Versículo para hoy:

lunes, 22 de febrero de 2016

En el desierto - Nancy Leigh DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – FEBRERO 22

“Jehová es tardo para la ira y grande en poder”. Nahum 1:3.

JEHOVÁ “es tardo para la ira”. Cuando la misericordia viene al mundo es traída por alados corceles. Los ejes de las ruedas de su carro están rojos por la velocidad; pero cuando viene la ira, avanza con pasos cortos, porque Dios no tiene placer en la muerte del pecador. La vara de la misericordia siempre está extendida en su mano; en cambio, su espada de justicia está en su vaina, sujeta por aquella amorosa mano traspasada que sangró por los pecados de los hombres. “Jehová es tardo para la ira”, porque es grande en poder. Es en verdad grande en poder quien tiene dominio sobre sí mismo. Cuando el poder de Dios se contiene, entonces es realmente poder. El poder que traba a la omnipotencia es omnipotencia superada. Un hombre de gran corazón puede soportar el insulto por mucho tiempo y sólo se ofende por el agravio cuando un sentido de justicia demanda su acción. El débil de alma se irrita en seguida; el fuerte, soporta como una roca, que no se mueve, aunque mil olas se estrellen sobre ella, y echen su despreciable malicia en espuma sobre su cima. Dios observa a sus enemigos, y sin embargo no se excita, sino contiene su ira. Si fuera menos divino de lo que es, hubiera, hace tiempo, enviado la totalidad de sus truenos y vaciado los depósitos del cielo; hubiera secado la tierra con extraños fuegos de sus más bajas regiones, y el hombre hubiera sido enteramente destruido, pero la grandeza de su poder nos trajo, en cambio, misericordia. Querido lector, ¿en qué estado te hallas esta tarde? ¿Puedes con fe humilde mirar a Jesús y decir: “Substituto mío, tú eres mi roca y mi esperanza”? Entonces, amado, no temas el poder de Dios, porque ahora que has sido perdonado y aceptado, ahora que por la fe te has refugiado en Cristo, el poder de Dios no debe espantarte más que el escudo y la espada del soldado espantan a aquellos a quienes él ama. Regocíjate más bien en que el que es “grande en poder” es tu Padre y Amigo.

Charles Haddon Spurgeon.