Versículo para hoy:

sábado, 9 de abril de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – ABRIL 9

“Tu benignidad me ha acrecentado”. Salmos 18:35.

ESTAS palabras pueden ser traducidas así: “Tu bondad me ha acrecentado”. David, agradecido, atribuye toda su grandeza no a su propia bondad, sino a la bondad de Dios. “Tu providencia” es otra interpretación y la providencia no es otra cosa que la bondad en acción. La bondad es el pimpollo del cual la providencia es la flor; o, también, la bondad es la semilla de la cual la providencia es la cosecha. Algunos leen “Tu ayuda”, que es sólo otra palabra por providencia. La providencia es la firme aliada de los santos, la cual los ayuda en el servicio de su Señor. O, también, “Tu humildad me ha acrecentado”. “Tu condescendencia” puede servir, quizás, como una comprensiva interpretación que combina las ideas mencionadas e incluye la de humildad. La condescendencia de Dios es la causa de nuestro acrecentamiento. Nosotros somos tan insignificantes que si Dios mostrara su grandeza sin condescendencia seríamos hollados bajo sus pies. Pero Dios que se inclina para contemplar los cielos y ver lo que hacen los ángeles, dirige sus ojos aún más abajo y ve al humilde y contrito y lo engrandece. Hay aún otra traducción, como, por ejemplo, la de la Septuaginta, que dice: “Tu disciplina”, tu paternal corrección, “me ha acrecentado”; mientras que la paráfrasis caldea dice: “Tu palabra me ha acrecentado”. Sin embargo, la idea es la misma. David atribuye toda su grandeza a la condescendiente bondad de su Padre celestial. Que este sentimiento halle eco en nuestros corazones esta noche, mientras ponemos a los pies de Jesús nuestras coronas y clamamos: “Tu bondad me ha acrecentado”. ¡Cuán maravillosa ha sido nuestra experiencia de la benignidad de Dios! ¡Cuán suaves han sido sus correcciones! ¡Cuán benigna su clemencia! ¡Cuán agradables sus enseñanzas! ¡Cuán cariñosa su atracción! ¡Oh, creyente, medita en este tema! Que la gratitud se despierte; que la humildad se profundice; que el amor se avive antes que caigas dormido esta noche.

Charles Haddon Spurgeon.