Versículo para hoy:

viernes, 17 de junio de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – JUNIO 17

“Entonces cantó Israel esta canción: Sube, oh pozo; a él cantad”. Números 21:17.

EL pozo de Beer en el desierto fue famoso por ser el tema de una promesa: “Este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Junta el pueblo y les daré aguas”. El pueblo necesitaba agua, y esta le fue prometida por el Dios de la gracia. Necesitamos provisiones de gracia celestial y, en el pacto, Dios se ha comprometido darnos todo lo que pedimos. El pozo, en segundo lugar, fue causa de un canto. Antes que el agua brotara, la alentadora fe estimuló a la gente a cantar; y, al ver burbujear la cristalina fuente, la música se hizo aun más alegre. De la misma manera, los que creemos en la promesa de Dios, debiéramos regocijarnos ante la perspectiva de que nuestras almas gocen de avivamientos divinos, y, al experimentarlos, nuestro santo gozo desbordará. ¿Estamos sedientos? No murmuremos, sino cantemos. La sed espiritual es difícil de soportar, pero no es necesario que la soportemos, pues la promesa nos señala un pozo. Animémonos y busquémoslo. Además, el pozo fue el centro de una oración. “¡Sube, oh pozo!” Debemos demandar lo que Dios se comprometió a darnos, de lo contrario manifestaremos que ni tenemos deseos ni fe. Roguemos esta noche que tanto el pasaje leído como nuestras devociones no sean una vacua formalidad, sino un canal de gracia para nuestras almas. ¡Oh que el Espíritu Santo obre en nosotros con todo su poder llenándonos con toda la plenitud de Dios! Por fin, el pozo fue el objeto de un esfuerzo. “Caváronlo los príncipes del pueblo con sus bordones”. El Señor quiere que seamos activos para obtener gracia. Nuestros bordones no se adaptan para cavar en la arena, pero debemos usarlos con toda nuestra fuerza. La oración no debe ser descuidada; las reuniones no deben ser abandonadas; el Bautismo y la Cena del Señor no deben ser menospreciados. El Señor nos dará su gracia muy abundantemente, pero no por el camino de la ociosidad. Movámonos, pues, para buscar al Señor, en quien están todos los frescos manantiales.

Charles Haddon Spurgeon.