Versículo para hoy:

martes, 30 de junio de 2020

Firme en un mundo que intenta seducirte, día 4 - Nancy DeMoss Wolgemuth




30 de junio - Reunido a su pueblo - Ray Stedman

man standing in front view of lake surrounded with mountains

 

Si usted y yo hubiésemos estado con Abraham en el momento de la decisión en su vida, es posible que hubiésemos sentido lástima de él con frecuencia. Cuando se marchó de Ur, posiblemente le hubiésemos dicho: ―Abraham, eres un pobre insensato. ¿Quieres decir que vas a andar errante ahí en el desierto el resto de tu vida, cuando podrías disfrutar estando en una ciudad con todas sus bendiciones?

Cuando él permitió a Lot que escogiese lo mejor de la tierra, tal vez algunos de nosotros podríamos haber pensado: “¡Abraham, no te deshagas de tus derechos de esa manera! Tu eres el más mayor; tienes derecho a escoger. ¿Por qué permitir a Lot que se quede con la mejor tierra mientras tú te quedas con estos pastos secos? Estás tirando por la borda tus derechos”. Abraham permitió a Lot escoger, y Dios escogió por él.

¿Y recuerda usted cuando el rey de Sodoma le ofreció a él todas las riquezas de su ciudad y Abraham dijo: ―No me quedaré ni siquiera con una de las correas de tus zapatos; no quiero nada de ello.

Algunos de nosotros le hubiesemos sido tentados decirle: ―Espera, Abraham; estás yendo demasiado lejos. Podrías haber deducido esto de tus impuestos, y piensa tan solo en lo que te estás perdiendo. Podrías haber tenido todas las riquezas de Sodoma. Piensa cómo podrías usarlas para la obra del Señor.

Pero Abraham escogió a Dios cada vez y tuvo una vida de plenitud. Vivió 175 años, y cada uno de ellos estuvo lleno, disfrutando la emoción y la aventura, lleno de desafíos y de interés, rico en fe y en bendición. Murió siendo un hombre viejo, lleno de días. Hay una promesa de una vida plena para los que viven en el Espíritu.

En el versículo 8 hay una indicación que nuestro hombre, que sirve de modelo de fe, tiene comunión divina y “fue reunido a su pueblo”. ¿Qué significa esto? Significa que fue reunido con aquellos antes de él que habían depositado su fe en Dios. Estaba con los justos que, durante todo ese tiempo que había transcurrido, habían caminado con Dios. Enoc y Noé son ejemplos de esta clase de hombres que aprendieron a conocer al Dios viviente. Ese era el pueblo de Abraham, de la misma manera que el pueblo que es el nuestro no son las personas de carne y hueso, sino aquellos a los que estamos espiritualmente unidos.

De ninguna manera acabó su vida hace cuatro mil años. En Mateo, cuando los saduceos, que no creían en la resurrección de los muertos, le hicieron una pregunta a Jesús, Él les contestó, diciendo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mateo 22:32). De esta manera estaba contestando a aquellos que no creían en la vida después de la muerte. Les estaba diciendo que Abraham está vivo.

¡Qué gran imagen de la vida de Abraham es esta! ¡La suya fue una vida como la de usted y como la mía! No había nada de extraño acerca de él, pero a pesar de ello Dios le convirtió en una persona extraordinaria, cuya vida va mucho más allá de los ámbitos de la tierra, hacia la eternidad. Su vida es una vida de bendición, de comunión y de plenitud. Abraham es un testimonio vivo para cualquier persona que siga el camino de la fe y que ande de esta manera. Al hacerlo, encontraremos la misma bendición.

Padre, ¡qué bendición tan grande ha sido para mí la vida de Abraham! Permite que imite su fe hasta el día que también yo sea reunido con mis padres.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Estamos nosotros tomando a diario decisiones consistentes con la gran aventura a la que hemos sido llamados como discípulos de Cristo?

