Versículo para hoy:

martes, 12 de enero de 2016

CONFERENCIA: FUEGO EXTRAÑO - AÑO 2013 - Pr. John MacArthur, Joni Eareckson Tada, R.C. Sproul, Steve Lawson, Conrad Mbewe, Tom Pennington, Nathan Busenitz, Phil Johnson





UN CORAZÓN EN QUIETUD - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Un retrato de Dios en el Salmo 1 - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – ENERO 12

“Todavía tengo razones en orden a Dios”. Job 36:2.

NO debemos buscar publicidad para nuestras virtudes ni para nuestro fervor, pero, al mismo tiempo, es un pecado estar siempre procurando esconder lo que Dios nos ha concedido para bien de otros. Un cristiano no tiene que ser una aldea colocada en un valle, sino “una ciudad asentada sobre un monte”. No tiene que ser una lámpara colocada debajo de un almud, sino sobre el candelero, que alumbra a todos. El retraimiento puede ser agradable en su tiempo, y el ocultarse a sí mismo es sin duda signo de modestia, pero el ocultar a Cristo en nosotros nunca puede ser justificado y el retraerse de la verdad que nos es preciosa, es un pecado contra nuestros semejantes y una ofensa contra Dios. Si tienes un temperamento nervioso y una disposición a ser retraído, ten cuidado de no tolerar demasiado esta propensión a temblar, para que no seas inútil a la Iglesia. En el nombre del que no se avergonzó de ti, procura hacer alguna leve violencia a tus sentimientos, y cuenta a otros lo que Cristo te ha dicho a ti. Si no puedes hablar con voz de trueno, hazlo con voz apacible. Si el púlpito no debe ser tu tribuna, si la prensa no puede llevar sobre sus alas tus palabras, di con Pedro y Juan: “No tengo oro ni plata, mas lo que tengo te doy”. Si no puedes predicar un sermón desde un monte, habla a la mujer samaritana junto al pozo de Sicar; si no lo puedes hacer en el templo, alaba a Jesús en las casas; hazlo en el campo, si no lo puedes hacer en el negocio; en medio de tu propia familia, si no lo puedes hacer en medio de la multitud. Desde los ocultos manantiales, deja que fluyan apaciblemente los vivos arroyos del testimonio, dando así de beber a cuantos pasen. No ocultes tu talento; negocia con él y llevarás un buen interés a tu Maestro y Señor. El hablar por Dios será para nosotros motivo de refrigerio, para los santos motivo de alegría, para los pecadores motivo de provecho y para el Salvador motivo de honor. Los hijos mudos son una aflicción para los padres. Señor, desata la lengua de todos tus hijos.

Charles Haddon Spurgeon.