estaban ocupados haciendo otras cosas y, por lo tanto, no tenían la oportunidad de compartir en las ofrendas. Esta es una preciosa imagen de la unidad de la nación de Israel. Dios estaba siempre intentando enseñar a este pueblo que se pertenecían los unos a los otros. No eran individualistas, ocupándose de lo suyo, sino obreros juntamente con Dios. Yo no conozco ninguna verdad que sea más importante en el cuerpo de Cristo que el reconocer que Dios usa a las personas de diferente manera a como nos usa a nosotros. Nosotros debemos reconocer que nuestra manera de servir a Dios no es la única manera, sino que pertenecemos y nos necesitamos los unos a los otros.

Padre, te doy gracias porque de la abundancia que me has dado a mí, puedo dar a otras personas, sabiendo que Tú continuarás proveyendo mis necesidades.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Qué motivo tenemos en el fondo de nuestro corazón cuando damos? ¿Estamos tan agradecidos por los dones que Dios nos concede que damos con gusto, alegre y generosamente, además de hacerlo con compasión?

miércoles, 25 de agosto de 2021

25 de agosto - Cómo celebrar - Ray Stedman

 Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos los lugares donde vivían y los llevaron a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras. Nehemías 12:27

Es apropiado dedicar y también es apropiado celebrar cuando Dios nos ha llevado al lugar de las proezas. El Espíritu Santo ha añadido cuidadosamente en este relato los tres aspectos que están relacionados con la verdadera celebración. Uno de los principales elementos de la verdadera celebración es la expresión de gozo. A mí me sorprende enormemente cuántos cristianos no parecen sentirse nunca gozosos. Parecen estar siempre tristes y con caras largas. Eso me recuerda a una niña pequeña que, al ver una mula por primera vez, dijo: “¡No sé lo que eres, pero debes de ser cristiana porque tienes el mismo aspecto que mi abuelo!”. Hay muchos cristianos con caras largas a nuestro alrededor. Como es natural, hay momentos de sufrimiento y de tristeza, pero los cristianos deberían ser con frecuencia el ejemplo vivo de un sentimiento de gozo, porque tienen algo por lo que sentirse gozosos. El gozo no es lo mismo que la felicidad. La felicidad es disfrutar del momento presente porque nos complace, pero el gozo es algo mucho más profundo y de mucha más duración. El gozo aprecia el pasado, el presente y el futuro, no porque las circunstancias sean agradables, sino porque el corazón está en paz con Dios. Estas personas estaban contentas porque se había acabado la construcción del muro, pero se sentían gozosas porque Dios les había ayudado a acabarlo. Conscientes del amor y de la aceptación de Dios, se sentían enormemente gozosas.

Hay otra clave oculta en este párrafo que nos dice en qué se debe basar la celebración. El versículo 30 nos dice que la purificación es necesaria para la celebración. Usted no puede hacerlo con un corazón hipócrita, porque se convierte en un festival de palabras vacías. Muchas personas dan la impresión de temerle a la palabra pureza. Creen que describe a una persona santurrona, pero la purificación en la vida cristiana proviene de la misma filosofía que nos motiva cuando fregamos los trastos. Usted no pone la mesa con los trastos sucios, ¿verdad que no? ¡Dios no realiza Su obra con vasijas sucias! Necesitamos limpiezas periódicas en nuestras vidas y en nuestros corazones. En el Nuevo Testamento es un proceso sencillo. No es algo que se realiza por medio de rituales, sino confesando nuestras faltas y creyendo que Dios las ha perdonado. Confiese usted sus pecados y después crea usted que Dios le ha limpiado, que Él le perdona a usted, que le ha restaurado a Su favor. Esto es lo que llena el corazón de gozo.

Existe todavía un tercer elemento en esto que se encuentra en el versículo 31. La gratitud siempre forma parte de la verdadera celebración, y este pueblo se sentía agradecido. ¿Sentimos nosotros el agradecimiento que debemos sentir? ¿Damos gracias todos los días a Dios por las bendiciones que disfrutamos en este momento? Hemos sido tan entrenados por los medios de comunicación a refunfuñar y a quejarnos, a insistir por algo que no tenemos, concentrándonos en eso en lugar de en todo lo que tenemos. Una de las primeras señales de un espíritu que crece y que es maduro en los cristianos jóvenes es que empiezan a dar gracias a Dios por lo que Él les ha permitido tener en sus vidas, por las oportunidades que tienen ante ellos y por las actuales bendiciones y libertades que disfrutan. Así que tenemos los elementos que forman parte de la celebración: el gozo, la pureza y la acción de gracias.

