Versículo para hoy:

domingo, 24 de julio de 2016

Francis Chan "Estoy tibio y me encanta"

CONFRONTADOR MENSAJE QUE NO NOS PODEMOS PERDER!!



Subido por Zona de Gozo

LECTURAS VESPERTINAS – JULIO 24

“Muy grande es su hueste”. Joel 2:11.

CONSIDERA, alma mía, el poder del Señor, que es tu gloria y defensa. El es un ser que guerrea contra el mal; Jehová es su nombre. Todas las fuerzas del cielo están a sus órdenes. Legiones aguardan a su puerta: querubines, serafines, custodios y santos, principados y potestades, todos están atentos a su voluntad. Si nuestros ojos no estuvieran ciegos por la oftalmía de la carne, veríamos caballos de fuego y carros de fuego rodear al Amado del Señor. Las fuerzas de la naturaleza están todas sujetas al absoluto dominio del Creador. El viento tormentoso y la tempestad, el relámpago y la lluvia, la nieve y el granizo, el suave rocío y la alegre luz del sol, vienen y van a su mandato. El desata las ligaduras del Orión e impide las delicias de las Pléyades. La tierra, el mar, el aire y los lugares bajo la tierra son los cuarteles de los grandes ejércitos de Jehová. El llano es su campo de batalla, la luz es su bandera y la llama su espada. Cuando él sale a la guerra, el hambre destruye la tierra, la peste hiere a las naciones, el ciclón revoluciona la mar, el tornado sacude las montañas y el terremoto hace temblar la tierra. En cuanto a los seres vivientes, todos reconocen su dominio; y desde el gran pez que tragó al profeta hasta “toda suerte de moscas” que plagó el campo de Zoán, todos le sirven. Tanto el gorgojo como la oruga y la langosta forman parte de su gran ejército, pues su campamento es muy numeroso. Alma mía, asegúrate de estar bajo su bandera, pues la guerra contra él es una necedad: en cambio, servirlo es gloria. Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros, está pronto a recibir reclutas para el ejército del Señor. Si todavía no estoy alistado, debo ir a él antes de dormir y rogarle que me acepte por sus méritos; y si ya soy, como lo espero, un soldado de la cruz, estaré de buen ánimo, porque el enemigo es impotente comparado con mi Señor, cuyo campamento es muy grande.

Charles Haddon Spurgeon.