 



lunes, 29 de junio de 2020

Firme en un mundo que intenta seducirte, día 3 - Nancy DeMoss Wolgemuth



29 de junio - Grandes expectaciones - Ray Stedman

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El énfasis principal de este pasaje gira en torno a lo que podríamos llamar “la cooperación del Espíritu”. Esta es la nota que falta en gran parte del evangelismo personal. Muchos hombres y mujeres han escuchado el mandamiento de Dios: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Han reconocido que esto es un mandamiento, pero luego salen, actuando como si todo dependiese de ellos. Aquí es de donde procede el rostro ceñudo, el fanático con ojos febriles, por un lado y, por el otro, el cristiano tímido, confundido, que apenas se atreve a pronunciar una palabra. Fallamos en lo que se refiere a reconocer que no solo nos ha mandado Dios hacer esto, sino que también ha provisto el Espíritu por medio del cual poder hacerlo.

Esto es lo que vemos al progresar la historia. Aquí tenemos a un hombre que está esperando que Dios obre. No va a esta tierra diciéndose a sí mismo: “Bueno, ahora todo depende de mí. Tengo que encontrar a esta muchacha, y ¿cómo voy a encontrar la que es la apropiada? Y después de esto, debo convencerla para que venga. ¿Cómo voy a conseguirlo?” Es muy sencillo para este hombre, porque sabe que no está solo para realizar esta tarea. Hay un compañero invisible que está obrando, preparándole el camino. ¡Cuánto me gustaría que pudiésemos aprender esta lección acerca de nuestro propio testimonio! Dios no ha dejado esto para que lo hagamos nosotros solos. El trabajo de alcanzar a hombres y mujeres para Cristo no es una cuestión de persuasión humana, sino que es un llamamiento divino. Dios está obrando para mover, dar forma y desarrollar las vidas y los corazones de todos.

¿Se ha fijado usted cómo el criado de Abraham lo hace? Primero, ora, revelando su expectación de que Dios está obrando. En su oración sencilla pide a Dios que despeje el camino, que le indique la persona a quien Él desea que el criado le hable. Al orar acerca de su problema, espera que Dios le conteste. Este es un maravilloso concepto que recordar al dar testimonio. Cuando yo voy en avión o en tren, o voy a alguna parte donde posiblemente vaya a estar en contacto con alguien que no conoce al Señor, le pido a Dios que me indique quién es la persona con la cual Él quiere que yo hable. Tal vez no hay nadie; tal vez el Señor quiere que pase mi tiempo leyendo o estudiando. Pero es muy posible que tenga a alguien. Yo no sé con quién Él está obrando, pero sé que Él me dirigirá de maneras de las que yo apenas si soy consciente.

Padre, enséñame a estar expectante a Tu dirección guiándome a aquellas personas que están listas para escuchar Tu Palabra.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Vivimos expectantes de Dios para que ministre por medio de nosotros y realice Sus propósitos? ¿Contamos nosotros con nuestra propia ingenuidad o nuestro ingenio para alcanzar a otros con el Evangelio?

 



domingo, 28 de junio de 2020

28 de junio - Aquí viene la novia - Ray Stedman

Las 7 formas de atraer gente a tu stand | Tridente Image Builders

 

Si lee usted todo este capítulo detenidamente, se encontrará con que el personaje central no es Rebeca, la novia. Poco de su reacción ha quedado escrito aquí, ya que fue un personaje secundario. El objeto de atención de la historia realmente sigue al criado de Abraham, que es el personaje central. Esta es una imagen de la obra del Espíritu Santo. Pero recuerde usted, el Espíritu de Dios decide realizar su obra principalmente por medio de hombres y mujeres, por medio de aquellos de nosotros que le pertenecemos. Esto es especialmente cierto en la obra de llamar a un pueblo con el nombre de Dios. Dios nos ha dado la responsabilidad y el privilegio de ser Sus instrumentos para llamar a Su esposa de entre el mundo. De modo que esta historia se convierte en una imagen preciosa de todo el proceso del evangelismo personal.

El proceso de traer a otros a Cristo empieza con el mandamiento de Dios el Padre. La iniciativa aquí la tiene Abraham, que manda a su criado a realizar este trabajo y le presenta la obligación para hacerlo por medio de un juramento. Cuando este criado puso su mano bajo el muslo de Abraham, estaba sencillamente practicando una costumbre oriental que reconoce que los lomos del muslo eran la fuente de la vida. Para el criado, era una representación de estar atado por un juramento solemne.

