Versículo para hoy:

viernes, 31 de diciembre de 2021

31 de diciembre - Un nuevo comienzo - Ray Stedman

 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Job murió muy anciano, colmado de días. Job 42:16-17

El libro de Job termina con una nota de contentamiento y paz. Es posible que Job tuviese unos setenta años cuando comenzó el libro; así que es un anciano. ¡Qué retrato de paz, de un hombre satisfecho! Dios le había bendecido grandemente.

Ante nosotros tenemos un nuevo año, un nuevo comienzo. El anterior ha pasado; ha desaparecido para siempre. Dios nos invita siempre a que nos olvidemos de todas las desconfianzas y temores, todas las ansiedades del pasado, todos los resentimientos que hemos venido sintiendo, todos los rencores, todas las críticas, a que las dejemos de lado y comencemos de nuevo.

El interrogante con el que nos enfrentamos al concluir este libro (y yo lo siento profundamente en mi corazón) es: “¿Sobre qué base voy a vivir este nuevo año? ¿Será sobre la antigua base, en el sentido de que todo depende de mí, de que lo tengo que hacer yo mismo con mi propia bondad ante Dios, intentando lo mejor posible complacer a Dios, y que yo lo diga de todo corazón, sin darme nunca cuenta de las profundidades del mal con el que me tengo que enfrentar?”. ¿O aceptaré yo el don de Dios que me espera todos los días, fresco de Su mano, un don de perdón, de justicia que ya me pertenece, de una relación en la que Él es mi amado Padre y yo soy su hijo querido y amado, y mediante la cual todas mis necesidades han sido provistas durante todo el día, de modo que pueda decirle que no al mal y sí a la verdad y a la justicia?

¿Será sobre esta base? Si lo es, este será un año durante el cual mi vida se caracterizará por la paz, la fragancia y la belleza, y lo mismo le sucederá a usted. O si insistimos en vivirla sobre la misma antigua base, nos encontraremos como estos amigos de Job, suscitando la ira y la cólera de Dios. Aunque Él es paciente y misericordioso, nuestra única escapatoria será arrepentirnos del mal y descansar sobre la justicia de nuestro Sustituto perfecto: JESUCRISTO, y regresar a Dios para la bendición que Él está esperando concedernos. Esa es la opción que tenemos ante nosotros, cada uno de nosotros. ¿Cómo vamos a vivir este nuevo año?

Señor, te doy gracias por este nuevo año que tengo ante mí. Te escojo a Ti. He escogido depender de Ti y aceptar de Tu mano todo lo que Tú quieras darme.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Tenemos ante nosotros todo un año nuevo, un nuevo comienzo. El viejo ha pasado; ha desaparecido para siempre. ¿Sobre cuál de estas dos bases vamos a vivir este nuevo año?

jueves, 30 de diciembre de 2021

30 de diciembre - Las hijas de Job - Ray Stedman

 A la primera le puso por nombre Jemima; a la segunda, Cesia, y a la tercera, Keren-hapuc. Y no había en toda la tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job, a las que su padre dio herencia entre sus hermanos. Job 42:14-15

Lo fascinante de este relato es que toda la Escritura da la impresión de concentrarse en las hijas de Job en lugar de en los hijos. En el capítulo 1, eran los hijos los que estaban en primera fila. Tenían una fiesta de cumpleaños cada año e invitaban a sus hermanas a que fuesen y la compartiesen con ellos, pero aquí, al final del libro, eran las hijas de Job. Siendo el padre de cuatro hijas hermosas yo mismo, sé cómo se debió sentir Job sobre ellas. Él estaba orgulloso de sus hijas y de hecho les concedió una herencia entre sus hermanos, lo cual era algo totalmente inusitado en la cultura de aquellos tiempos.

Para cualquiera que esté intentando decidir sobre un nombre para una niña recién nacida, he aquí algunas excelentes sugerencias: Jemima, Cesia y Keren-hapuc. Estos nombres son significativos, y aquí están sus significados:

• Jemima significa “paloma”. A lo largo de las Escrituras e incluso en nuestra cultura actual, la paloma es un símbolo de paz.

• Cesia es otra manera de escribir el nombre Casia, y recordará usted que cuando los magos, o sabios, llevaron regalos al pequeño Jesús, le llevaron regalos de casia, áloes y mirra, todos los cuales eran fragancias e incienso y eran caros, poco comunes y preciosos. Por lo tanto, la casia es incienso o una fragancia. Ese es el simbolismo tras el nombre.

• Keren-hapuc significa literalmente “el cuerno de adorno” y es una referencia, por lo tanto, a la belleza exterior que es el resultado del carácter interior.

Las hijas, que representan paz, fragancia y belleza, son fruto de las pruebas por las que pasó Job.

Sin duda, como dice el texto, no había mujeres más hermosas que ellas en toda la tierra. El Nuevo Testamento, en Romanos 5, nos dice que el sufrimiento produce fruto para todos aquellos que perseveran, como evidencia del amor de Dios. “La tribulación”, dice Pablo, “produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza” (vv. 3-4). La prueba produce esperanza, esperanza en que se está usted convirtiendo en la clase de persona que desea ser, y “la esperanza no nos defrauda”, dice Pablo (Romanos 5:5a). Hace que nos sintamos confiados y seguros de nuestro Dios, así como del poder y los recursos de la vida espiritual. Este es el mensaje que tenemos al final de este libro.

Señor, te doy gracias por mi propio quebranto del que Tú produces belleza, paz y una vida fragante que a Ti te complace.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
El gozo más grande lo sentimos cuando empezamos a comprender el amor infinito y la sabiduría de Dios como nuestro Padre. Esta comprensión con frecuencia da como resultado un curso posgrado en disciplina paternal.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

29 de diciembre - La compasión y la misericordia de Dios - Ray Stedman

 Jehová bendijo el postrer estado de Job más que el primero. Job 42:12

Esto es lo que Santiago llama “el fin que le dio el Señor”, revelando que Dios es "misericordioso y compasivo" (Santiago 5:11). Dios no se convirtió de repente en un Dios misericordioso y compasivo con Job; lo había sido siempre. El carácter de Dios, que no cambia, es compasión y misericordia. Él es amor, y aunque a veces haga que pasemos tiempos de pruebas, de presiones y de sufrimientos, no es porque Él está enojado y molesto; es porque Él es compasivo y misericordioso. Si nosotros esperamos, Él nos llevará al lugar en el que veremos esto con toda claridad, como le sucedió a Job. Así que el propósito del Señor es revelar Su propio corazón de compasión y de misericordia a este querido anciano.

