Versículo para hoy:

domingo, 16 de octubre de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – OCTUBRE 16

“Contigo está el manantial de la vida”. Salmo 36:9.

HAY ocasiones en nuestra experiencia espiritual cuando el consejo o la simpatía o los actos religiosos no pueden confortarnos o ayudarnos. ¿Por qué permite esto nuestro bondadoso Dios? Quizás sea porque hemos estado viviendo mucho tiempo sin él. En vista de eso, Dios nos quita todo aquello en lo cual hemos confiado con el fin de llevarnos a él. Es una bendición vivir junto a la fuente principal. Mientras nuestros odres están llenos nos alegramos de poder salir al desierto, como lo hicieron Agar e Ismael; pero cuando están sin agua, ninguna cosa nos valdrá excepto “Tú eres el Dios que me ve”. Nosotros somos como el pródigo: amamos los charcos de los cerdos y olvidamos la casa de nuestro Padre. No olvides, amado, que podemos transformar las ceremonias de la religión en charcos y algarrobas de cerdos. Esas ceremonias son santas, pero hay peligro de que las pongamos en el lugar de Dios y, entonces, no tienen valor alguno. Cualquier cosa se convierte en ídolo cuando te mantiene lejos de Dios. Hasta la serpiente de metal tiene que ser despreciada como “Nehushtan” si la adoramos en lugar de Dios. El pródigo nunca estuvo más seguro que cuando volvió al seno de su padre, porque no podía hallar sustento en ninguna otra parte. Nuestro Señor nos favorece con hambre en la tierra para que lo busquemos a él con más inteligencia. La mejor posición de un cristiano se halla en vivir confiado entera y directamente en la gracia de Dios, aunque permanezca en el lugar donde se hallaba al principio. “No teniendo nada, mas poseyéndolo todo”. Nunca pensemos, ni por un momento, que nuestra posición la debemos a nuestra santificación, mortificación, dones o sentimientos. Recordemos más bien, que somos salvos porque Cristo ofreció una expiación perfecta, pues nosotros estamos cumplidos en él. No teniendo nada nuestro en que confiar, pero descansando en los méritos de Jesús, su pasión y su vida santa nos proporcionarán la única base segura de confianza. Amados, cuando estemos sedientos, recurramos con avidez al manantial de la vida.

Charles Haddon Spurgeon.