Versículo para hoy:

domingo, 11 de febrero de 2018

FEBRERO 11

“Mi espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos”. Isaías 44:3.

Nuestros hijos queridos no tienen el Espíritu de Dios por naturaleza, como claramente vemos. Vemos mucho en ellos que nos hace temer acerca de su futuro, y esto nos estimula a la oración agonizante. Cuando un hijo viene a ser particularmente perverso, exclamamos con Abraham: “¡Ojalá Ismael viva delante de Ti!” Antes nos gustaría ver nuestras hijas como Ana que verlas emperatrices. Este versículo debiera animarnos mucho. Viene después de las palabras: “No temas, siervo mío, Jacob”; y bien puede echar fuera nuestros temores.

El Señor dará su Espíritu; lo dará abundantemente, derramándolo; lo dará eficazmente, para que sea una bendición verdadera y eterna. Bajo este derramamiento divino, nuestros hijos saldrán, y “este dirá: Yo soy de Jehová; y el otro se llamará del nombre de Jacob”.

Esta es una de las promesas respecto a la cual el Señor quiere ser solicitado de nosotros. ¿No debiéramos a tiempos fijos, en una manera exacta, orar por nuestros hijos? No podemos darles corazones nuevos, pero el Santo Espíritu puede; y Él es fácil de solicitar. El gran Padre toma contentamiento en las oraciones de padres y madres. ¿Tenemos algunos queridos fuera del arca? No descansemos hasta que estén encerrados en ella por la misma mano del Señor.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.