Hay un pasaje precioso en las Lamentaciones de Jeremías que creo que debemos recordar siempre que estemos pasando por pruebas y sufrimientos. Yo quisiera animar al lector a que lo memorice al enfrentarse usted con un nuevo año: “El Señor no rechaza para siempre; antes bien, si aflige, también se compadece según su gran misericordia, pues no se complace en afligir o entristecer a los hijos de los hombres” (Lamentaciones 3:31-33).

Él hará que pasemos por sufrimientos porque Él nos ama y lo necesitamos, pero no es algo que Él haga a la ligera. Él siente nuestro dolor con nosotros. Como un buen padre con sus hijos, a veces Él sufre más de lo que lo hacemos nosotros, y no es algo que haga voluntariamente. Creo que debemos recordar esto cuando pasamos por tiempos de presión y de peligro.

Dios mueve a los familiares y los amigos de Job a traerle regalos de plata y oro. Pero tal vez estos regalos de plata y oro que le trajeron sus familiares y los amigos fueron la manera en que Dios estaba proveyendo el fundamento de la riqueza que le iba a conceder a Job. Sea como fuere, Job acabó teniendo el doble de todo lo que había tenido con anterioridad.

“Bueno”, dirá usted, “Dios dobló todo, menos sus hijos y sus hijas. Él acabó teniendo siete hijos y tres hijas, como había tenido al principio”. No, usted se olvida de que tenía siete hijos y tres hijas en los cielos y siete hijos y tres hijas más en la tierra, de manera que Dios realmente le dio a Job el doble de todo lo que había tenido al principio. Esa es la misericordia de Dios. Él no aflige voluntariamente o causa dolor a los hijos de los hombres, sino que anhela concederles bendición cuando ellos llegan al lugar donde pueden manejar las bendiciones que Él quiere concederles.

Ayúdanos a aceptar Tus tiernas misericordias, Señor, y ver tras ellas Tu corazón amoroso y compasivo. Ayúdanos, por medio de nuestro entendimiento, a alabar la gloria de nuestro gran Dios.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Las pruebas son cursos posgrados que nos permiten aprender a confiar en el propósito inmutable de nuestro Padre. ¿Le vemos nosotros como nuestro amable Padre, cuyo deseo es siempre bendecir a Sus hijos?

martes, 28 de diciembre de 2021

28 de diciembre - Un Dios de propósito - Ray Stedman

 Respondió Job a Jehová y dijo: “Yo reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto”. Job 42:1-2

Lo más importante de los temas de este libro de Job es que nos revela el carácter de Dios mismo. A veces nos da la impresión de que Dios es un Ser frío, impersonal y distante, que no se preocupa por nosotros, e incluso es despiadado y vengativo, demandándonos muchas cosas, como Ser poderoso, pero sin compasión. Estoy seguro de que si realizásemos una encuesta descubriría usted que esa es la visión más corriente acerca de Dios en el mundo hoy. El término medio de las personas en la calle, si piensan para algo en Dios, piensan que es un Ser bastante frío y distante, que es poderoso y justo, duro y exigente, que es un Dios colérico. A este Dios normalmente se le llama el “Dios del Antiguo Testamento”, como si Dios fuese dos clases de seres, uno en el Antiguo Testamento y otro en el Nuevo.

Pero lo que enseña el libro de Job es que, tras la aparición (e incluso Job le vio a Él de ese modo durante un tiempo), Dios es siempre exactamente lo que es, no un Dios despiadado y frío, sino de hecho profundamente consciente de nuestros problemas. Él se preocupa por nosotros, controlando cuidadosamente todo lo que nos afecta, limitando el poder de Satanás y permitiendo ciertas expresiones, de acuerdo con Su conocimiento de lo mucho que podemos resistir. Él es paciente, perdonador y finalmente responsable de todo lo que sucede.

En el principio de este libro, la atención del lector se centra en tres seres: Dios, Satanás y Job. Para el final del libro, Satanás ha desaparecido por completo. Todo lo que nos queda es Dios ante Job, diciéndole: “Está bien, Job, yo soy responsable. ¿Tienes algo que preguntar?”. Cuando Job empieza a ver lo que Dios está planeando en Sus vastos y cósmicos propósitos y lo que está haciendo posible por medio de los sufrimientos de Job, ya no le quedan más preguntas que hacer. La última visión de Dios en este libro es la de un Ser de una increíble sabiduría que reúne las cosas muy por encima de los sueños y de la imaginación humana, que está llevando a cabo planes increíbles de infinito deleite y gozo que nos dará a nosotros si esperamos que Sus propósitos se resuelvan totalmente.

El Señor menciona un tiempo “cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios” (Job 38:7) durante la creación del mundo, pero otros pasajes de las Escrituras nos hablan acerca de un tiempo futuro durante el cual los hijos de Dios serán revelados (Romanos 8:19), cuando toda la creación gritará con una gloria superior a la que jamás se ha conocido durante la primera creación, en la nueva creación que Dios ha llevado a cabo por medio de los sufrimientos, las pruebas y las tribulaciones de esta actual escena. Este es el motivo por el que las Escrituras hablan en numerosos pasajes acerca de “pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17). Cuando amanezca ese día, aquello por lo que nos sentiremos infinitamente agradecidos, la cosa por encima de todas las demás que nos encantará y nos alegrará y causará que nos gloriemos en ella, es el hecho de que, de todo el universo creado, nosotros fuimos escogidos para ser los que llevásemos el nombre de Dios en la hora de peligro y aflicción, de problemas y pruebas. No hay mayor honor que este.

Padre nuestro, lo considero verdaderamente un poderoso privilegio llevar el reproche por amor a Tu nombre. Sé que vendrá el día cuando ese será mi principal gozo.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
El dolor es con frecuencia el megáfono de Dios para obligarnos a centrar nuestra atención en la gracia de Dios. ¿Estamos nosotros tan distraídos con los pequeños detalles del mundo que no podemos ser conscientes del vasto plan del amor de Dios?

lunes, 27 de diciembre de 2021

27 de diciembre - El perdón y la oración - Ray Stedman

 Fueron, pues, Elifaz el temanita, Bildad, el suhita, y Zofar, el naamatita, e hicieron como Jehová les había dicho. Y Jehová aceptó la oración de Job. Job 42:9

Fíjese usted en la insistencia de Dios respecto a la oración de intercesión aquí. ¡Qué cosa tan interesante es esta! Dios les dice a estos amigos: “No habrá perdón para vosotros sin la petición de Job a vuestro favor. Si deseáis ser recibidos y perdonados, no solo debéis traer sacrificios, sino que además mi siervo Job debe orar por vosotros”. ¡Qué lección tan instructiva es esta acerca de la oración! En este pasaje se destaca el significado de la oración, y es tan importante que Dios dice que, a menos que Job ore, Él se encargará de los tres amigos “según la insensatez de ellos” (v. 8). ¡Qué pobres son nuestras vidas y las vidas de nuestros amigos y seres amados sencillamente porque creemos que la oración no es importante y no nos molestamos en orar los unos por los otros! Dios enfatiza esto aquí: “Job, tus amigos no serán aceptados a menos que tú ores por ellos”. Cuando Job oró, fueron realmente perdonados.