Al aplicar esto a nuestra propia situación y ver a Dios el Padre estando en el lugar de Abraham aquí, está pidiendo a todos los siervos que se entreguen a esta labor. No se menciona aquí el nombre del criado, de manera que usted y yo podemos poner nuestros nombres aquí. El Padre nos llama y nos manda que vayamos y tomemos una esposa para Su Hijo.

Esta no es una opción para la persona que cree en Jesucristo. Dios ha dicho, no solo de la manera que lo vemos aquí sino además en la afirmación directa en la Palabra de Dios, que la obligación descansa sobre los creyentes, que deben entregarse a la labor de alcanzar a otros para Jesucristo. Dios ha dicho: “Toma una esposa para mi Hijo”. Y con este fin, el Espíritu de Dios ha entrado en nuestros corazones para morar en ellos. Todo Su propósito, en lo que se refiere a entrar en nuestra vida, es que Él pueda ser lo que es y hacer lo que vino a hacer. Nuestro Señor Jesús es el que mora en nosotros y se nos dice lo que vino a hacer. Él dijo: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Si eso es lo que vino a hacer, encontraremos que Él lo está haciendo en nuestras vidas, si le damos la oportunidad.

Señor, ayúdame a ser sensible al Espíritu de Dios al guiarme a aquellos que Él ha preparado para escuchar acerca de Tu Hijo.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Reconocemos nosotros y vivimos conforme a nuestro mandato como discípulos del Señor Jesús? ¿Reaccionamos nosotros ante el impulso del Espíritu Santo?

 



sábado, 27 de junio de 2020

27 de junio - La independencia de la fe - Ray Stedman

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La lección suprema aquí lo que hace es mostrarnos la total independencia del hombre de fe. Abraham no estaba dispuesto a consentir ser dueño de una tierra sin pagar por ella, de manera que insistió cortésmente en no llevarse nada del mundo, aunque está dispuesto a tomarlo todo de Dios. Aquí muestra una gran independencia, no permitiendo que el mundo le haga rico en ninguna medida. Dios le había prometido esta tierra, y ninguna estrategia del enemigo, ningún expediente temporal, podía satisfacer su corazón. Al final de su carrera, a pesar de que era propietario de la tierra por la promesa, la única parte que realmente poseía era el campo y la cueva donde enterró a su esposa.

Existe una gran escasez de libertad resistente en nuestro mundo hoy. ¿Cuál es el secreto de ello? Aprendemos de la vida de Abraham que el secreto es esencialmente fijar nuestros ojos en otro lugar y no quedarnos satisfechos con cualquier cosa que nos ofrezca la tierra. Entonces podemos ser bastante indiferentes a sus atractivos, sus afirmaciones y las presiones que sentimos de por todas partes. Si nuestros corazones están realmente envueltos en esta escena aquí abajo, no somos más que víctimas de todas las presiones que surjan en cualquier forma. Si tenemos los ojos fijos en la ciudad que solo Dios construye, a donde mira la persona de fe, entonces podemos ser muy independientes aquí.

Las cartas de Samuel Rutherford son un maravilloso tesoro de la vida devocional del corazón que ha sido cautivado y capturado por Cristo. Él fue un gran hombre fuerte. Recuerdo haber leído sobre cuando se estaba muriendo en la prisión de St. Andrews en Escocia, cuando el rey envió un mensajero para convocarle a que apareciese en el tribunal de Londres para que respondiese a los cargos de gran herejía. Cuando entró el mensajero y se encontró ante el anciano anunciándole que el rey le había ordenado comparecer ante el tribunal, le dijo con su estilo escocés: “Ve y dile a tu amo que tengo una cita para aparecer ante un tribunal más elevado, y antes de que le llegue este mensaje, yo voy a estar donde pocos reyes y grandes hombres jamás van”. Este fue un reproche conmovedor hecho a un hombre en la tierra que creyó poder reclamar la presencia ante el tribunal de un hombre de fe.

