Versículo para hoy:

miércoles, 11 de julio de 2018

Cuando me siento sola - Betsy Gómez



El Padre Nuestro, día 11 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 11

“Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Juan 11:26.

Sí, Señor, lo creemos; nunca moriremos. Nuestra alma podrá ser separada de nuestro cuerpo, y esto es en un sentido la muerte; pero nuestra alma nunca será separada de Dios, que es la muerte en verdad, la muerte con la cual fue amenazado el pecado, la pena de muerte que es lo peor que puede ocurrir. Creemos esto indubitablemente, porque, ¿quién nos apartará del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor? Somos miembros del cuerpo de Cristo; ¿perderá Jesús miembros de su cuerpo? Estamos unidos a Jesús; ¿puede Él perdernos? No es posible. Dentro de nosotros hay una vida que no puede ser separada de Dios: verdaderamente el Espíritu Santo mora en nosotros; ¿entonces cómo podemos morir? El mismo Jesús es nuestra vida, así que no podemos morir, porque Él no puede morir otra vez. En Él morimos al pecado una vez, y la sentencia de muerte no puede ser ejecutada por segunda vez. Ahora vivimos, y vivimos para siempre. La recompensa de la justicia es vida eterna, y no tenemos nada menos que la justicia de Dios, y por lo tanto podemos reclamar la recompensa más alta.

Viviendo y creyendo, creemos que viviremos y gozaremos. Por lo tanto, vamos adelante con plena certidumbre de que nuestra vida está segura en nuestra Cabeza divina.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.