Versículo para hoy:

domingo, 12 de noviembre de 2023

El cuidado de las almas / Conferencia 2023


NOVIEMBRE 12 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"La prueba de vuestra fe". 1 Pedro 1:7.

LA fe no probada puede ser una fe genuina, pero es, sin duda una fe débil, y probablemente mientras esté sin pruebas ha de permanecer enana. La fe nunca prospera más que cuando todas las cosas le son contrarias: las tormentas son sus entrenadores y los relámpagos son sus iluminadores. Cuando en el mar reina calma, extiende como quieras las velas, la nave no marchará hacia su puerto, pues en un mar dormido la quilla duerme también. Deja que los vientos soplen furiosamente y que las aguas se agiten, pues es así como el barco podrá llegar al puerto deseado, aunque se balancee de un lado al otro, y aunque su cubierta se lave con las olas, y el mástil cruja bajo la presión de las infladas velas. Ninguna flor tiene un azul tan hermoso como las que crecen al pie de los helados ventisqueros. Ninguna estrella brilla más que las que fulguran en el cielo polar; ninguna agua tiene un gusto más agradable que la que corre por el desierto de arena, y ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad. La fe probada trae experiencia. Si no hubieses estado obligado a pasar por los ríos, no habrías creído en tu debilidad; si no hubieses sido sostenido en medio de las aguas, nunca habrías conocido la potencia de Dios. La fe cuanto más se ejercita en la tribulación, más crece en firmeza, en seguridad y en intensidad. La fe es preciosa, y su prueba es preciosa también.
Que esto, sin embargo, no desanime a los que son jóvenes en la fe. Tú tendrás, sin buscarlas, suficientes pruebas; la porción completa la tendrás a su debido tiempo. Entretanto, si aun no puedes hablar de los resultados de una larga experiencia, agradece a Dios por la que tienes; alaba a Dios por el grado de confianza que has alcanzado. Anda conforme a esa norma, y tú tendrás más y más de las bendiciones de Dios, hasta que tu fe desarraigará las montañas y superará las imposibilidades.

NOVIEMBRE 11 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

“Acá abajo están los brazos eternos”. Deuteronomio 33:27.

DIOS –el eterno Dios- es nuestro sostén en todos los tiempos, y especialmente cuando estamos sumergidos en profunda aflicción. Hay ocasiones cuando el cristiano se sume en profunda humillación. Bajo un profundo sentimiento de su propia perversidad, se humilla a tal punto que apenas sabe cómo orar, pues, en su concepto, aparece muy indigno. Hijo de Dios, recuerda que cuando estás en lo peor de esa aflicción, “abajo” de ti “están los brazos eternos”. El pecado te puede arrastrar a ese bajo nivel, pero la gran expiación de Cristo está, sin embargo, debajo de ti. Quizás hayas descendido a las profundidades, pero no puedes haber caído “hasta lo sumo”. Además el cristiano se hunde a veces muy profundamente en terribles pruebas que le vienen de afuera. Le quitan toda ayuda terrenal. ¿Qué hacer en ese caso? Debajo de él aun están los brazos eternos. No puede descender tan profundamente en la angustia y en la aflicción sin que la gracia del pacto del siempre justo Dios, no lo rodee aun allí. El cristiano puede también sumergirse en la aflicción que procede de su ser, por las luchas que sostiene, pero aun en ese caso no puede descender más allá del alcance de “los brazos eternos”, pues ellos están debajo de él; y mientras esté sostenido por ellos, todos los esfuerzos del diablo para dañarlo no prosperarán. Esta seguridad de ser sostenido es un aliciente a cualquier débil pero fervoroso obrero que está ocupado en el servicio de Dios. Esto significa una promesa de fortaleza para cada día, de gracia para cada necesidad, y de fuerza en el cumplimiento de cada deber. Y, además, cuando venga la muerte, la promesa subsistirá aun. Cuando estemos en medio del Jordán, podremos decir con David: “No temeré mal alguno porque tú estarás conmigo”. Descenderemos al sepulcro, pero no más allá, porque los brazos eternos nos sostendrán. En el curso de toda la vida y en su terminación, seremos sostenidos por los “Brazos Eternos”.