Versículo para hoy:

domingo, 8 de abril de 2018

El evangelio y mis hermanas en Cristo - Yuliana Fragozo Bermúdez



ABRIL 8

“El Señor, le dijo: Confía Pablo que como has testificado de mí en Jerusalén, así es menester testifiques también en Roma”. Hechos 23:11.

¿Eres tú un testigo del Señor y estás ahora en peligro? Entonces acuérdate de que eres inmortal hasta que tu trabajo termine. Si el Señor quiere que des más testimonio, vivirás para darlo. ¿Quién puede quebrar el vaso que el Señor se propone usar?

Si no tienes más trabajo que hacer para tu Maestro, no te puede causar pena que te lleve a tu hogar, y que te ponga fuera del alcance de tus adversarios. Tu testimonio a favor de Jesús es tu interés principal, y no puedes ser impedido en él hasta que esté terminado; así que tranquilízate. La calumnia cruel, la falsedad perjudicial, el abandono de amigos, la traición de alguien en quien hayas confiado, o cualquiera otra cosa que pueda suceder, no puede impedir el propósito del Señor acerca de ti. El Señor te defiende en la noche de tu aflicción y te dice: “Así es menester que testifiques”. Cálmate y llénate de gozo en el Señor.

Si no necesitas esta promesa ahora mismo tal vez pronto la necesitarás. Atesórala. Acuérdate también de orar por los misioneros y todos los perseguidos, para que el Señor los guarde hasta la terminación de su trabajo en esta vida.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

ABRIL 7

“Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es llamado sobre ti, y te temerán”. Deuteronomio 28:10.

Entonces no tenemos razón para temerles. Así mostraríamos un espíritu despreciable, y sería más bien una muestra de incredulidad que de fe. Dios nos puede hacer tan semejantes a Él, que los hombres sean obligados a ver que justamente llevamos su nombre y verdaderamente pertenecemos a Jehová el Santo. ¡Oh, que obtengamos esta gracia que el Señor desea darnos!

Ten por cierto que los impíos sienten temor de los verdaderos santos. Les aborrecen, pero también les temen. Amán tembló a causa de Mardoqueo, aun cuando buscaba la destrucción de aquel hombre bueno. En verdad, el odio de ellos muchas veces procede de un temor que su excesivo orgullo les impide confesar. Prosigamos el camino de la verdad y de la rectitud sin el menor temblor. El temor no es para nosotros, sino para aquellos que hacen mal y pelean contra el Señor de los ejércitos. Si en verdad somos llamados por el nombre del Dios eterno, estamos seguros; como en tiempos pasados un romano solamente tenía que decir Romanus sum, soy romano, y podía reclamar la protección de todas las legiones de aquel gran imperio, así cualquiera que es un hombre de Dios, tiene la omnipotencia por su guardián, y Dios antes se quedaría sin ángeles en el cielo que dejar a un santo sin defensa. Sé más valiente que un león a favor del derecho, porque Dios está contigo.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.