Padre, perdóname por olvidarme con tanta frecuencia de todo lo que tengo para celebrar. Enséñame a celebrar todo lo que Tú has hecho por mí con gozo, pureza y acciones de gracias.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Cómo distinguimos el gozo de la felicidad? ¿Cuáles son tres elementos que hacen posible celebrar la vida tal como Dios quiso que lo hiciésemos? ¿Reflejan sus vidas estos tres elementos?

martes, 24 de agosto de 2021

24 de agosto - Los verdaderos héroes y la vida real - Ray Stedman

 Estos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa. Nehemías 12:1

Esto nos lleva de regreso a los héroes del pasado. Zorobabel dirigió el primer regreso de la cautividad babilónica a Jerusalén en el año 538 a.C., casi cien años antes del tiempo de Nehemías. Nehemías está pensando en estos hombres que guiaron aquella procesión. Zorobabel era un sacerdote y Jesúa era un levita. Ellos dirigieron a una compañía de israelitas de regreso a la ciudad de Jerusalén para reconstruir el templo. El versículo 7 dice que “eran los principales sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa”.

Los versículos 22 a 26 se refieren al tiempo cronológico en que los registros que acabamos de examinar fueron registrados. El pasaje no suena demasiado interesante, pero se nos dice que en el caso del primer grupo, los jefes de familia de los levitas fueron inscritos en el reino de Darío el persa. Eso significa que hubo un tiempo en el cual sus nombres se guardaron en los registros del templo, pero de hecho no fueron registrados de manera permanente hasta los días de Darío el segundo. Eso haría que este registro tuviese lugar aproximadamente entre los años 423 y 404 a.C., poco después del tiempo de Nehemías. Evidentemente alguna mano añadió esto más tarde para que pudiésemos saber cuándo fue escrito.

Después hay otra mención en el versículo 23 del “libro de las crónicas”, refiriéndose a los anales de los reyes de Judá. A uno de ellos se le menciona de manera especial en la referencia a “David, varón de Dios”. ¡Qué influencia tan asombrosa tuvo David! F. B. Meyer dice: “Cuánto tiempo ha permanecido la influencia de David por el mundo, como el resplandor crepuscular de una puesta de sol”. Pero a pesar de esto David tiene un historial terrible de maldad en su vida. Cayó en el adulterio con Betsabé y participó en el asesinato de su esposo. Sin embargo, debido a que había puesto su corazón en Dios y aprovechó la provisión de Dios en lo que se refiere al perdón, David es conocido en la historia como “un hombre conforme al corazón de Dios”.

El pasaje nos enseña que no debemos olvidarnos de los héroes pasados, los hombres y mujeres de fama y de gloria a los que ha usado Dios en la antigüedad. Yo he estado leyendo otra vez los escritos de algunos de mis primeros héroes espirituales. ¡Yo quisiera animarle a usted, sobre la base de un pasaje como este, que lea usted biografía! Le bendecirá y será para usted un desafío, y le fortalecerá para que vea cómo Dios ha usado a hombres y mujeres en el pasado para mantenerse firmes en las tentaciones y las presiones del mundo y a realizar muchas cosas para Su gloria.

Este pasaje nos enseña además que los hechos de Dios son parte de la crónica de la historia. Esa es una de las grandes ventajas del cristianismo por encima de todas las demás religiones del mundo. La mayoría de ellas son filosofías religiosas o sencillamente meditaciones acerca de los diferentes aspectos de la vida. Muchas de ellas son crónicas de visiones y de sueños de origen dudoso, pero cuando nos encontramos con las crónicas de la Biblia, se basan en hechos. No se trata de una leyenda, de un mito o ficción. No es la crónica de filosofías o de invenciones humanas, sino que forman parte de hechos históricos. Dios basa estos grandes sucesos en la historia del mundo mismo.