¡Qué imagen tan hermosa del perdón encontramos aquí! A mí me encanta imaginarme esta escena en mi imaginación. He aquí la oportunidad de Job, si alguna vez la deseaba, para vengarse de sus amigos. Cuando Dios se los envía con sus sombreros en sus manos pidiendo perdón y suplicando sus oraciones, qué fácil le hubiera resultado a él decir: “¡Aha! ¡Ya me parecía a mí que ibais a cambiar de opinión! Vosotros fuisteis los que me causasteis todos esos problemas. Me agotasteis, me acusasteis falsamente, dijisteis todas esas cosas malvadas acerca de mí, y ahora os tengo exactamente donde quería. Os voy a dejar sudar durante un poco de tiempo. ¡Me voy a vengar de vosotros!”. Eso es lo que hubiésemos dicho muchos de nosotros, pero es evidente que Job no hace eso.

¡Ojala pudiésemos haber escuchado su oración! Estoy seguro de que debió de ser algo así: “Oh Señor, aquí están estos tres amigos míos. Han sido cabezotas, insensatos, hombres ignorantes, como yo lo era, Señor. Tú me perdonaste, y ahora te pido que también les perdones a ellos”. ¡Qué precioso espíritu de perdón se emplea aquí. Job pudo haber dicho: “Les llamé consoladores miserables, que es lo que fueron. Yo sugerí que fueron orgullosos y arrogantes y la sabiduría debió morir con ellos. Pero, Señor, yo fui igualmente orgulloso e ignorante. Tú me perdonaste; así que, Señor, te pido que también les perdones a ellos”. El Señor escuchó la oración de Job y la aceptó, y sus amigos fueron perdonados.

Yo no creo que exista nada más contrario al espíritu cristiano que tener un corazón que no perdona, que guarda rencor, que se niega a hablar a otro cristiano o que actúe con frialdad en las relaciones los unos con los otros. Nada dista más del espíritu del perdón cristiano que esto. ¡Qué cosa tan hermosa ver a Job orando por sus amigos sin la menor señal de resentimiento o esfuerzo alguno por vengarse, sino que los trae ante Dios. Él honra la oración; Él perdona a estos hombres y les restaura Su gracia.

Señor, te doy gracias porque al invitarme a orar por otros, me estás invitando a participar de Tu perdón.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Si nosotros tenemos una actitud amarga que no perdona, ¿estamos nosotros frustrando el perdón de Dios hacia nosotros? El perdonar a otros permite a las dos partes experimentar la gracia de Dios.

domingo, 26 de diciembre de 2021

Seis formas que Satanás usa para robar la Navidad - John MacArthur

¿Pero cómo puede alguien perderse la Navidad con la cantidad de propaganda, publicidad y promoción que esta fiesta recibe cada año? Porque a pesar de que muchos celebran la Navidad cada año, la mayoría no sabe de qué se trata.




 

26 de diciembre - Diciendo lo que es justo - Ray Stedman

 Aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz, el temanita: “Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job”. Job 42:7

Tal vez nos sintamos sorprendidos porque en dos ocasiones en este relato Dios afirma que Job tenía razón en lo que había dicho acerca de Él. Nosotros no hemos visto nunca ningún reconocimiento hasta el momento de que Job hubiese dicho cosas que estaban bien. De hecho, la mayor parte del libro tiene el propósito de destacar que Job estaba equivocado en su actitud acerca de Dios. Aunque tanto Job como sus amigos dicen algunas cosas maravillosas que son verdad acerca de Dios y hay grandes pasajes brillantes y gloriosos que muestran algo de Su poder, belleza y sabiduría, Job mismo admitió que había hablado con ignorancia e insensatez y se arrepiente de esto colocando su mano sobre su boca. De manera que es bastante sorprendente que Dios admita dos veces que Job había dicho lo que estaba bien acerca de Él.

¿De qué manera dijo lo que estaba bien? Primero, cuando Job no pudo ver el pecado en sí mismo, de hecho acusó a Dios de ser injusto, pero el momento en que Dios le mostró el pecado que está todavía profundamente arraigado en su corazón, se arrepiente de inmediato. No hay duda alguna ni argumento, ni se defiende a sí mismo. Admite de inmediato que el problema lo tiene él, no Dios.

En segundo lugar, Job es siempre sincero respecto a los hechos, tal y como él los vio. No los vio con demasiada claridad, y hay cosas acerca de él mismo y acerca de la manera que Dios gobierna el universo que él no había entendido, pero en lo que sí había entendido, fue siempre honesto. No distorsionó ni torció los hechos con el fin de que encajasen con una teología inadecuada.

En tercer lugar, llevó su problema a Dios, aunque Dios era su problema. Esto es algo admirable en Job. Usted recordará que a lo largo de todo el relato está constantemente haciendo oración. Por el tormento y la angustia que siente, acaba siempre presentando su queja ante Dios. Los amigos no oran nunca por Job. No piden nunca a Dios que alivie sus sufrimientos; nunca piden ayuda o sabiduría o entendimiento por su parte. Sencillamente ignoran todo contacto con el Dios viviente, pero Job está continuamente clamando ante Dios y trayéndole sus problemas, su desconcierto y su confusión al Señor mismo, pidiéndole sabiduría y ayuda.

Finalmente, cuando Job se arrepiente, declara sin reserva alguna que Dios es Dios, que Él es santo, sabio, justo y bueno, incluso cuando parece ser de otro modo. Para concluir, esa es la más elevada expresión de la fe, que no confiamos en nuestras observaciones humanas respecto a lo que está sucediendo. Entendemos las limitaciones de nuestra humanidad y no damos por sentado que tenemos todos los hechos, de manera que podamos condenar y juzgar a un Dios santo. Eso es lo que hace Job; dice que Dios es justo y santo en todo lo que hace.

