Versículo para hoy:

lunes, 13 de junio de 2016

El retiro está sobrevalorado - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – JUNIO 13

“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí”. Proverbios 30:8.
“Dios mío, no te alejes de mí”. Salmo 38:21.

AQUÍ tenemos dos grandes lecciones: 1) qué cosas hay que implorar, y 2) qué cosas hay que suplicar. El estado más feliz del cristiano es el de una profunda santidad. Así como sentimos más calor cuanto más cerca estemos del sol, así también gozamos de mayor felicidad cuanto más cerca estemos de Cristo. Ningún cristiano se siente satisfecho cuando sus ojos están fijos en la vanidad; no halla placer en otra cosa sino en que su alma se sienta vivificada en los senderos del Señor. El mundo puede conseguir felicidad en otra parte, pero él no puede. Yo no condeno a los impíos porque se hunden en los placeres. ¿Por qué debo hacerlo? Dejemos que tengan su satisfacción, pues eso es todo lo que ellos tienen para gozar. Una esposa convertida, que había perdido toda esperanza en cuanto a su marido, se mostraba siempre muy afectuosa con él, pues decía: “Temo que este sea el único mundo en el cual él será feliz y, por lo tanto, me he resuelto hacerlo tan feliz como puedo”. Los cristianos tienen que buscar su placer en una esfera más alta que la de las frivolidades insípidas o los pecaminosos goces del mundo. Las ocupaciones vanas son peligrosas para las almas renovadas. Hemos oído de un filósofo que, mientras estaba mirando arriba a las estrellas, cayó en un pozo; pero, ¡cuán profundamente caen los que miran abajo! Su caída es fatal. Ningún cristiano está seguro cuando su alma es indolente y su Dios está lejos de él. Satanás no ataca, por lo regular, al cristiano que vive cerca de Dios. Cuando el cristiano se aparta de su Dios, padece de hambre espiritual y se esfuerza por alimentarse de vanidades, pues el diablo descubre su oportunidad. Ese cristiano puede estar algunas veces en la misma posición en que están los hijos de Dios que son activos en el servicio de su Maestro, pero eso, generalmente dura poco. El que resbala mientras desciende al Valle de la Humillación, toda vez que da un paso en falso, da lugar a que Apollyon lo ataque. Necesitamos gracia para andar humildemente con nuestro Dios.

Charles Haddon Spurgeon.