Versículo para hoy:

sábado, 31 de octubre de 2015

sábado, 24 de octubre de 2015

¿CÓMO PUEDO CAMBIAR? - C. J. Mahaney y Robin Boisvert.

Capítulo 1: ¿Cómo usar este libro?
¿Cómo puedo cambiar?, como todos los libros en la serie En busca de la santidad, está diseñado para uso en grupo o individual. La serie es el lógico resultado de cuatro profundamente enraizadas convicciones:

Capítulo 2: Prefacio.
Cuando yo estaba en la escuela intermedia, era requisito que todos corriéramos una carrera marcada con el reloj. Normalmente yo hubiera ejecutado una carrera marginal, si acaso. Pero esta vez decidí poner todo mi esfuerzo en la prueba.
 
Capítulo 3: Atrapado en la trampa de la brecha.
“Todos los que están luchando con la ira, por favor pasen al frente. Nos gustaría orar por ustedes.”
Era domingo por la mañana. Yo acababa de enseñar sobre la ira, y quería dar al Espíritu Santo la oportunidad de obrar en el corazón de los presentes. Pero yo no podía haber anticipado la reacción.

Capítulo 4: Donde todo comienza.
No hace muchos años comenzó a circular el rumor de que una popular estrella de rock había “nacido de nuevo.” La reacción de la comunidad cristiana fue, como era de esperar, de mucho entusiasmo.

Capítulo 5: Unidos con Cristo.
Cuando me convertí en 1972, al comienzo del movimiento carismático y del movimiento del pueblo de Jesús, no me impresionaban los argumentos lógicos sobre Dios o la vida cristiana. La mía era una generación irreverente, una generación que “se iluminaba y permanecía iluminada”. Me inclinaba más a burlarme de cualquier conversación seria sobre el tema de la religión que escuchar.

Capítulo 6: La batalla contra el pecado.
En su libro titulado A Nation of Victims: The Decay of American Character [Una nación de víctimas: El desmoronamiento del carácter americano], el autor Charles Sykes hace la siguiente observación: “A través del siglo pasado, el triunfo del pensamiento terapéutico ha sido tan completo que con frecuencia se pasa por alto; lo que comenzó con el Dr. Freud es ahora lo básico de los programas de charla por la televisión durante el día, rutina en la política, casi reflexivo en asuntos de justicia criminal y ética”.[1]

Capítulo 7: Las herramientas del oficio (I).
Allá por los días cuando un paquete de cigarrillos todavía costaba 35 céntimos yo fumaba mucho. Algunos podrían decir que era amigo de la nicotina, un tipo regular al estilo Chesterfield. Yo era un adicto al tabaco y lo sabía.

Capítulo 8: Las herramientas del oficio (II).
En el anterior capítulo exploramos tres de las herramientas principales - la Escritura, la conciencia, y la oración - que usa el Espíritu Santo para llevar a cabo nuestra santificación. Pero nos quedan por lo menos seis importantes medios.

Capítulo 9: Vivir para ese día final.
¿Cuándo fue la última vez que oíste un sermón sobre el infierno? El cielo es un tema mucho más popular, pero aún eso se ignora en estos días. La tendencia en la predicación contemporánea es enfocarse no en nuestro eterno futuro, sino en nuestras presentes “necesidades percibidas”.

Capítulo 10: Diferentes caminos a la santidad. Un repaso histórico.
Vale la pena notar cómo es que las diferentes tradiciones en la historia de la Iglesia han entendido lo que es la santificación.

Capítulo 11: El hombre viejo y la carne.
Algunos de los términos que usa el apóstol Pablo para hablar de la relación del creyente con el pecado pueden causar confusión. Me refiero a términos como “viejo hombre”, “nuevo hombre”, “cuerpo pecaminoso”, “carne”, y otros.
Continuar leyendo...

Fuente: © Sovereign Grace Ministries Gospel Translations

miércoles, 21 de octubre de 2015

El DEBER del miembro en su iglesia local

Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11.




Lanzando flechas hacia el mundo - Nancy Leigh DeMoss, Ann Dunagan

LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA - SEMINARIO BÍBLICO WILLIAM CAREY - CONFERENCIA 2015

martes, 20 de octubre de 2015

SÉ HOMBRE - CONFERENCIA POR SU CAUSA 2015 - MINISTERIOS INTEGRIDAD Y SABIDURÍA




El Evangelio y las Doctrinas de la Gracia - Jairo Namnún

Estaba desnudo y me vestiste - Nancy Leigh DeMoss, Ann Dunagan

domingo, 18 de octubre de 2015

EL MISTERIO DE LA PROVIDENCIA - John Flavel


“Clamaré al Dios altísimo, al Dios que me favorece.” Sal.57:2 (La idea del hebreo es: al Dios que obra todas las cosas para mí.)

Hay dos maneras en que Dios se manifiesta a nosotros, por su Palabra y por sus obras. La gran gloria de las obras de Dios en la creación y en la providencia consiste en que confirman lo que El ha dicho en su Palabra escrita. Hay un gran deleite para el pueblo de Dios en observar la providencia divina. La providencia no solo les lleva al cielo, sino también, trae el cielo a sus corazones ahora. El más sabio Dios dirige todo providencialmente para su propia alabanza y la felicidad de su pueblo, aunque todo el mundo esté ocupado moviendo sus velas y remando en una dirección contraria a los propósitos de Dios. Es un enorme placer fijarse en como el mundo lleva a cabo los propósitos de Dios oponiéndose a ellos; como hace su voluntad resistiéndola; como multiplica su Iglesia esparciéndola. Hay goces en la vida cristiana que son demasiado grandes para ser descritos. Entre éstos se encuentra el deleite de estudiar la providencia divina en nuestra propia experiencia personal. Pruébalo por tú mismo, gústalo y verás. No se necesitará más persuasión. “Clamaré al Dios altísimo, al Dios que obra todas las cosas para mí.” (Sal.57:2) Continuar leyendo...

Fuente: Iglesia Reformada

jueves, 15 de octubre de 2015

"HE AHÍ EL CORDERO DE DIOS" - John Piper

«Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: ¿Quién eres tú? 20 Y él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres Elías? Y él dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No. 22 Entonces le dijeron: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 El dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: “Enderezad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías. 24 Los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Y le preguntaron, y le dijeron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? 26 Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, pero entre vosotros está Uno a quien no conocéis. 27 El es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia. 28 Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. 29 Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo.” 31 Y yo no le conocía, pero para que El fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua. 32 Juan dio también testimonio, diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y se posó sobre El. 33 Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo.” 34 Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.» Juan 1:19-34.
Usted necesita decidir si escuchará el testimonio de Juan el Bautista en este mensaje. Esto es lo que está en riesgo. En Juan 1:33, Juan dice: "Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua [es decir, Dios] me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo”. Juan el Bautista dijo: Mi testimonio acerca de Jesús no proviene de lo que sé naturalmente sobre él. Viene de Dios. Dios le dijo que dijera lo que dijo acerca de Jesús.
Usted, obviamente, no tiene que creerlo. Pero si se equivoca, pudiera perder totalmente el camino de la vida y la verdad. Apelo a usted, para que defina su juicio sobre la base del entendimiento y no de la ignorancia. Hay mucho en riesgo para usted. Dios le tiene aquí por alguna razón. Continuar leyendo...

Fuente: By John Piper. © Desiring God. Website: desiringGod.org

Liberados de la esclavitud - Nancy Leigh DeMoss