Señor, incluso cuando no puedo entender lo que Tú estás haciendo, ayúdame a decir lo que es justo respecto a Ti y traer mi carga ante Ti como el Único que puede sostenerme.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Dios puede usar el dolor para profundizar nuestra comprensión superficial de quién es Dios en realidad. ¿Reconocemos nosotros la diferencia entre sencillamente saber acerca de Dios y realmente conocerle?

sábado, 25 de diciembre de 2021

¿Quién Pudo Soñar? - La IBI [Video de LETRAS OFICIAL]


Evidencias sobre el NACIMIENTO de Cristo | BITE


25 de diciembre - Navidad en Uz - Ray Stedman

 Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes le habían conocido vinieron a él y comieron pan con él en su casa. Se condolieron de él, lo consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro. Job 42:11

¿No suena eso como la Navidad? Supongo que usted debe de estar diciendo: “¡Espere un momento! ¡Vaya, esto no es la Navidad! ¡Esto sucedió mucho antes de que nadie celebrase la Navidad! Esto fue dos mil años antes de que viniese Cristo. ¿Cómo pudo haber Navidad en el libro de Job?”.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la ocasión que se describe aquí es una reunión familiar. Los hermanos y hermanas de Job y todos sus amigos que le habían conocido con anterioridad se reúnen. Están también presentes los tíos y las tías, los sobrinos y las sobrinas y los nietos. Para entonces Job es ya un hombre de setenta años o posiblemente más mayor, y aunque todos sus hijos habían perecido, debió de tener nietos y biznietos para entonces, y todos los vecinos y sus amigos habían traído a sus familias. Así que esta era una gran ocasión familiar como es la Navidad para nosotros y siempre lo ha sido.

La segunda cosa que ve usted aquí es que esta era una ocasión festiva. Se habían reunido para comer juntos, y es algo que también hacemos nosotros actualmente. ¡Empezamos con pavo relleno y terminamos con personas rellenas! Esta ha sido siempre la costumbre en la Navidad. A lo largo de la historia y en la mayoría de las culturas en las que se reconoce la Navidad, el festejar ha sido parte de la celebración de la Navidad.

Pero además tenemos otra cosa aquí que podemos asociar con la Navidad. Es lo que llamamos compañerismo. La familia y los amigos de Job se reunieron para expresarle su simpatía y comprensión por todo el dolor y el sufrimiento por el que estaba pasando.

El hacer regalos es algo que puede además recordarnos la Navidad. Estos amigos le dieron a Job regalos de plata y oro. En la Biblia estos dos metales se usan de manera simbólica como una imagen de la redención. La plata es la señal de la redención y el oro es la imagen de la deidad, Dios redimiendo a las personas. Es por esto que es la Navidad en casa de Job. Es evidente que el testimonio de Job a sus amigos tuvo tal efecto sobre ellos que en gratitud por lo que aprendieron de él le hicieron regalos de plata y de oro, para expresarle su entendimiento de la redención de Dios entre el pueblo.

Job descubrió dos mil años antes del nacimiento de Jesús y Su muerte eventual en la cruz que iba a venir Uno al mundo, y como le dijo el ángel a María: “salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). Esto es lo que produce gozo y alegría en los corazones de los creyentes en la época de la Navidad. Si usted conoce al Señor Jesús, tiene usted el más grande don que puede dar Dios a una persona. De la riqueza de su vida descubrirá que puede compartir con gozo todo lo que tiene con las personas que tienen menos, para que resuene el gozo y la acción de gracias en una temporada como esta.

Señor, te doy gracias por el más grande de los dones, el don de Tu Hijo.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
El conocer a Jesús es el más grande don que podemos recibir. ¡Nosotros adoramos en el pesebre a nuestro Redentor y Rey! ¿Estamos compartiendo con otros las riquezas de Sus bendiciones?

viernes, 24 de diciembre de 2021

24 de diciembre - Cuando nos arrepentimos - Ray Stedman

 Escucha, te ruego, y hablaré. Te preguntaré y tú me enseñarás. De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven. Por eso me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza. Job 42:4-6

Fíjese usted en la diferencia: “De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven”. El ojo interior del corazón ve la naturaleza de Dios. ¿Y cuál es el resultado? Job dice: “me aborrezco”.

Eso es arrepentimiento. Lo que está realmente haciendo Job es estar de acuerdo con lo que dice Dios acerca de él. De hecho está diciendo: “Tienes razón, Señor. He percibido las cosas de manera equivocada. No sé lo suficiente para empezar a desafiar la sabiduría del Todopoderoso. Soy un hombre ignorante y limitado, que habla sin ni siquiera saber lo que está diciendo. Tienes toda la razón, Señor, así soy yo”.

A continuación vuelve a citar a Dios: “Escucha ahora y yo hablaré, te preguntaré y tú debes contestarme”. Está diciendo: “Señor, también tienes razón sobre eso. He sido un hombre arrogante. Había pensado que podía contestar Tus preguntas y que incluso te haría preguntas a Ti que Tú podrías contestar. Señor, he sido un hombre arrogante. Ahora me doy cuenta de ello. Algo en mi interior ha sido orgulloso, ambicioso, pagado de mí mismo y confiado en que tenía la razón, pero he estado equivocado todo el tiempo”. Así que dice: “Señor, me aborrezco”.

Job no ha estado nunca en este lugar con anterioridad y está aprendiendo por fin la lección más dura de la vida, lo que Dios intenta enseñarnos a todos nosotros: El problema no está nunca en otros o en Dios; el problema está en nosotros y es un problema que sólo Dios puede tratar. Nosotros no estamos equipados para resolverlo; lo único que podemos hacer es ponerlo de nuevo en Sus manos de gracia.

Da la impresión de que Dios ha humillado a Job y que ha hecho que este pobre hombre, con el corazón destrozado, se encuentre en el polvo de una manera que es casi cruel. Pero no es crueldad, es amor, porque al llegar a este punto, cuando Job por fin ha dejado de intentar defenderse y justificarse a sí mismo, Dios empieza a sanar y a derramar bendiciones en la vida de este hombre con las que él nunca había soñado.

Esta es la historia de todas las Escrituras, ¿no es verdad? Por todas partes las Escrituras intentan decirnos esto. Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres de espíritu, los hombres y las mujeres que están arruinados en sí mismos, que han dejado de contar con lo que tienen para alcanzar la gracia de Dios. Bienaventurados los pobres de espíritu porque de los tales es el reino de los cielos”.

Dios empezará a sanar la vida de la persona que se arrepienta ante Él y la llenará de bendición, honor, gloria y poder. Ninguna de las cosas orgullosas a las que nosotros nos aferramos valdrá ni la más mínima porción de la gloria y el gozo que hemos descubierto teniendo una relación con Dios mismo.

