Versículo para hoy:

sábado, 17 de diciembre de 2016

Navidad... la Verdadera Historia por John MacArthur



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LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 17

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pastos”. Juan 10:9.


JESUS, el gran “Yo soy”, es la entrada a la verdadera Iglesia y el camino que nos conduce a Dios. Jesús da al que va a Dios por medio de él estos cuatro selectos privilegios:
1. “Será salvo”. El fugitivo homicida transponía la puerta de la ciudad de refugio y quedaba en salvo. Noé entró por la puerta del arca y estuvo seguro. Ninguno que acepte a Dios como la puerta de fe para su alma puede perderse. La entrada a la paz por medio de Jesús es la garantía de la entrada por la misma puerta al cielo. Jesús es la única puerta, una puerta abierta, una puerta amplia, una puerta segura. Feliz el que pone sobre el Redentor crucificado toda su esperanza de admisión en la gloria.
2. “Entrará”. Tendrá el privilegio de formar parte de la familia divina, compartiendo el pan de los hijos y participando de todos los honores y goces. Entrará a las cámaras de la comunión, a los banquetes de amor, a los tesoros del pacto y a los depósitos de las promesas. Entrará al Rey de reyes en el poder del Espíritu Santo y el secreto del Señor le será revelado.
3. “Saldrá”. Esta bendición es muy olvidada. Salimos al mundo para trabajar y sufrir, pero, ¡qué bendición salir en el nombre y poder de Jesús! Somos llamados a dar testimonio a la verdad, a alentar al desconsolado, exhortar al negligente, a ganar almas y a glorificar a Dios. Y como el ángel dijo a Gedeón: “Ve con esta tu fortaleza”, así el Señor quiere que nosotros vayamos como mensajeros suyos en su nombre y en su poder.
4. “Hallará pastos”. El que conoce a Jesús, nunca tendrá necesidad. El entrar y el salir será igualmente provechoso para él. Además, se desarrollará en la comunión con Dios y, como dice el proverbio, al regar a otros él mismo será regado. Habiendo hecho de Jesús su todo, hallará todo en Jesús. Su alma será como un jardín regado y como un manantial cuyas aguas nunca faltan.

Charles Haddon Spurgeon.