Abraham fue propietario de una sepultura en una cueva al final. Eso fue todo. Esto es algo que nos sirve de recordatorio a todos los hombres y mujeres de fe en todas las épocas, que todo cuanto podemos tener en propiedad aquí abajo es una parcela de sepultura en la cual podemos hacer descansar todas nuestras esperanzas y expectativas en esta vida. Todo lo que esperamos y todas las cosas estupendas que esperamos tener algún día, todas las experiencias que nos gustaría poder vivir de nuevo, todas estas expectaciones se encuentran enterradas en la tumba.

Hemos sido creados para ser criaturas de la eternidad. El libro de Eclesiastés dice que Dios “ha puesto eternidad en el corazón del hombre” (Eclesiastés 3:11b). No hemos sido creados para ser criaturas del tiempo, y no hemos sido hechos para que nos sintamos satisfechos con este breve período de vida y para que luego pasemos al silencio eterno e interminable que es la muerte. Dios ha puesto eternidad en nuestros corazones. Pero la gran tragedia es que podemos muy fácilmente perder de vista el objetivo. Nos involucramos en los problemas del tiempo y perdemos la visión mucho más amplia de la eternidad.

Señor, enséñame a vivir con la misma clase de independencia que lo hizo Abraham, que fijó sus ojos en aquellas cosas que nadie le podía quitar.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Somos nosotros rehenes de las cosas que tienen que ver sencillamente con esta temporada? ¿Vivimos nosotros cada día como criaturas de los valores y la esperanza de la eternidad?

 


viernes, 26 de junio de 2020

Firme en un mundo que intenta seducirte, día 2 - Nancy DeMoss Wolgemuth



26 de junio - Hasta que la muerte nos separe - Ray Stedman

Foto de cabeza, tiro de hombro de una niña mirando el cielo ...

 

A mí me encanta la frase: “se levantó Abraham de delante de su muerta”. Eso implica que tuvo que cuadrarse y enfrentarse de nuevo con la vida, a lo cual le sigue una maravillosa confesión de fe: “Extranjero y forastero soy entre vosotros”. Esta es la palabra de un hombre que mira más allá de lo que tiene que ofrecer la tierra y ve la ciudad que tiene fundamentos, cuyo constructor y hacedor es Dios.

Aunque Abraham había estado llorando en el valle de la sombra de muerte, sintió de algún modo que no podía haber sombra sin que hubiese una luz en alguna parte. ¿Ha aprendido usted eso? Cuando aparecen las sombras en su vida, es una señal de que debe de haber luz en alguna parte. Como es lógico, si le damos la espalda a la luz, entonces somos nosotros mismos los que causamos la sombra. Yo creo que las personas están viviendo actualmente en una sombra constante porque le han dado la espalda a la luz, y ellos mismos oscurecen su propia existencia. Pero si nos colocamos de cara a la luz, contemplando esa luz que procede de la ciudad cuyo constructor y hacedor es Dios, entonces solo aparece la sombra temporalmente cuando algún objeto oscurece la luz durante un momento.

Después de todo, eso es lo que es la muerte; es sencillamente un oscurecimiento temporal de la luz. Pero el hombre de fe eleva sus ojos y mira más allá de la sombra y ve la luz que todavía brilla, y les dice a estas personas: “Yo soy un extranjero y forastero entre vosotros. No hay nada que me satisfaga aquí abajo y no puedo nunca establecerme entre vosotros”. Toda la tierra le había sido dada por la promesa de Dios, pero el cuerpo muerto de su esposa ante él le recuerda que no ha llegado todavía el tiempo de Dios. Su fe no se debilita a causa de la muerte de Sara, sino más bien se fortalece a causa de ella.

Si Abraham no se hubiese acordado de que era un peregrino y un extranjero, su corazón hubiese quedado destrozado por la desesperación a causa de la muerte de su amada esposa y compañera. Pero Abraham eleva sus ojos por encima de esto a la luz de la ciudad más arriba. Se acuerda de que nada en esta vida se suponía que cubriese totalmente las necesidades del corazón del peregrino extranjero que pasa por ella.

El Dr. Barnhouse cuenta de una mujer joven cuyo esposo había muerto en acción durante la guerra. Cuando llegó el telegrama, esta mujer cristiana lo leyó hasta el final y luego le dijo a su madre: ―Voy a subir a mi cuarto; por favor no me molestes.