Señor, te doy gracias por las lecciones que puedo aprender de aquellos que te han servido en el pasado y por los hechos muy reales de la historia que me enseñan tanto acerca de Ti.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
El estudiar y recordar la historia creada por Dios puede ser más provechoso que meditar en la filosofía ideada por el hombre. ¿Qué lecciones estamos aprendiendo de la Biblia cada día?

lunes, 23 de agosto de 2021

23 de agosto - ¿Hay voluntarios? - Ray Stedman

 Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo echó suertes para que uno de cada diez fuera a vivir a Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en otras ciudades. Y bendijo el pueblo a todos los hombres que voluntariamente se ofrecieron para habitar en Jerusalén. Nehemías 11:1-2

El gran principio que debemos recordar al leer el Antiguo Testamento es que lo que le sucede a Israel a nivel físico representa lo que nos está sucediendo a nosotros a nivel espiritual. Dios es también un constructor. El Nuevo Testamento nos dice que está edificando una ciudad con ciudadanos llamada la Nueva Jerusalén. No es como la antigua, que ha sido construida con ladrillos y mortero, sino una nueva ciudad edificada con piedras espirituales, con “piedras vivas”, según el Nuevo Testamento (1 Pedro 2:5). El propósito es que esté habitada por personas redimidas. Si encuentra usted este paralelo, empezará a ver algo acerca de la enseñanza de este pasaje de Nehemías.

El capítulo 11 es un relato de los esfuerzos de Nehemías por poblar de nuevo Jerusalén. Aunque el muro de la ciudad ha sido edificado de nuevo al llegar a este punto, Nehemías descubrió que tenía un problema. ¡Tenía una ciudad estupenda y bien defendida, pero sin personas! Su solución fue reclutar a familias para que se trasladasen allí, creando la capital de la nación. Como gobernador, sencillamente emitió un edicto: “Una de cada diez personas que viven en los suburbios debe mudarse a Jerusalén”. Fue por las aldeas y numeró a las personas, contándolas por decenas, y a continuación echaron un dado con diez números en él. Se esperaba que el hombre que tuviese el mismo número que el que saliese en el dado se trasladase con su familia a Jerusalén.

Si lee usted esto atentamente, es aparente que cuando un hombre era elegido para trasladarse a Jerusalén, se le permitía rechazar si lo deseaba. Eso era debido a que Dios quería voluntarios para esto, de modo que se podía elegir a un hombre, pero éste podía decidir no mudarse. Entonces echarían suertes de nuevo y eligieran otro nombre. Antes o después encontrarían a alguien que decidiese ir libremente. Según el relato, aquellos que decidieron ir fueron alabados por el pueblo, que les honraron porque se ofrecieron voluntarios a hacer lo que Dios les había llamado a hacer.

El mismo principio se aplica hoy a la iglesia. ¡Según el Nuevo Testamento, todos hemos sido llamados al ministerio, todos nosotros! ¡El ministerio pertenece a los santos! El momento en que se convierte usted en cristiano, es usted trasladado a la nueva Jerusalén de Dios. Se le pide a usted que trabaje allí, que realice el trabajo de acuerdo con el don espiritual que le ha dado Dios a usted. Pero además debe ofrecerse a realizarlo como voluntario. Dios no obliga a Su pueblo a hacer lo que les ha pedido que hagan. Él nos ha dado a todos dones espirituales, pero no nos obliga a usarlos. Sí, si quiere usted ser respetado o ser honrado y alabado al final por el Señor mismo y por todo Su pueblo, lo sabio es ofrecerse a realizar el trabajo de manera voluntaria en el ámbito del ministerio que Él ha preparado para usted.

Señor, quiero ser parte de lo que Tú estás construyendo. Te doy gracias por los dones y los talentos que me has dado. Enséñame cómo hacer mejor uso de ellos.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Dios llama y capacita a Su pueblo para que sirva de manera voluntaria. ¿Nos perderemos nosotros la grandeza de Su llamamiento para servir tanto en la iglesia como en el mundo por defecto?

