Versículo para hoy:

viernes, 8 de septiembre de 2023

SETIEMBRE 6 – LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

“En medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo”. Filipenses 2:15.

NOSOTROS empleamos las lumbreras para hacer ver. El cristiano debiera, en su vida, brillar de tal manera que ninguna persona pudiese vivir con él una semana sin conocer el Evangelio. Su conversación debiera ser tal, que todos los que viven en torno suyo conozcan claramente de quién es él y a quién sirve, y vean la imagen de Jesús reflejada en sus acciones diarias. Las lumbreras sirven para guiar. Nosotros tenemos que ayudar a los que están en derredor nuestro y viven en tinieblas; tenemos que ofrecerles la Palabra de vida; tenemos que dirigir a los pecadores al Salvador y los cansados al divino reposo. Las gentes a veces leen la Biblia, pero no pueden entenderla; tenemos que estar listos, como Felipe, para instruir al que indaga el significado de la Palabra de Dios, y al que busca el camino de la salvación y la vida de piedad. Las lumbreras se usan también para advertir. Sobre nuestras rocas y bancos de arena tiene indudablemente que levantarse un faro. Los cristianos debieran saber que en todas partes del mundo hay muchas lumbreras falsas, y que, por lo tanto, es necesaria la lumbrera verdadera. Los piratas de Satán están siempre en el mundo, tentando a los impíos a pecar bajo el nombre del placer. Ellos levantan la luz falsa. Levantemos nosotros la luz verdadera sobre toda roca peligrosa, a fin de señalar todos los pecados, indicando, además a qué fin conducen, para que seamos libres de la sangre de todos los hombres, alumbrando como luminares en el mundo. Las lumbreras tienen también una influencia animadora, y lo mismo acontece con los cristianos. El cristiano debe ser un consolador que tenga afectuosas palabras en sus labios y simpatía en su corazón. Debe llevar luz en cualquier lugar a donde vaya y esparcir felicidad en torno suyo.
Puedes con tu luz algún perdido rescatar,
Brilla en el sitio donde estás.

SETIEMBRE 5 – LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

“¡Ay de mí, que peregrino en Mesech, y habito en las tiendas de Kedar!”
Salmo 120:5.

COMO cristiano tienes que vivir en medio de un mundo impío, y vale poco que grites; “¡Ay de mí!” Jesús no rogó que fueses quitado del mundo, y lo que él no pidió no debes tú desearlo. Es mucho mejor hacer frente a las dificultades con el poder del Señor, y glorificar a Dios con esa actitud. El enemigo está siempre observándote para descubrir alguna inconsistencia en tu conducta; sé muy santo, pues. Recuerda que los ojos de todos están sobre ti, y que se espera más de ti que de los otros hombres. Procura no dar motivo al reproche. Que tu bondad sea la única falta que ellos puedan hallar en ti. A semejanza de Daniel, ponlos en el trance de decir: “No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios”. Procura tanto ser útil como consecuente. Quizá digas: “Si estuviese en una posición más favorable podría servir a la causa del Señor, pero donde estoy no puedo hacer ningún bien”. Cuanto más malas sean las gentes entre las cuales vives, tanto más necesitan de tus esfuerzos; cuanto más torcidas, tanto más necesitan ser enderezadas; y si son perversas tanto más necesario es que sus soberbios corazones se conviertan a la verdad. ¿Dónde tiene que estar el médico, sino donde hay muchos enfermos? ¿Dónde consigue el soldado el honor, sino en el más intenso fuego del combate? Y cuando te halles cansado de la lucha y del pecado que te circunda por todas partes, piensa que todos los santos soportaron la misma prueba. Ellos no fueron al cielo llevados en camas, y tú no tienes que esperar viajar más cómodamente que ellos. Ellos tuvieron que arriesgar sus vidas hasta la muerte en los altos lugares del campo de batalla, y tú no serás coronado si no sufres trabajos como fiel soldado de Jesucristo. Por lo tanto, “estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos”.