Su madre llamó a su padre al trabajo y le contó lo que había sucedido, y él volvió apresuradamente a la casa y subió de inmediato a la habitación. Su hija no le oyó entrar, y él la vio arrodillada junto a su cama. El telegrama estaba abierto sobre la cama ante ella y ella estaba inclinada sobre él. Y al estar allí, le oyó decir a su hija: “¡Oh, mi Padre, mi Padre celestial!” El hombre se dio la vuelta y bajó las escaleras, y le dijo a su mujer: ―Está en mejores manos que las mías.

Esto es lo que hace la fe en la hora del dolor. La fortaleza misma de la fe de Abraham en medio de su angustia es que él es un extranjero y forastero, un peregrino de paso hacia la única ciudad que puede satisfacer al corazón humano.

Padre, sé que la vida puede a veces golpearnos de una manera terrible. Permite que yo sea capturado por Aquel que ha dicho que yo no puedo estar nunca completamente satisfecho con lo que hay aquí, y haz que mis ojos se fijen en la luz que procede de la ciudad más allá, para que yo sea adaptado a ese lugar.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Estamos nosotros viviendo en las sombras creadas por haberle dado la espalda a la Verdad y a la Vida que tenemos en Cristo Jesús? ¿A quién acudimos cuando la vida se derrumba?

 



jueves, 25 de junio de 2020

Firme en un mundo que intenta seducirte, día 1 - Nancy DeMoss Wolgemuth




25 de junio - Lo que Dios devuelve - Ray Stedman

purple lotus flower on water

 

Cuando Abraham le devolvió su hijo a Dios, Él le dijo que la promesa del fruto se cumpliría de inmediato. Los ríos de aguas vivas empezarían ahora a fluir de él para bendecir a todas las naciones de la tierra, como había prometido Dios. Fue cuando Isaac regresó de los muertos, por así decirlo, con el poder de la resurrección, que Dios dijo: “Ahora se manifestará el fruto de tu vida”.

Ni siquiera los dones que nos da Dios tienen ningún valor hasta que no estamos dispuestos, si es necesario, a perderlos, de manera que Dios pueda reinar sin ese rival en nuestros corazones. Cuando tenemos que llegar al lugar al que el Espíritu de Dios quiere llevarnos, esa relación perfecta con el Padre, cuando Dios significa más para nosotros que cualquier otra cosa y estamos dispuestos incluso a renunciar el don mismo que nos ha dado Dios, entonces con el poder de la resurrección ese don se convertirá en una bendición para todas las personas a las que toque.

A todos nos han sido concedidos dones de Dios. Tal vez le haya dado Dios a usted un talento especial, y se le pide a usted que realice una tarea en la que es posible que no pueda usted usar ese talento. Usted se pregunta al respecto y tal vez hasta se rebele, pero recuerde a Abraham y devuélvaselo usted a Dios. Enfréntese usted con la posibilidad de no poder usar ese talento, y el Dios de la resurrección tomará ese talento y se lo devolverá a usted, convirtiéndolo en una bendición para muchos corazones. Tal vez tenga usted un ser amado y surja una situación en la que se vea usted obligado a separarse de esa persona, rompiendo la relación. Esta es la lucha, pero la fe de Abraham dice que si Dios le pide a usted que lo haga, entonces hay una bendición más allá si obedece usted. Tal vez esté viviendo en una situación de comodidad y felicidad, pero se le necesita a usted en otro lugar que no resulta tan agradable, y usted dice: “Señor, ¿por qué tengo que renunciar a mi hogar y a mis relaciones que disfruto para ir allí?” Recuerde usted sin embargo que, si Dios le llama, debe usted de obedecer.