domingo, 22 de agosto de 2021

22 de agosto - La casa de Dios - Ray Stedman

 Y prometimos no abandonar la casa de nuestro Dios. Nehemías 10:39

A lo largo de toda la historia de Israel, el templo, o el tabernáculo antes de eso, era llamado “la casa de Dios”. Dios dejaba clara Su presencia en él por medio de la gloria de la shekinah que se encontraba en el Lugar Santísimo. Hoy en día, bajo el Nuevo Testamento, ningún edificio debe ser llamado jamás “la casa de Dios”. Esto es algo a lo que las iglesias han hecho caso omiso a lo largo de todos los siglos, así que los templos, los tabernáculos y los edificios de las iglesias han sido llamados todos ellos “casa de Dios”. Sin embargo, si estudia usted la enseñanza del Nuevo Testamento, se encontrará con que no es un edificio sino el pueblo los que son la casa de Dios. En un momento determinado, hasta cambiamos el letrero delante del edificio para que reflejase la verdad. Donde dice: “Península Bible Church”, añadimos las palabras: “se reúne aquí”. Por lo tanto, el edificio no es la iglesia, sino el pueblo que se reúne en él, que son “la casa de Dios”.

Fíjese usted en el compromiso de este pueblo en cuanto a asistir fielmente a los servicios de adoración del templo. Todos necesitamos el ministerio de los santos. Pablo oraba para que los efesios “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:18-19). Usted no puede hacer esto sin el ministerio de otras personas. Hebreos tiene una advertencia específica en este sentido: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25). El escritor se está refiriendo al regreso de Jesús. Al ver que se acerca, tenemos aun más necesidad de reunirnos, porque necesitamos el apoyo los unos de los otros.

Dos hombres con temperamentos totalmente diferentes trabajan juntos. Normalmente no se llevarían demasiado bien, y es posible que ni siquiera se caigan bien, pero trabajan juntos, y los dos están de acuerdo en que tener que trabajar con alguien con quien no tienen realmente gran afinidad ha sido una bendición para ellos. Han aprendido cómo ser tolerantes y pacientes el uno con el otro. Aunque ha sido una lucha y han tenido sus momentos, los dos están de acuerdo en que Dios ha usado esto para enseñarles cómo crecer. Así que incluso aquellos de “la casa de Dios” que nos irritan pueden ser para nuestro beneficio.

Padre, te doy gracias por la casa de Dios, por esos hombres y mujeres que Tú has colocado a mi alrededor, que de una manera u otra necesito con desesperación. Ayúdame a aprender a apreciar y a amarles.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Hemos aprendido nosotros paciencia y recibido bendición de creyentes que son diferentes a nosotros? ¿Somos nosotros fieles en cuanto a reunirnos y ministrar a otros en el cuerpo de Cristo?

sábado, 21 de agosto de 2021

¿Por qué es importante la meditación bíblica? - ROBERT MORGAN

 

La única forma de cambiar tu vida es cambiando tu mente, y eso requiere cambiar el señorío y el liderazgo de tu corazón.

21 de agosto - La necesidad de un sacrificio - Ray Stedman

 Nos impusimos además la obligación... para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios. Nehemías 10:32-33

El pueblo reconoció la necesidad de ofrendas y sacrificios. La historia de Israel revela claramente que la nación enfatizó el derramamiento de sangre de animales y la ofrenda de sus cosechas y su grano a Dios. Haciendo esto no se les permitió que se olvidasen jamás del precio de la redención. Dios está enseñando a Su pueblo que su problema con el pecado en el interior es de un carácter tan grave que no se puede resolver sencillamente instruyendo a la mente; solamente la muerte puede curarlo.

Estas ofrendas sangrientas prepararon el camino para la muerte de Jesús e incluso para que nos acordemos de esta muerte a la mesa del Señor. Nosotros deberíamos meditar en esto todos los días. No deberíamos permitirnos olvidar el precio de nuestra redención. Fue preciso todo lo que tenía Dios para abrir la puerta para que nosotros podamos regresar a Él. Como lo expresó Pedro: “pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19).

Íntimamente relacionada con la ofrenda de la sangre estaba la promesa de estas personas de traer los primeros frutos de sus cosechas, de sus manadas y rebaños e incluso sus hijos a Dios. Lo que estaban haciendo era reconocer la propiedad y los derechos de Dios en sus vidas. Una verdad correspondiente para nosotros hoy es: “no sois vuestros, pues habéis sido comprados por precio” (1 Corintios 6:19b-20a). Nosotros le pertenecemos a Dios; no somos dueños de nosotros mismos. El mundo dice: “Os pertenecéis a vosotros mismos. Si está usted embarazada y no quiere usted el bebé, puede matarlo porque tiene usted derecho a hacer lo que le plazca con su propio cuerpo”. Pero la Biblia dice: “No tenéis derecho a hacer cualquier cosa que os complazca con el cuerpo que Dios os ha dado”.