Padre, te doy gracias por este penetrante vistazo a mi propio corazón. He sido muy orgulloso; me he dejado llevar intentando justificarme a mí mismo con quejas ante Ti. Enséñame a poner mi mano sobre mi boca y a admitir ante Ti que yo soy el que con frecuencia tiene el problema, para que Tú me puedas sanar y restaurar.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
La asombrosa humildad de la encarnación de Cristo dio a luz a la familia espiritual de Dios. Cuando nos arrepentimos, ¿nos damos cuenta humildemente de la diaria asombrosa gracia y misericordia de Dios?

jueves, 23 de diciembre de 2021

23 de diciembre - ¿Puedes enfrentarte con ello? - Ray Stedman

 ¿Pescarás tú al leviatán con un anzuelo o sujetándole la lengua con una cuerda? ¿Le pondrías una soga en las narices? ¿Perforarías con un garfio su quijada? Job 41:1-2

En la próxima sección Dios llama la atención de Job sobre dos animales asombrosos, el behemot, un animal de tierra en general, y el leviatán, una criatura marítima. Los comentaristas tuvieron una gran dificultad al intentar determinar qué animales exactamente de nuestro mundo natural se mencionan aquí. Algunos creen que el behemot pudo haber sido un hipopótamo o el elefante o quizás el rinoceronte. Otros dicen que el leviatán es el cocodrilo, aunque algunos creen que puede ser la ballena.

Yo considero que no viene al caso el animal al que se refiere Dios, porque el lenguaje que se usa aquí claramente va más allá del reino en concreto. Dios estaba llevando a Job en una excursión del universo que Él había creado, donde se podía reconocer a todos los animales, y que concuerda con lo que todo el mundo todavía puede observar en la naturaleza a su alrededor, a pesar de que fueron descritos usando un lenguaje poético. Pero aquí tenemos algo que va más allá de lo natural.

Por lo tanto, algunos comentaristas han creído que estas eran criaturas míticas, legendarias, como el unicornio y el dragón. Pero yo creo que si admitimos que este es un lenguaje mítico, podemos ver además que es posible que se esté refiriendo no a un mito, sino a seres sobrenaturales. Estas bestias que aparecen aquí son bestias simbólicas, unidas a los animales del reino natural como símbolos de lo que es invisible y sobrenatural.

Puede que su mente se haya adelantado ya a la gran sección del libro de Apocalipsis donde en el capítulo 13 aparecen dos bestias que dominan el escenario de los últimos días. Una de ellas es una bestia que sale del mar y reina sobre las aguas, que se nos dice en Apocalipsis que representa a multitudes de naciones de la tierra. La otra bestia surge de la tierra. Tras estas dos bestias se encuentra aún un animal increíble llamado el gran dragón. Allí se nos dice claramente que este dragón es Satanás, y da su poder y autoridad a las bestias. Ahora, siguiendo este simbolismo hasta el final y aplicándolo aquí al libro de Job, creo que está justificado que digamos que las bestias representan un poder satánico hecho visible en términos de nuestra existencia terrenal.

Tal y como yo entiendo esto, la primera de estas bestias, behemot, representa el aspecto satánico contra el cual todos luchamos en nuestras vidas, al que la Biblia llama la carne, la naturaleza caída en nuestro interior, nuestra humanidad con su deseo continuo de hacerse valer y que viva por sí mismo. La segunda bestia representa el mundo con toda su enorme influencia sobre cada uno de nosotros, presionándonos para que nos adaptemos, para que reflejemos los valores y las actitudes de los que nos rodean, dominando nuestra manera de pensar y toda nuestra vida de todas las maneras posibles. Detrás de ambas se encuentra el demonio, con su sabiduría malévola e ingeniosa, increíble en su poder y su interferencia en los acontecimientos humanos.

Por lo tanto, lo que Dios está expresando a Job es una pregunta muy pertinente para todos nosotros: “¿Puede usted enfrentarse con el enemigo interior y el enemigo exterior, especialmente ese ser malicioso que está detrás de todo, del mundo, de la carne y del demonio?”.

Señor, te doy gracias porque puedo reclamar Tu fortaleza en lugar de la mía al luchar contra el enemigo.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Nuestro archienemigo impone su orden del día en contra de nuestras almas desde el interior y desde el exterior. ¿Esperamos nosotros participar en esta guerra espiritual usando nuestras propias armas carnales?

miércoles, 22 de diciembre de 2021

22 de diciembre - El Dios de la naturaleza - Ray Stedman

 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! Job 38:4

Sin duda los capítulos 38 a 41 son la culminación de este gran libro de Job. Aquí se escucha la voz de Jehová mismo, hablando en el torbellino.

Jehová desafía a Job: “Disponte como un hombre y déjame hacerte algunas preguntas. Has afirmado que deseas un juicio ante mí. Permite que examine tu competencia para ver si puedes contestar primero algunas preguntas sencillas”. En el relato que aparece a continuación, la voz de Jehová somete a Job a una serie de preguntas muy penetrantes.

Primero: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?”. ¿Dónde estaban los humanos? Todavía no existían. Es por eso que a lo largo de todos los siglos desde que se le hizo esta pregunta a Job, los humanos no han podido nunca resolver la cuestión del origen. ¿De dónde vino el universo? ¿Cómo tuvo su origen? ¿Quién hizo que existiese? ¿Qué proceso se siguió? El mundo entero está debatiendo esta cuestión hoy, pero los humanos no han podido nunca contestar a la pregunta sobre los orígenes de la tierra porque no estuvieron allí para observarlo.

Luego, 38:6 trata la cuestión del procedimiento. ¿Cómo colgó Dios la tierra sobre nada?, como Job mismo preguntó con anterioridad en este relato. En los días en que se escribieron las Escrituras, el mundo científico creía que la tierra era plana. Había extraños y legendarios relatos sobre cómo la tierra tuvo sus orígenes, diciendo que flotó sobre los lomos de elefantes o descansó sobre el caparazón de tortugas que nadaban en el mar. Pero en el libro de Job encontramos la afirmación muy clara de que Dios colgó la tierra sobre nada.

Ahora Dios le pregunta a Job: “¿Cómo sucedió eso?”. La única respuesta que puede dar hoy la ciencia es la gravedad, pero nadie sabe lo que es la gravedad. Es tan solo una palabra que usamos, pero no nos dice lo que es. Aquí tenemos de nuevo una pregunta que todavía no podemos contestar hoy. ¿Cómo cuelga la tierra entre varios cuerpos celestiales de tal manera que se mueve en una procesión ordenada a lo largo de la extensión ilimitada del espacio? ¿Cómo puede ser? Todavía no lo sabemos. Finalmente, Dios dice: “¿Dónde estabas tú cuando esto sucedió?”, y lo enlaza con un acontecimiento tremendo en el cual toda la creación pareció de repente prorrumpir en armonía y melodía: “cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban” (38:7).

