Versículo para hoy:

viernes, 3 de agosto de 2018

El Padre Nuestro, día 28 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



AGOSTO 3

“Mas el sacerdote, cuando comprare persona de su dinero, esta comerá de ella, y el nacido en su casa: estos comerán de su pan”. Levítico 22:11.

El extraño, el huésped y el jornalero no podían comer de las cosas sagradas. Aun es así en las cosas espirituales. Pero dos clases de personas podían entrar libremente a la mesa sagrada; los que fueron comprados con el dinero del sacerdote, y los que nacieron en la casa del sacerdote. Comprados y nacidos, estas eran las dos pruebas indisputables de que tenían derecho a las cosas santas.

Comprados. Nuestro gran Sumo Sacerdote ha comprado con precio a todos los que han puesto su confianza en Él. Son su propiedad absoluta, del todo del Señor. No por lo que son en sí mismos, sino por amor de su poseedor, son admitidos a los mismos privilegios de que Él mismo goza, y “estos comerán de su pan”. Él tiene una comida que comer que los hombres mundanos no saben. “Porque sois de Cristo”, por eso tendréis parte con vuestro Señor.

Nacidos. Este es igualmente el camino seguro del privilegio; si hemos nacido en la casa del sacerdote, tomamos nuestro lugar con el resto de la familia. La regeneración nos hace coherederos, y del mismo cuerpo, y, por lo tanto, la paz, el gozo y la gloria que el Padre ha dado a Cristo, Cristo nos lo ha dado a nosotros. La redención y la regeneración nos han dado un doble derecho divino a esta promesa.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.