Versículo para hoy:

lunes, 16 de diciembre de 2024

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 

(3) Recordemos también que hemos de anhelar la seguridad porque tiende a hacer de un cristiano un cristiano decidido.

La indecisión y las dudas sobre nuestro propio estado son, a los ojos de Dios, un mal gravoso y la madre de todos los males. A menudo producen que el creyente siga con vacilación e incertidumbre al Señor. La seguridad ayuda a desatar muchos nudos, aclara y esclarece la senda del deber cristiano.

Muchos, que esperamos sean hijos de Dios y que tengan gracia verdadera, aunque sea débil, se sienten continuamente atacados por dudas sobre cuestiones prácticas. "¿Está bien que hagamos tales o cuales cosas, que renunciemos a esta costumbre familiar? ¿Hemos de andar con esas compañías? ¿A dónde ponemos los límites a las visitas? ¿Cómo conviene vestirnos y cuáles serán nuestras distracciones? ¿No debemos nunca, bajo ninguna circunstancia, bailar ni jugar a las cartas, ni asistir a fiestas?" Esta es la clase de preguntas que parece causarles constantes problemas. Y con frecuencia, mucha frecuencia, la raíz sencilla de su perplejidad es que no se sienten seguros de ser hijos de Dios. Todavía no han determinado este punto, de qué lado de la puerta están. No saben si están dentro o fuera del arca.

De que un hijo de Dios debiera comportarse de cierta manera, están seguros, pero la pregunta importante es: "¿Son ellos mismos hijos de Dios?" Si solo sintieran que lo son, marcharían adelante en línea recta. Pero no estando seguros, sus conciencias están siempre vacilando y en un punto muerto. El diablo susurra: "Quizá al final de cuenta no eres más que un hipócrita: ¿Qué derecho tienes tú de tomar un camino decidido? Espera a ser realmente cristiano". ¡Y este susurro demasiadas veces hace inclinar la balanza y los lleva a transigir miserablemente con el mundo o desgraciadamente a conformarse a él!

Creo que aquí tenemos una de las razones principales por la cual tantos creyentes en esta época demuestran una conducta inconstante, superficial, insatisfactoria y desganada con el mundo. Se niegan a despojarse de todo lo relacionado con el viejo hombre porque no están bien seguros de haberse vestido del nuevo. En suma, no tengo ninguna duda de que una causa secreta de "vacilar entre dos opiniones" es la falta de seguridad. Cuando alguien puede afirmar decididamente: "¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!", su camino se hace muy claro. (1R. 18:39).