Versículo para hoy:

lunes, 19 de agosto de 2019

No estás sola declarando la verdad - Nancy DeMoss de Wolgemuth



19 de agosto – LA PLENA INFLUENCIA DE LO INVISIBLE

Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. 2 Corintios 4:16-18.

Pablo es contado entre los más valientes de los valientes. También notamos con admiración cómo el héroe de tantos peligros y conflictos podía hervir con fervor y, sin embargo, tenía uno de los espíritus más calmados y apacibles. Había aprendido a vivir más allá de aquellas circunstancias que preocupan y perturban, había transitado entre las sombras del tiempo y entrado a poseer las realidades de la eternidad. No ponía su confianza en las cosas que se ven, sino que confiaba por completo en aquellas que no se ven; y, como consecuencia, entró en una paz profunda y hermosa que lo hizo fuerte, resuelto, firme, inconmovible. Le pido a Dios que todos podamos adquirir el arte de Pablo de estar «siempre confiado», su hábito de renovar el hombre interior de día en día. ¿No estamos demasiado aptos para vivir en el presente inmediato que se revela por medio de los sentidos? Los proyectos de un buey no cambian de día en día: beber del arroyo o permanecer en los verdes pastos es su todo en todo. Así sucede con la mayoría de los hombres; sus almas están atadas a sus cuerpos, presas en las circunstancias diarias. Si pudiéramos liberarnos por completo de la carga de las cosas que vemos y sentimos y pudiéramos sentir la influencia de lo invisible y lo eterno, ¡cuánto del cielo disfrutaríamos incluso antes de alcanzar la ribera celestial!

A través de la Biblia en un año: Salmos 17-20

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

18 de agosto – UNA FE QUE SE LANZA

Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aún las hará mayores, porque yo voy al Padre. Juan 14:12.

¡Oh, que no nos gloriemos en algo más que no sea la cruz! Por mi parte, estoy contento de ser un tonto, si el Antiguo Testamento se considera una tontería. Lo que es más, estoy contento de perderme si el sacrificio de Jesús no trae la salvación. Estoy tan seguro de lo que creo que si me quedara solo en el mundo como el único creyente en la doctrina de la gracia, no pensaría en abandonarla, ni en transformarla un poco para ganar a otra persona.

«Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?» (Lucas 18:8), la clase de fe que merece de nosotros. ¿Creemos en Jesús de forma práctica, con un estilo que se centra en los hechos? ¿Es nuestra fe hecho y no ficción? Si hemos conocido la verdad de la fe, ¿tenemos el grado de fe que debemos tener? Solo piensa en esto: «Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “trasládate de aquí para allá» (Mateo 17:20). ¿Qué quiere decir esto? Hermanos, ¿no nos hemos salido de la vía? ¿Sabemos, por lo menos, qué significa tener fe? A veces me cuestiono si creemos de verdad. ¿Qué señales siguen a nuestra creencia? Cuando pensamos en los prodigios que pudiera hacer la fe, cuando consideramos las maravillas que nuestro Señor pudiera haber hecho entre nosotros si no hubiera sido por nuestra incredulidad, ¿no nos sentimos humillados? ¿Nos hemos lanzado alguna vez a las profundidades confiando por completo en el Dios eterno? ¿Nos hemos aferrado a las promesas de Dios y descansado solo en el brazo del Omnipotente, el cual es más que suficiente para hacer cumplir cada promesa?

A través de la Biblia en un año: Salmos 13-16

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.