Por encima de ese aparente sufrimiento y muerte, se encuentra la resurrección. En la resurrección de esa experiencia, Dios le devuelve a usted ese don, convirtiéndolo en una bendición. ¿No es esta la historia de cada hombre y cada mujer cuya vida ha contado jamás para Dios, que han estado dispuestos a renunciar a los aspectos mismos que pensaban que eran lo que Dios había usado como una bendición escogida para ellos cuando Dios les llamó? Al hacerlo así, Dios los convirtió en una bendición. Esto puede suceder con áreas menores o áreas mayores. Este es el principio de la cruz en todas nuestras vidas, y esto es lo que hace posible la vida de la resurrección. Cuando da la impresión de que estamos tirando cada situación de bendición, Dios transforma en un momento aquello mismo a lo que renunciamos, de modo que se convierte en una experiencia que nos recompensa y es la más significativa que jamás hayamos tenido.

¡Le desafío a usted a actuar sobre esto! No sé cuál será el sacrificio para usted, pero sé que esto es verdad y que Dios ha escrito este relato para que nosotros sepamos que esta es Su manera de actuar en los asuntos de las personas.

Padre, te doy gracias porque, por encima de los grandes sufrimientos, está la resurrección. Concédeme la gracia para actuar conforme a esta gran promesa.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Ha recibido usted alguna vez un regalo de Dios que Él le esté pidiendo que se lo devuelva? ¿Está usted dispuesto a que Dios tenga el control de la distribución del tiempo al usar usted Sus dones?

 



miércoles, 24 de junio de 2020

¿Cuándo necesita avivamiento una nación? - Nancy DeMoss Wolgemuth



24 de junio - La prueba más dura de la vida - Ray Stedman


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El relato ha guardado silencio acerca de la reacción emocional de Abraham aquí, pero con solo ponernos en su lugar podemos sentir lo que él sintió, cómo debió de tener el corazón destrozado, cómo evita decirle a Isaac la espantosa verdad hasta el último momento posible, cómo seguramente estaría temblando en su interior cuando Isaac le hizo la pregunta: “¿Dónde está el cordero?” Sabemos que no existe una respuesta real a la pregunta hecha por Isaac hasta que no pasamos por los siglos que median y escuchamos en el Nuevo Testamento a Juan el Bautista ante el pueblo de Israel diciendo: “¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29).

¿Dónde encontraría la fuerza este padre espantosamente dolorido para seguir adelante con esa tarea tan espantosa? La respuesta se encuentra aquí en una breve frase del versículo 5: “Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros”. Abraham no está intentando engañar a estos hombres, pero en alguna parte en las tranquilas meditaciones de aquella espantosa noche, cuando la palabra le llegó por primera vez, tendría la conciencia de que Dios podía hacer algo para levantar a este niño de los muertos, y Abraham creía en la resurrección. Ahí es donde encontró la paz para seguir el mandamiento dado por Dios. En las luchas de aquella noche, comenzó a razonar y a contar con Dios.

Debió pensar algo parecido a esto: “Dios me ha dado promesas y yo he vivido con Dios lo suficiente como para saber que, cuando Dios hace una promesa, la cumple. Dios ha dicho que en mi hijo Isaac todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Isaac es necesario para el cumplimiento de la promesa. No puede ser ningún otro; ha dicho que este niño será aquel en quien se cumplirá la promesa. Entonces, si Dios me ha pedido ahora que le entregue como sacrificio, hay una explicación, y es que Dios tiene la intención de levantarle de los muertos”.

Abraham nunca había tenido, como lo hemos tenido nosotros hoy, la experiencia o la constancia de que nadie hubiese resucitado de los muertos. A pesar de lo cual su fe es tan firme en el carácter de Dios que llega a la realización de la resurrección. Esto se confirma en Hebreos 11: “Por la fe Abraham... ofreció a Isaac… porque pensaba que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos” (11:17, 19a). Abraham arriesgó todo lo que le pertenecía y amaba sobre el carácter de Dios, y halló que Él era un Dios de resurrección.

Debido a este maravilloso triunfo en su vida, Abraham llama a aquel lugar “Jehová proveerá”. Y basándose en este milagro surgió un pequeño dicho en Israel, un proverbio: “En el monte de Jehová será provisto”. La manera de actuar de Dios con las personas es tal que da la impresión de que la liberación no llega nunca; es como si la liberación no se cumpliese jamás. Pero si sigue usted adelante, cuando llegue usted al monte, habrá provisión. Las decepciones de las personas son las citas de Dios, porque para Dios no es nunca demasiado tarde. Aunque Abraham se hubiese visto obligado a seguir adelante con aquel sangriento encargo hasta su fin, su corazón de padre reposó en la tranquila paz, porque sabía que Dios levantaría a su hijo de los muertos.

