Versículo para hoy:

jueves, 22 de febrero de 2018

¿Qué pasa si ocurre lo peor? - Vaneetha Rendall Risner

Peligros potenciales en el ministerio, día 3 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



FEBRERO 22

“Y añadió David: Jehová que me ha librado de las garras del león, y de las garras del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo”. 1 Samuel 17:37.

Este versículo no es una promesa si consideramos solamente las palabras, pero verdaderamente lo es en su significado; porque David habló una palabra que el Señor endosó haciéndola efectiva. Él dedujo de liberaciones pasadas, que recibiría ayuda en nuevos peligros. Todas las promesas son en Jesús sí, y en Él Amén, por nosotros a gloria de Dios, y así el trato del Señor en lo pasado con su pueblo creyente será repetido.

Venid, pues, traigamos a la memoria las misericordias del Señor en lo pasado. No pudiéramos haber esperado ser librados en otro tiempo por nuestra propia fuerza; pero el Señor nos libró. ¿No nos salvará otra vez? Estamos ciertos que así lo hará. Como David corrió a encontrarse con su enemigo, así haremos nosotros. El Señor ha estado con nosotros, está con nosotros, y Él ha dicho: “No te desampararé ni te dejaré”. ¿Por qué temblamos? Lo pasado ¿fue un sueño? Pensad en el oso y en el león muertos. ¿Quién es este filisteo? Es verdad que él no es exactamente lo mismo, ni es oso, ni león; pero Dios es el mismo, y va su honor en un caso tanto como en el otro. No nos salvó de las bestias del bosque para que nos matase un gigante. Estemos de buen ánimo.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.