Padre, al igual que Job, me inclino ante Ti en silencio. ¿Quién soy yo para acusar al Todopoderoso? ¿Quién soy yo para quejarme acerca de la vida que me ha sido destinada y decir que está mal? Señor, he sido silenciado, pero te pido en oración que me lleves más adentro y que con Tu gracia me muestres más de lo grande que realmente eres.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Dedicamos un tiempo valioso y energía discutiendo con Dios, cuando solo entregarnos a Su soberanía abre Sus tesoros de perdón, limpieza y amorosa comunión?

martes, 21 de diciembre de 2021

21 de diciembre - Tu Dios es demasiado pequeño - Ray Stedman

 Dios es excelso en su poder. ¿Qué maestro es semejante a él? Job 36:22

La palabra final de Eliú a Job es un pasaje fabuloso y precioso en el que explica la gloria de Dios haciendo uso de un lenguaje maravilloso. Va desde el capítulo 36:22 hasta el capítulo 37. Dios está por encima de la instrucción humana. Fíjese usted cómo empieza: “Dios es excelso en su poder. ¿Qué maestro es semejante a él?”. A continuación revela otro hecho importante en el capítulo 36:26: Dios está por encima del entendimiento humano: “Dios es grande y nosotros no lo conocemos”. Finalmente, Eliú revela en 36:30-31 que Dios actúa por encima de las rígidas categorías y razonamientos humanos: “Sobre él extiende su luz y cubre con ella las profundidades del mar. Bien que por tales medios castiga a los pueblos, también los sustenta con abundancia”. Dios usa Sus poderes naturales tanto para bendecir como para juzgar.

Y después comenzando con el capítulo 37, tenemos una maravillosa descripción de una gran tormenta eléctrica que muchos de los comentaristas piensan que fue algo que realmente sucedió, que en aquel momento se desencadenó una tormenta, y Eliú la usó como un ejemplo vívido de lo que había estado diciendo sobre Dios. Si alguno de ustedes ha estado alguna vez en las praderas y ha visto cómo se desencadena una tormenta eléctrica, sabrá la experiencia aterradora y que infunde temor, con los relámpagos crujiendo y atravesando los cielos y el rugido de los truenos. Es una experiencia magnífica, y es lo que Eliú empieza a describir en los versículos 2 a 4: “Oíd atentamente el fragor de su voz, el estruendo que sale de su boca. Por debajo de todos los cielos lo dirige, y su luz alcanza los confines de la tierra. Después de ella suena un bramido: truena él con voz majestuosa. Se oye el trueno, y no lo detiene”.

Luego habla acerca de cómo Dios envía la nieve y la lluvia, envía tornados, los torbellinos y la escarcha; Él controla los ciclos del clima. La próxima vez que vea usted el informe del tiempo en la televisión y la retransmisión muestre una imagen por satélite, fíjese que aparece en espirales. A esto es a lo que se refiere Eliú en el versículo 12: “Asimismo, conforme a sus designios, las nubes giran en derredor, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que él les mande”.

A continuación nos dice por qué: “Él las hará venir, unas veces como castigo, otras a causa de la tierra y otras por misericordia” (Job 37:13). Dios tiene muchos motivos por los que hace las cosas, y nosotros no estamos siempre seguros cuáles son. La sabiduría de Dios es inescrutable. Continúa diciendo: “¿Extendiste tú con él los cielos, firmes como un espejo fundido?” (Job 37:18). Job no puede hacer ninguna de estas cosas.

Por toda la Biblia, desde el principio hasta el fin, el único hombre o mujer que alguna vez recibió algo de Dios es el que fue a Él con un corazón humilde y contrito. Si usted cree que tiene algo que ofrecerle a Él o que ha conseguido logros que nadie puede igualar, se está usted separando de la sabiduría y del conocimiento de Dios. Pero aquellos que vienen humildes, contritos, esperando en Dios, pidiéndole a Él que les enseñe, descubrirán que Dios les alzará en gracia, poder y gloria, y les restaurará.

Señor, te doy gracias porque en Tu majestad y poder Tú eres también un Dios de gracia y de misericordia.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Intentamos nosotros reducir a Dios a un tamaño manejable y competimos con Él por el control? ¿O le recibimos humildemente como nuestro Padre proveedor, nuestro Salvador y nuestro Señor Jesús?

lunes, 20 de diciembre de 2021

20 de diciembre - Probado hasta el fin - Ray Stedman

 ¡Yo deseo que Job sea ampliamente examinado, a causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos! Job 34:36

La cosa únicamente relacionada con la presentación de Eliú es que no intenta hablar basándose en su experiencia. No es un anciano al que la vida le ha enseñado ciertas lecciones. Lo que afirma es que está hablando basándose en lo que Dios le ha enseñado por medio del Espíritu y, por lo tanto, está compartiendo lo que percibe y la sabiduría de Dios. Y al desarrollarse el discurso de Eliú, vemos que es verdad. Concuerda con la revelación de Dios en otras partes de las Escrituras, de manera que Dios está hablando y contestando algunos de los clamores del atormentado corazón de Job por medio de este joven.

Lo que Eliú está diciendo aquí es que Job está evidentemente hablando por ignorancia acerca de la naturaleza y el verdadero carácter de Dios y, por lo tanto, necesita más tratamiento. “¡Oh, que Job pudiese ser probado hasta el límite!”, dice. No desea esto porque quiere aumentar la agonía de Job, sino tan solo porque cree que esto hará que Job se encuentre con la verdad, de modo que pide que las pruebas de Job continúen hasta que pueda ver lo que está haciendo.

Job es un hombre justo. Su corazón es noble, desea servir a Dios, pero cree que puede hacerlo por medio de sus propios esfuerzos justos. La lección más dura que tiene que enseñar Dios a los seres humanos es la lección de ver el mal en lo que creemos que es solo bueno. Siempre pensamos que nuestros esfuerzos por obedecer la verdad, tal y como nosotros la entendemos, son aceptables a Dios. La lección más dura en la vida es aprender que nuestra justicia es como trapo de inmundicia (véase Isaías 64:6). Lo único que siempre será aceptable a Sus ojos es solo la dependencia en Su don de justicia. Esto es lo que Job está aprendiendo por fin. Es la lucha de Romanos 7 aquí en el Antiguo Testamento. Pablo, cuyo corazón era justo, desea hacer lo que deseaba Dios y estaba haciendo lo mejor que podía para lograrlo, pero todo se vino abajo, y clamó: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Y la palabra de fe dice: “es don de Dios” (Efesios 2:8). Somos justos, no porque intentemos serlo, sino aceptando lo que Dios ha dicho que es Su don de justicia.