Dios, te doy gracias porque, sea lo que sea que Tú me llamas a poner en el altar en obediencia a Ti, Tú siempre sabes lo que es mejor y Tú tienes siempre un plan.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

Nuestro mundo está lleno de corrupción y sufrimiento que dan la impresión de asegurar el triunfo del maligno. ¿Vemos todo esto a través de la lente del carácter de Dios y Su poder soberano?

 



El rol de la emoción en el avivamiento - Nancy DeMoss Wolgemuth




martes, 23 de junio de 2020

23 de junio - Este mundo sediento - Ray Stedman

La Fe en Dios - Mensaje Bíblico de Hoy

 

Aquí tenemos al anciano Abraham plantando un árbol y viviendo junto a su pozo. ¿Por qué se nos relata esto? Es simbólico de lo que está sucediendo en su corazón y en su vida. El árbol hace que nos acordemos de inmediato del Salmo 1, que dice que el hombre de Dios será como un árbol plantado junto a ríos de agua viva, que dará su fruto a su tiempo. He aquí una vida que es fructífera, que se interesa por las personas que están inmediatamente a su alrededor y que está derramando bendiciones en sus vidas y en sus corazones.

Abraham invoca el nombre de Jehová, el Dios eterno. Si la iglesia desea hacer algo para ayudar a este pobre, ciego, sangrante y dificultoso mundo en el que vivimos, solo será cuando los cristianos redescubran lo que significa vivir a diario en la fuerza, el poder, el propósito y la gloria de invocar al Dios eterno. Esto es lo que escribe el gozo en nuestros corazones, el gozo que este mundo está intentando buscar en vano. Abraham encontró gozo y de este modo pudo ser el centro de bendición en la tierra de los filisteos. Encontrando y descubriendo de nuevo los manantiales de fuerza espiritual, hizo más por avanzar la causa de la justicia social y el bienestar que ninguno de los programas y planes jamás han logrado hacer.

El mundo que nos rodea hoy está buscando la realidad más que jamás lo ha hecho con anterioridad. El mundo está buscando con desesperación a hombres y mujeres de convicción que defiendan lo que creen y que no dudarán en declararlo y en decir que no, cuando implica involucrarse en algo que creen que está mal. El mundo está buscando a hombres y mujeres que tienen convicciones, y las convicciones solo se tienen viviendo en comunión con el Dios viviente. Eso fue lo que envió a aquella nueva iglesia en los tiempos del Nuevo Testamento a que saliese obteniendo una victoria tan triunfante sobre cada obstáculo. Barrieron todo cuanto se les puso por delante, porque tenían comunión diaria con el Dios viviente.

Pero si nosotros no tenemos comunión con el Señor, no tendremos nada que ofrecer. Seremos como un montón de camareros en un restaurante regresando a la cocina y diciéndole al cocinero: ―Mira, estamos teniendo problemas para que esta comida les llegue a las personas. ¿Por qué no dejas la cocina y vienes a ayudarnos?

Si el cocinero es sabio, les dirá a ellos: ―Compañeros, lo peor que podría hacer yo sería ir a ayudaros a vosotros. Es cierto que tenéis un problema y tenéis que resolverlo, pero si alguien no se ocupa de cocinar, no habrá nada que distribuir.

¡Si no existe la fuente de la moralidad en la iglesia, si no hay vidas que están descubriendo la fortaleza y la paz interior y el poder que se tienen, gracias a la comunión con Cristo y con el Dios vivo, no habrá nada que distribuir! Con esto en mente, entreguémonos de nuevo a esta labor suprema de la iglesia de Cristo, que es la declaración de las buenas nuevas de Jesucristo, que las personas pueden ser salvas y sus vidas pueden ser transformadas conociendo al Dios vivo.