Esto es verdad también en otros aspectos de la vida. No nos pertenecemos a nosotros mismos y no tenemos derecho alguno a determinar lo que vamos a hacer con nuestras vidas, o incluso con quién nos vamos a casar, aparte de las limitaciones de Dios. Nos han sido concedidas ciertas decisiones, pero no todas ellas. Uno de los aspectos importantes de convertirnos en cristianos es reconocer los derechos de Dios y vivir nuestras vidas dentro de los límites que Él establezca. Esto es lo que este gran pasaje nos enseña. Es el medio mediante el cual Israel reconoció con frecuencia y continuamente que sus vidas no les pertenecían. También ellos habían sido “comprados por precio”. Le pertenecían a Dios, que tiene el derecho a dirigir sus asuntos y a tomar las decisiones por ellos.

Señor, te doy gracias por este recordatorio de que no me pertenezco a mí mismo, sino que he sido comprado por precio. Te entrego mi vida a Ti, sabiendo que Tú me has redimido con la preciosa sangre de Cristo.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Podemos nosotros sacrificar a diario y con gozo nuestra voluntad por Su voluntad? ¿Reflejan todas nuestras opciones los derechos de propiedad del Señor Jesús, que nos compró a un costo infinito?

viernes, 20 de agosto de 2021

20 de agosto - El juramento - Ray Stedman

 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros gobernantes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes. Nehemías 9:38

Este versículo incluye una lista de lo que podríamos llamar “la compañía de los encargados”. Estas personas veían una necesidad de preservar y perpetuar los cambios en su estilo de vida con el propósito de mantenerse al paso de Dios, y por eso firman este acuerdo al que estarían obligados con este fin. Este acuerdo representa una especie de solicitud universal que se encuentra entre los humanos con el fin de comprometerse públicamente a ser leales a la causa que sienten que es la correcta.

Cuando los Peregrinos estaban a punto de llegar a tierra en Plymouth, formaron lo que llamaron el Pacto Mayflower. Establecieron normas para vivir en el nuevo mundo, y todos ellos lo firmaron como un acuerdo para vivir según estos principios y leyes.

Probablemente el documento más famoso en la historia americana sea la Declaración de Independencia. Nuestros antepasados firmaron esta gran declaración explicando los motivos que sentían que Dios les estaba guiando para establecer una nueva nación en este continente. Recuerde usted las palabras finales de este documento: “Para el apoyo de esta Declaración, dependiendo firmemente de la protección de la Divina Providencia, comprometemos nuestras vidas mutuamente los unos a los otros, nuestras fortunas y nuestro honor sagrado”. La historia ha dejado constancia de que la mayoría de las personas que firmaron esta Declaración tuvieron, de hecho, que perder sus vidas, y las que no lo hicieron perdieron sus fortunas, pero todos ellos conservaron su honor sagrado. Es posible que haya hecho usted algo por el estilo en su propia vida. Hubo un momento en el que se dio usted cuenta de que necesitaba hacer algunos cambios en su comportamiento. Algunos de los más grandes santos del pasado hicieron esto. Establecieron normas para su propia conducta que sintieron que les ayudarían a caminar con Dios y a crecer en gracia y en el favor ante Él.

Pero hay otro punto muy importante aquí. Al final estas personas no cumplieron con su compromiso. La historia posterior revela que volvieron a las mismas costumbres. La nación perdió de nuevo la bendición de Dios sobre ella. ¿Por qué? La clave la descubrimos en Nehemías 10:29a: “se reunieron con sus hermanos y sus principales, para declarar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés”. Estaban dependiendo de sus propios esfuerzos para obedecer, de modo que se comprometieron por medio de una maldición y de un juramento. Estaban diciendo: “Haremos esto o de lo contrario”. Estaban dependiendo de su propia fuerza de voluntad. Estaban crujiendo sus dientes y jurando hacer estas cosas. No hay ninguna expresión de necesidad de la ayuda de Dios ni tampoco de ninguna provisión en caso de fracaso y regreso.

