Versículo para hoy:

viernes, 20 de febrero de 2015

ERRORES MEDIEVALES - Sinclair Ferguson

Aunque provocado por las indulgencias ofrecidas por Johannes Tetzel, la primera proposición que Lutero ofreció para su debate público en sus Noventa y Cinco Tesis puso el hacha en la raíz del árbol de la teología medieval: “Cuando nuestro Señor y Maestro, Jesucristo, dijo ‘Arrepentíos,’ él quiso decir que la totalidad de la vida de los creyentes debiese ser de arrepentimiento.” Por el Nuevo Testamento Griego de Erasmo, Lutero llegó a darse cuenta que la traducción de la Vulgata de Mateo 4:17 de la frase penitentiam agite (“haced penitencia”) malinterpretaba totalmente el significado de Jesús. El evangelio requería no un acto de penitencia sino un cambio radical de mentalidad y una transformación igualmente profunda de la vida. Más tarde le escribiría a Staupitz sobre este maravilloso descubrimiento: “¡Me aventuro a decir que están equivocados aquellos que hacen más énfasis en el acto en Latín que el cambio de corazón en Griego!”
¿No es verdad que hemos perdido de vista esta nota que fue tan prominente en la teología de la Reforma? Haríamos bien hoy si contáramos con un Lutero redivivo. Por un número de razones importantes los evangélicos necesitan reconsiderar la centralidad del arrepentimiento en nuestro pensamiento con respecto al evangelio, la iglesia y la vida Cristiana. Continuar leyendo...

Fuente: Contra Mundum

GRACIA ABUNDANTE SOBRE ABUNDANTE PECADO - Charles H. Spurgeon

"Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia." - Romanos 5: 20.

Cuando tú has oído los Diez Mandamientos, cuando conoces la ley del reino, cuando la voluntad de tu Hacedor es puesta claramente ante ti, entonces, transgredir es transgredir con un orgullo que no admitirá ninguna excusa.

Nuevamente, la entrada de la ley hace que la ofensa abunde en este sentido, que la voluntad rebelde del hombre se alza en oposición a esa ley. Porque Dios lo ordena, el hombre lo rechaza; y porque Él prohíbe, el hombre desea. Hay algunos hombres que podrían no haber pecado en una dirección particular si el mandamiento no lo hubiera ordenado. La luz de la ley, en vez de ser una advertencia para ellos para evitar el mal, parece señalarles el camino en el que pueden ofender mayormente.
¡Oh, cuán profunda es la depravación de la naturaleza humana! La propia ley la provoca a rebelarse. Los hombres anhelan entrar, porque se advierte a quienes traspasan lo límites que se mantengan lejos. Sus mentes son tan antagonistas de Dios, que se deleitan en eso que está prohibido, no tanto porque encuentren algún placer particular en la cosa misma, sino porque demuestra su independencia y su libertad de los límites impuestos por Dios.
Esta viciosa obstinación está en todos nosotros por naturaleza; pues los designios de la carne son enemistad contra Dios; y por tanto la ley, aunque en sí misma santa y justa y buena, nos provoca al mal. Nosotros somos como cal, y la ley es como agua fría, que es en sí misma de una naturaleza refrescante; sin embargo, tan pronto como el agua de la ley alcanza la cal de nuestra naturaleza, se genera un calor de pecado: así, "la ley se introdujo para que el pecado abundase."
Entonces, ¿por qué envió Dios la ley? Continuar leyendo...

Fuente: Charles H. Spurgeon http://www.spurgeon.com.mx/ - Allan Román

El Dios de vida - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 20

"Dios, que consuela a los humildes". 2 Corintios 7:6.

¿Y quién consuela como él? Ve a algún melancólico y angustiado hijo de Dios; comunícale dulces promesas y pon en sus oídos selectas palabras de consuelo; él será ante ellas como una serpiente sorda que no responde a la voz del encantador, aunque éste trate de encantarla más sutilmente que nunca. El está bebiendo ajenjo y hiel. Trata de consolarlo como quieras, lo único que conseguirás será una o dos notas de lastimera resignación. No lograrás sacar de él ningún salmo de alabanza, ninguna aleluya y ningún soneto de gozo. Pero deja que se le acerque Dios y le levante el rostro, y entonces los ojos del afligido brillarán de esperanza. ¿No lo oyes cantar?: "Si tú estás aquí esto es un paraíso; si te vas, es un infierno". Tú no pudiste algrarlo, pero el Señor lo ha hecho. "El es el Dios de toda consolación". No hay bálsamo en Galaad, pero sí lo hay en Dios. No hay médico entre las criaturas, pero el Creador es Jehová-rapha'. ¡Es maravilloso ver cómo una palabra de Dios hace cantar al cristiano! Una palabra de Dios es igual a un pedazo de oro; el cristiano es el batidor de ese oro, y puede machacar esa palabra de promesa por semanas enteras. Siendo así, pobre cristiano, no necesitas echarte a la desesperación. Ve al Consolador y pídele que te dé consolación. Tú eres un pobre pozo seco. Has oído decir que cuando una bomba se seca, debes, ante todo, echarle agua, y entonces ella a su vez te dará agua. Y así, cristiano, cuando estés seco, ve a Dios, pídele que derrame en tu corazón abundante gozo, y entonces tu gozo será cumplido. No vayas a los amigos terrenales, porque, después de todo, hallarás en ellos a los consoladores de Job; pero ve primero y ante todo a tu "Dios, que consuela a los humildes", y pronto dirás: "En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegran mi alma".

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.