Padre, te pido que pueda volver a descubrir con Abraham el secreto de ser un amigo de Dios, un hombre o una mujer de Dios, por medio del cual las vidas puedan ser transformadas.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Basta con que aceptemos la ideología y la doctrina sencillamente porque suena espiritual? ¿Nos mantenemos nosotros alerta ante los muchos y variados engaños enseñados por lobos vestidos de ovejas?

 



lunes, 22 de junio de 2020

De la muerte a la vida - Nancy DeMoss Wolgemuth



22 de junio - Dejando de vagar - Ray Stedman


 7 destinos para disfrutar de la naturaleza este verano

El pozo alrededor del cual tiene lugar esta historia es el tema central. El significado espiritual de este pozo es fácil de reconocer para nosotros, puesto que sucede con frecuencia en la Biblia como una imagen de la Palabra de Dios. El agua del pozo es con frecuencia Cristo como la fuente de refresco para el alma sedienta. Recuerde usted cómo el Señor le dijo a la mujer de Samaria al acercarse al pozo: “El agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:14b). Los pozos en las Escrituras son con frecuencia una imagen de una relación.

En Gálatas Pablo nos dice cómo interpretar a Agar e Ismael, lo que significan para nosotros en el programa de Dios. Dice que “Agar es el Monte de Sinaí, en Arabia” (Gálatas 4:25), desde el cual fue dada la ley. Ella e Ismael son la imagen de la actual Jerusalén, que es la nación de Israel que rechazó a Cristo, a pesar de lo cual retuvo las promesas y el cuidado y protección de Dios en sus vidas. Israel persiguió a aquellos en la nación que se volvieron a Cristo en los tiempos de la iglesia primitiva. Pablo nos dice en Romanos que, después de que Israel rechazase a Cristo, se produjo ceguera en parte de la nación, que habría de durar hasta que todos los gentiles que creyesen hubiesen venido (Romanos 11:25-26). Aquí en el Antiguo Testamento, dos mil años antes de que viniese el Señor, esto nos fue mostrado en la vida de Abraham.

Al igual que Ismael, la nación de Israel ha estado vagando por el desierto del mundo desde la Semana de la Pasión, cuando el pueblo se reunió ante Pilato y dijo: “No queremos que este reine sobre nosotros” (Lucas 19:14), y “Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Mateo 27:25b). Poco después, la ciudad de Jerusalén fue destruida y el templo saqueado y destruido, y el pueblo de Israel fue echado vagando por las naciones. Estuvieron vagando de la misma manera que Ismael en el desierto durante siglos enteros, sin ningún lugar central en que reunirse, sin la verdadera adoración a Dios que habían conocido en los días del Antiguo Testamento. Han estado vagando en el desierto desde entonces, pereciendo de sed.

Pero el Nuevo Testamento nos dice que llegará un día cuando sus ojos serán abiertos, de la misma manera que lo fueron los ojos de Agar aquí y ella pudo ver el pozo. El pozo es la Palabra de Dios, representando a Jesucristo, el Hijo de Dios. Tal vez esté cerca la hora misma en que Israel, la nación que ha estado vagando en incredulidad alrededor de la tierra desde aquel tiempo, le serán abiertos los ojos y podrán contemplar de nuevo a Cristo en sus propias Escrituras. Muchos han preguntado por qué los judíos no creen en Cristo si el Antiguo Testamento está tan lleno de Jesucristo. La respuesta es que Israel ha experimentado un endurecimiento en parte “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25b). No todos los judíos se han negado a creer, pero muchos de ellos, incluso con el testimonio de sus propias Escrituras, no creen en Jesús como el Mesías. Pero Dios dice que llegará un día por fin en el que sus ojos serán abiertos. Dios estará con ellos y, de la misma manera que hizo a Ismael grande, hará también de Israel una nación grande de nuevo.

Padre, te doy gracias porque todas las cosas que Tú has escrito en Tu Palabra sucederán. Tú eres el Dios soberano de la historia, y yo te alabo porque Tú has cumplido Tus promesas a Tu pueblo.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

¿Consideramos la oración como sencillamente una línea caliente de emergencia? ¿Nos estamos perdiendo el maravilloso privilegio de ser compañeros de Dios por medio de nuestra oración habitual, confiada y dependiente?