Esto es lo que añade el Nuevo Testamento. Está bien hacer un juramento; está bien ponerlo por escrito para su propio beneficio y para recordarse a sí mismo esta meta con frecuencia. Pero debemos añadir siempre las palabras que usa Pablo acerca de sí mismo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Eso es lo que hace la diferencia.

Señor, no puedo hacer nada aparte de Ti. Me entrego a Ti y a lo que Tú deseas para mí, pero me doy cuenta de que incluso el deseo de hacer procede de Ti.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Hasta qué punto llevamos una vida apartada y entregada a conocer a Jesucristo? Cuando accedemos a la voluntad de Dios, ¿contamos totalmente con Su poder para mantenernos fieles y llevar fruto?

jueves, 19 de agosto de 2021

19 de agosto - Una y otra vez - Ray Stedman

 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en manos de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti; tú desde los cielos los oías, y según tus misericordias muchas veces los libraste. Nehemías 9:28

¡Qué imagen tan maravillosa de la paciencia de Dios! Él nos permite probar los resultados del mal y a veces consigue nuestra atención permitiendo que el desastre tenga lugar en nuestra vida. Pero es tan sólo para que podamos oír lo que Él está diciendo y para que seamos librados. Nos advierte para que podamos estar libres.

Una noche el presidente de la Unión de los Homosexuales de una universidad fue invitado a hablar a un grupo de una iglesia de jóvenes acerca de lo que dice la Biblia sobre la homosexualidad. El grupo le concedió la oportunidad de defender su postura, según la cual la Biblia respalda la homosexualidad como un estilo de vida alternativo. Aunque este hombre era el presidente del club de debate de su universidad, tuvo que luchar en su intento por presentar su caso. Estuvo mencionando una serie de versículos en la Biblia intentando demostrar su causa, pero se encontró con enormes dificultades y no consiguió dejar nada claro.

El dirigente del grupo llegó a un acuerdo según el cual, al acabar, uno de los pastores de la iglesia hablaría acerca del mismo tema. El pastor afablemente abrió las Escrituras y destacó el hecho de que cuando Dios prohíbe algo no es porque desea limitarnos o hacer que nuestra vida sea más estrecha. Nos está protegiendo de algo que nosotros no podemos tratar, algo tan devastador que puede arruinarnos. Demostró en la Palabra de qué modo la homosexualidad destruye a los seres humanos y los convierte en algo que Dios nunca tuvo el propósito de que fuesen. Eventualmente aquellos que tienen un estilo de vida homosexual tendrían que padecer el dolor, el sufrimiento, la miseria, la soledad y la muerte.

De este episodio surgió la oportunidad para que los miembros de su iglesia pudiesen alcanzar a aquellos que estaban luchando con tendencias homosexuales. Un gran número de estas personas fueron liberadas por la misericordia y la gracia de Dios. Esto es lo que describe este pasaje: el amor duro de Dios, que no está dispuesto a permitir que seamos víctimas de la ruina sin advertirnos de una manera apropiada.

El párrafo final, comenzando con el versículo 32, conecta la historia de generaciones anteriores con la generación presente. Aquí encontramos un cambio de pronombres de ellos a nosotros y nuestros al comenzar los israelitas a mirar a su propia generación.

Aquí es donde nos encontramos nosotros hoy. Nuestras ciudades están destrozadas por la violencia y por luchas de tal intensidad que las personas apenas si se atreven a salir de sus hogares. La única recuperación tiene que ver con que nosotros hagamos lo que hicieron estas personas: confesar a Dios lo que estaban haciendo mal y alabarle a Él por Su misericordia y Su compasión.

Fíjese usted en lo específicos que son los israelitas: “rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo”. No hay “si” condicional en la verdadera confesión. Usted dice: “Señor, lo he hecho; he seguido mi propio camino testarudo”. Entonces Dios oye, perdona y restaura.