Job está aprendiendo que su justicia no es algo que logra por medio de sus propios esfuerzos aquí. Recuerde usted que Dios le dijo a Satanás: “Fíjate en mi amigo Job; ve lo que puedes hacer con él”. Dios tenía algo que enseñar a este hombre, y tal vez sea esto lo que Dios nos está diciendo a muchos de nosotros. Cuando creemos que nuestro corazón es absolutamente recto ante Él, no hemos logrado entender la única base sobre la que podemos ser justos ante Él, y es por eso que con frecuencia nos encontramos con problemas.

Padre, mi corazón es humilde al ver lo poderosos que son Tus caminos. ¡Qué Ser tan maravilloso eres, Señor! Ayúdame a ocupar el lugar del que está aprendiendo y que aprenda por medio de la humildad, para que pueda ser fuerte por Tu amorosa gracia.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
¿Hemos aprendido nosotros la dura lección de que nuestras mejores obras ante nuestro amoroso Padre, cuando las hacemos según nuestra propia fuerza aparte del Espíritu, son una abominación para el Señor?

domingo, 19 de diciembre de 2021

19 de diciembre - La juventud responde a los mayores - Ray Stedman

 Pero no son los más sabios los que tienen mucha edad, ni los ancianos los que entienden el derecho. Job 32:9

Los comentaristas parecen diferir ampliamente en cuanto a lo que hacer con Eliú. Algunos le consideran como un joven un tanto impetuoso, arrogante y muy seguro de sí mismo, típico de la juventud que dice lo que piensa con la intención de decir a hombres más mayores lo que están haciendo mal, mientras otros parecen verle como si estuviese repitiendo mediante otras palabras los argumentos de estos amigos, sin añadir demasiado en realidad.

Pero yo quisiera diferir respecto a lo que dicen estos comentaristas posteriores y estar de acuerdo con aquellos que ven a Eliú como alguien que tiene una parte muy importante en este libro. Permítame usted referirme a ciertas cosas acerca de este joven que nos está siendo presentado: primero, cuando llegue usted al final del libro y lea el reproche que hace Dios a los tres amigos de Job, se dará cuenta de que Eliú no está incluido. A él no se le hace ningún reproche por lo que dice, y no le tiene que pedir a Job que ore por él, como hacen los otros. La segunda cosa es que se le concede una parte prominente y evidente en este drama. Su mensaje ocupa los próximos cinco capítulos, y se le permite dar uno de los principales discursos de este libro. Y tercero, le habla siempre a Job con cortesía y sensibilidad, a pesar de los poderosos sentimientos que admite tener. Los otros amigos fueron cáusticos y sarcásticos al hablarle a Job, pero este joven es educado cuando le habla. Reconoce la profundidad de los sufrimientos de Job y siempre habla con comprensión.

El cuarto, y probablemente la cosa más importante, es que Eliú afirma hablar, no como los otros hombres lo hicieron, según su experiencia, sino que afirma hablar por revelación. Eso es lo que leemos en los versículos 8 y 9. Eliú dice: “Es el espíritu del hombre, el soplo del Todopoderoso, lo que le da entendimiento”.

No es la acumulación de años de experiencia lo que hace que las personas sean sabias; es lo que Dios les ha enseñado a lo largo de los años, que es un punto sumamente importante. Dios puede enseñar a un joven, hombre o mujer, tanto como a una persona más mayor, a hablar con sabiduría. Y cuando hablamos con la sabiduría que nos ha dado Dios, podemos ser verdaderamente sabios, sea cual fuere la edad que tengamos según el calendario. ¡Yo sé que aquellos de nosotros que hemos vivido mucho tiempo tenemos tendencia a pensar que son los años los que nos hacen sabios! Si realmente somos sabios, no es solo porque somos mayores.

Me acuerdo de un maestro de escuela que solicitó un trabajo y le fue denegado, ofreciéndoselo a un maestro más joven, que sólo tenía tres años de experiencia. El primer maestro protestó al director, diciendo: “Yo tengo veinticinco años de experiencia, de modo que ¿por qué me dejaron a un lado a favor de este otro más joven?”. A lo que el director le contestó: “Bueno, tengo que decir que no estoy de acuerdo con usted. Usted no ha tenido veinticinco años de experiencia; usted ha tenido un año de experiencia durante veinticinco años”. Es posible pasar por la vida repitiendo la misma manera de pensar y no aprender nunca sabiduría. Así que Eliú tiene razón aquí. No son sencillamente las personas de más edad las que son sabias, porque Dios da la sabiduría.

Señor, concédeme la sabiduría, no sencillamente de la edad, sino de la revelación que procede de Ti.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
La profunda sabiduría de Dios es eterna y está a nuestra disposición en cualquier edad o etapa de la vida. ¿Es posible que nosotros nos contentemos con una sabiduría convencional vacía, o deseamos con desesperación escuchar a Dios?

sábado, 18 de diciembre de 2021

18 de diciembre - Lo equivocado de la autodefensa - Ray Stedman

 Si mi tierra clama contra mí y lloran todos sus surcos; si he comido su sustancia sin pagar o he afligido el alma de sus dueños, ¡que en lugar de trigo me nazcan abrojos, y espinos en lugar de cebada! Job 31:38-40

Con esto terminan las palabras de Job; no tiene nada más que decir. Sintiéndose confuso, haciéndose preguntas, atormentado, pero no deseando abandonar a Dios, permanece en silencio. ¿Qué podemos nosotros decir acerca de las pruebas, las presiones y los acertijos de nuestra propia vida? Recuerde usted que Job, al llegar a este punto, se ha dado cuenta de que su teología es demasiado pequeña para su Dios, lo cual es verdad respecto a muchos de nosotros. Creemos que sabemos la Biblia; creemos que tenemos a Dios acorralado y que entendemos cómo va a actuar. Y con la misma seguridad con que lo hacemos, Dios va a hacer algo que no va a encajar en nuestra teología. Él es superior a cualquier estudio humano acerca de Él. Él no va a ser inconsistente consigo mismo; nunca lo es. No es caprichoso, ni actúa por ira o por malicia. Es un Dios amoroso, pero Su amor adopta formas de expresión que nosotros no entendemos. Hasta este punto Job ha tenido fe en los principios de Dios, pero al fin ha llegado al punto de intentar poner en práctica de manera temblorosa su fe en el Dios que gobierna. Esa es una transferencia a la que muchos de nosotros necesitamos llegar.

