Versículo para hoy:

jueves, 20 de diciembre de 2018

Os ha nacido hoy, día 2 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



DICIEMBRE 20

“Yo, yo soy vuestro Consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado? Y haste ya olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir; mas ¿en dónde está el furor del que aflige?” 

Que este mismo versículo sea la porción de hoy. No es necesario amplificarlo. Creyente atemorizado, léelo, créelo, cómelo y reclama su cumplimiento delante del Señor. El que temes es solamente un hombre después de todo; mientras el que promete confortarte es Dios, tu Hacedor y el Criador del cielo y de la tierra. Consuelo infinito sobrepuja un peligro limitado.

“¿En dónde está el furor del que aflige?” Está en la mano del Señor. Es solamente el furor de un hombre mortal; furor que termina tan pronto como cesa el soplo de sus narices. ¿Por qué entonces estamos atemorizados de uno tan débil como nosotros mismos? No deshonremos a nuestro Dios haciendo un dios del hombre débil. Podemos hacer un ídolo de un hombre, tanto por temerle excesivamente como por darle excesivo amor. Tratemos a los hombres como hombres y a Dios como a Dios; y entonces seguiremos tranquilamente la senda del deber, temiendo al Señor y no temiendo a ningún otro.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

Os ha nacido hoy, día 1 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



DICIEMBRE 19

“Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado”. Salmo 34:20.

Esta promesa por su contexto se refiere al justo muy afligido: “Muchos son los males del justo; mas de todos ellos lo librará Jehová”. Podrá sufrir heridas, pero no le pasará gran daño, “ni uno de sus huesos será quebrantado”.

Esto es gran consuelo para el hijo de Dios en la prueba y un consuelo que yo puedo aceptar; porque hasta ahora no he sufrido ningún perjuicio por mis muchas aflicciones. No he perdido ni fe, ni esperanza, ni amor. No; en vez de perder estos huesos de carácter, he ganado fuerza y energía. Tengo más conocimiento, más experiencia, más paciencia y más estabilidad de lo que tenía antes que vinieran las pruebas. Ni aun mi gozo ha sido destruido. La enfermedad, el luto, el abatimiento, la calumnia y la contradicción me han causado muchas contusiones; pero la contusión ha sanado y no ha habido una fractura doble de hueso ni una fractura sencilla. La razón no está lejos de buscar. Si confiamos en el Señor, Él guarda todos nuestros huesos; y si Él los guarda, podemos estar seguros que ni uno de ellos será quebrantado.

Corazón mío, no te entristezcas. Estás resentido, pero los huesos no son quebrantados. Sufre trabajos y desafía el temor.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.