Señor, te doy gracias por Tu promesa de que, si confieso mi pecado, Tú eres fiel, justo y misericordioso para perdonarme y restaurarme.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Cómo reaccionamos ante el amor duro de Dios en las vidas de otras personas, así como en la nuestra? ¿Somos capaces de reconocer y de sentirnos agradecidos por el amor duro de Dios?

miércoles, 18 de agosto de 2021

¿En cuáles personajes del libro de Job podemos confiar? - JOHN PIPER

 


En una trágica pandemia como la que estamos experimentando ahora, el libro de Job viene a ser especialmente relevante a cada una de nuestras vidas.


18 de agosto - Donde comenzar - Ray Stedman

 Sea bendecido tu nombre glorioso, que supera toda bendición y alabanza. Nehemías 9:5

Esta oración del libro de Nehemías es un gran modelo que nos enseña mucho acerca de nuestra propia vida de oración. Comienza con una gran sección de alabanza. Para empezar, Dios es alabado como el Creador y el Hacedor de todo. Empezando con la vida que Él le dio a usted es un gran lugar donde comenzar cuando está usted alabando a Dios. A mí me parece extraño que las personas dependan cada momento de Dios para darles la vida y que ellos se permitan a sí mismos olvidarse con tanta facilidad de este hecho. Dios nos sostiene momento tras momento, y nosotros deberíamos estar agradecidos por ello. No nos olvidemos nunca que hasta nuestro aliento procede de Él.

La próxima sección alaba a Dios como el que llama y elige a las personas. Él es quien concede las bendiciones no merecidas a aquellos a los que Él elige. Dios es el que guarda las promesas. Ninguno de nosotros estaríamos hoy aquí si no fuese por ese llamamiento misericordioso y soberano de Dios. Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae” (Juan 6:44a). Nosotros estamos aquí hoy porque el Espíritu de Dios en Su maravillosa gracia nos ha atraído a Sí mismo.

Entonces el pueblo alabó a Dios como el libertador del pecado y de su esclavitud. Vuelven a contar la historia de esta nación, empezando con el llamamiento a Abraham y su liberación de Egipto. Algunos de nosotros nos hemos olvidado de las lecciones que nos ha enseñado Dios y hemos regresado a los mismos pecados, sumiéndonos de nuevo en la rebeldía y en la esclavitud. No nos olvidemos nunca que hemos sido creados de una manera maravillosa, incluso milagrosa, librados por la gran mano de Dios.

A continuación encontramos la alabanza a Dios como el gran proveedor de sabiduría y de las necesidades en la vida. Aquí tenemos el cuidado providencial de Dios para los Suyos. Él enseñó a Su pueblo cómo vivir en medio de una enorme maldad. Sabía que les estaba enviando a una tierra habitada por tribus moralmente degradadas hasta un punto que a nosotros nos resulta hoy espantoso. Ellos estaban ofreciendo sus hijos al dios Moloc, echándolos vivos a una hoguera encendida. Los israelitas iban a tener que vivir entre estas gentes. Pero, a pesar de ello, Dios les enseñó cómo evitar la profanación de estas cosas. Les enseñó cómo ser amigos de estas gentes sin ser destruidos por su inmoralidad. Es exactamente la situación en la que hemos sido llamados a vivir actualmente. Dios nos ha dado este maravilloso libro que nos enseña las normas para la vida, la salud, la salvación y la liberación, así como la fortaleza interna que puede resistirse a las tentaciones que abundan a nuestro alrededor, de manera que el descuidar esto es una locura.

Dios también suplió las necesidades de ellos. Les dio pan para comer cuando no había; les dio agua de la roca en medio del desierto. Este no es solo el relato acerca de cubrir las necesidades físicas, sino que describe cómo fueron cubiertas también sus necesidades espirituales. El Nuevo Testamento nos dice que estas son imágenes de Cristo, que es el Pan de vida y el Agua de vida. Al aprender los israelitas el significado de estos símbolos, empezaron a entender que había Uno que iba a venir y que supliría la necesidad del corazón humano.

Padre, te alabo y te adoro como el Creador y Sustentador del universo, como Aquel que me ha elegido a mí y me has atraído a Ti mismo, como Aquel que provee todo lo que necesito.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Al entender los atributos de Dios podemos conocerle y adorarle mejor. ¿Están nuestros corazones en armonía de modo que podamos alabar a Dios como Aquel de quien proceden todas las bendiciones?