La segunda cosa que podemos ver al llegar a este punto en el libro es que la manera en que Job se ve a sí mismo resulta lamentablemente inadecuada. Ha estado defendiéndose a sí mismo y ha estado recordando todas sus buenas obras. Todos hacemos esto, ¿verdad? Cuando nos encontramos con problemas, todos tenemos tendencia a pensar para nosotros mismos: “¿Por qué tiene que sucederme esto?”. Con eso queremos decir: “No he hecho nada mal; me he comportado perfectamente. ¿Por qué tengo que estar sometido a esta clase de tormento?”. Todo esto hace que nos demos cuenta de que él y también nosotros tenemos muy poco conocimiento acerca de las profundidades del ataque del pecado contra nosotros y la perversión de nuestros corazones. Jeremías dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Lo que Dios nos enseña por medio de estas presiones y problemas en la vida es entender que hay profundidades de pecado dentro de nosotros de las que todavía no somos conscientes.

Lo tercero que necesitamos ver es que su propia vindicación explica el silencio de Dios. ¿Por qué no ayuda Dios a este hombre? La contestación es porque aún no ha llegado al lugar en el que está dispuesto a escuchar. Mientras las personas se están defendiendo a sí mismas, Dios no las va a defender. Hay un tema que encontramos a lo largo de toda la Biblia: “Mientras usted siga justificándose a sí mismo, Dios no le va a justificar a usted”. Y mientras Job esté convencido de que su postura es correcta, continuará el silencio de Dios, algo que también es cierto en nuestras vidas. Este es el motivo por el que Jesús empieza el sermón del monte diciendo: “Bienaventurados los pobres en espíritu” (Mateo 5:3a), los que están en la bancarrota ellos mismos, que han llegado al final. Cuando nos callamos y dejamos de defendernos a nosotros mismos y a justificarnos a nosotros mismos, Dios defenderá nuestra causa. Esto es lo que veremos en el libro de Job al final: Dios empezará a hablar a favor de Job.

Señor, ayúdame a dejar a un lado mis ideas ostentosas para mejorarme a mí mismo y para defenderme a mí mismo cuando me encuentro desnudo ante Ti, confiando en Tu amorosa gracia para darme todo lo que necesito.

 
 
 
Aplicación a la vida
 
Nosotros blanqueamos inevitablemente nuestra conducta en defensa de nosotros mismos. ¿Estamos nosotros dispuestos a aparecer desnudos ante Dios, que nos conoce íntimamente, a pesar de lo cual nos defiende al estarnos completos en Cristo?

viernes, 17 de diciembre de 2021

Batallando contra la Envidia - John Piper




17 de diciembre - ¿Dónde está la sabiduría? - Ray Stedman

 Mas, ¿dónde se halla la sabiduría? ¿Dónde se encuentra el lugar de la inteligencia? No conoce su valor el hombre, ni se halla en la tierra de los seres vivientes. Job 28:12-13

Job destaca lo impalpable de la sabiduría. ¿Qué es esta sabiduría a la que se refiere Job? En todo este libro nos hemos enfrentado con la pregunta: “¿Por qué trata Dios a Job de esta manera?”. Pero nosotros contamos con información con la que Job no contaba. Él no tiene conocimiento alguno sobre el desafío de Satanás a Dios acerca de él, de modo que sus interrogantes son mucho más profundos que los nuestros, pero nosotros mismos nos sentimos con frecuencia de esta manera.

En una ocasión mi esposa y yo estábamos en San Diego, y un oficial de la Marina nos invitó a cenar. Nos dimos cuenta al llevarnos al club de oficiales que caminaba con un bastón. Preguntando a otros amigos, me enteré de que padecía de melanoma, un cáncer que estaba amenazando su vida. El amigo nos dijo además que este hombre había perdido a dos hijos por causa del cáncer a la edad de diecinueve años, y esa semana misma se había enterado de que su hijo de catorce años también tenía cáncer. Nos sentimos doloridos por él, pero su espíritu era fuerte y triunfante. Era un hombre agradable, y él mismo no nos dijo nada sobre esto y daba la impresión de ser un hombre totalmente libre de preocupaciones. Pero nuestros corazones clamaban: “¿Por qué? ¿Por qué tienen que suceder esta clase de cosas?”.

La vida nos presenta estos acertijos, y cuando nos preguntamos por qué suceden estas cosas, la sabiduría es la respuesta. La sabiduría es el conocimiento de la naturaleza de las cosas, la razón de lo que sucede. Alguien ha descrito la sabiduría como el derecho a usar el conocimiento. Es cómo usar las situaciones de tal manera que las cosas salgan bien. Eso es lo que nos falta. Hacemos toda clase de cosas con conocimiento, pero no hacemos las cosas correctas con él. Ese es el motivo por el que el conocimiento sobre las físicas nucleares acaba creando las bombas atómicas que destruyen y se convierten en instrumentos malvados de guerra. Los humanos carecemos de sabiduría. Tenemos muchos conocimientos, pero no tenemos sabiduría acerca de cómo usarlos. Esto es lo que Job, durante sus largas horas de tormento, está buscando. ¿Cuál es el motivo tras estas cosas?

En una ocasión cuando compartí la plataforma con el Dr. Henry Brandt, me contó acerca de un incidente en su ministerio como psicólogo cristiano cuando un hombre y su esposa fueron a verle acerca de problemas maritales. Descubrió que este hombre era un negociador profesional que se ganaba su dinero mediando en dificultades, encontrando soluciones de una manera pacífica. ¡Pero él y su esposa habían conducido a ver al Dr. Brandt en diferentes coches y se sentaron en diferentes lugares de la habitación, incapaces de comunicarse el uno con el otro! ¡Todo el problema consistía en que no podían decidir lo que hacer con su gato!

¿No es asombroso que un hombre que se gana la vida uniendo puntos de vista divergentes no fuese capaz de decidir con su esposa lo que hacer con su gato? Un incidente semejante a éste es el motivo por el que Job dice que los seres humanos no conocen el camino de la sabiduría, que no se encuentra en la tierra de los vivientes.

Señor, me siento humillado porque me falta sabiduría. Te doy gracias por esta promesa: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).

 
 
 
Aplicación a la vida
 
La cultura ha sustituido la sabiduría con el conocimiento y la experiencia, y la pérdida ha sido incalculable. ¿Estamos nosotros humildemente intentando conocer a Cristo, en quien se encuentra oculta toda la sabiduría?