Versículo para hoy:

sábado, 1 de junio de 2019

1 de junio – LAZOS DE GRACIA

En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. 1 Juan 3:16-18.

Nosotros debiéramos reconocer los lazos de sangre más de lo que lo hacemos. Somos demasiado propensos a olvidar que Dios «de un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra» (Hechos 17:26), de manera que mediante el común vínculo de sangre, todos somos hermanos. Pero amados, los lazos de gracia son mucho más fuertes que los lazos de sangre. Si realmente nacieron de Dios, son hermanos por medio de una hermandad que es más fuerte que la hermandad natural que te permitió acostarte en la misma cuna y prenderte al mismo pecho porque los hermanos según la carne pudieran estar separados eternamente. La mano derecha del Rey podría ser la posición conferida a uno y su izquierda, la posición conferida al otro, pero los hermanos que realmente nacieron de Dios comparten una hermandad que debe durar para siempre.

Si somos del mundo, el mundo amará a los suyos, lo mismo sucede si somos del Espíritu, el Espíritu amará a los suyos. Toda la familia redimida de Cristo está firmemente ligada. Nosotros mismos, habiendo nacido de Dios, seguimos buscando para ver a aquellos que han «nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera» (1 Pedro 1:23), y cuando los vemos, no podemos evitar amarlos. De una vez se produce entre nosotros un lazo de unión.

A través de la Biblia en un año: 2 Samuel 9-12

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.