Versículo para hoy:

jueves, 18 de octubre de 2018

Elige la fidelidad - Nancy DeMoss de Wolgemuth



OCTUBRE 18

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”. Salmos 126:5.

Tiempos de llanto son propios para la siembra; no queremos que la tierra esté demasiado dura. El grano mojado con las lágrimas de solicitud sincera brotará antes. Las lágrimas saladas de la oración darán un gusto al grano bueno que lo preservará del gusano: la verdad hablada con una sinceridad solemne tiene doble vida. En vez de cesar de sembrar porque estamos llorando, redoblemos nuestros esfuerzos porque el tiempo es tan propicio.

Nuestro grano celestial no podía ser sembrado debidamente con risa. La tristeza y la ansiedad profunda acerca de las almas de otros, son más propias que la ligereza para acompañar a la enseñanza piadosa. Hemos oído de hombres que salieron a la guerra con corazones alegres, pero fueron vencidos; y generalmente es así con los que siembran de la misma manera.

Ven entonces, alma mía, siembra con lágrimas porque tienes la promesa de una cosecha gozosa. Segarás. Tú mismo verás algún resultado de tu labor. Esto vendrá en tan grande medida que te dará una alegría que no hubieras tenido con una cosecha pobre, seca y escasa. Cuando tus ojos están turbios con lágrimas plateadas, piensa en el trigo dorado. Lleva con gusto el trabajo y los contratiempos; porque la cosecha te recompensará ampliamente.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

Amistad en el matrimonio - Nancy DeMoss de Wolgemuth



OCTUBRE 17

“El que teme el mandamiento, será recompensado”. Proverbios 13:13.

El temor respetuoso de la Palabra de Dios es grandemente despreciado. Los hombres piensan que son más sabios que la Palabra del Señor y la juzgan. “Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios”. Aceptamos el Libro inspirado como infalible, y mostramos nuestra estima por nuestra obediencia. No tenemos temor de la Palabra, sino un temor filial. No tememos sus castigos porque tememos sus mandamientos.

Este santo temor del mandamiento produce el descanso de la humildad, que es mucho más dulce que el atrevimiento del orgullo. Nos viene a ser un guía en nuestros pasos; un freno cuando vamos cuesta abajo y un estímulo cuando vamos hacia arriba. Guardados del mal, y guiados en justicia por nuestra reverencia al mandamiento, alcanzamos una conciencia tranquila, que es un manantial de gozo; una exención de responsabilidad que es como vida de entre los muertos; y una certeza de que estamos agradando a Dios, que es el cielo sobre la tierra. Los impíos pueden poner en ridículo nuestro profundo respeto para la Palabra del Señor; ¿pero qué importa? El premio de la soberana vocación es suficiente consolación para nosotros. Las recompensas de la obediencia nos hacen despreciar los desprecios de los burladores.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.