Versículo para hoy:

miércoles, 28 de febrero de 2024

FEBRERO 28 - Nuevas Misericordias Cada Mañana - Paul David Tripp

 El amor que a lo malo llama bueno y a lo bueno malo no es un amor real. El amor verdadero reprende y perdona.

Hay muchas cosas a las que llamamos amor pero no están a la altura de lo que el amor es y hace. Estar dispuestos a tolerar cosas que son incorrectas a los ojos de Dios puede crear una apariencia superficial de paz, pero eso no es lo que hace el amor. El vivir voluntariamente dentro de un círculo de maldad, sin decir nada, puede hacerme agradable a la gente, pero eso no es amor. Decir "está bien, no te preocupes" a una persona que realmente hizo algo equivocado no es amor. Mantener la paz a cualquier costo no es amor. Mantenerme callado cuando debo hablar no es amor. Querer evitar momentos de tensión con alguien porque hay maldad entre nosotros que debe ser expuesta no es amor. Pedirte que toleres cualquier cosa que yo diga o haga solo porque dices que me amas es confundir lo que el amor es y hace. Mucho de lo que pensamos que es el amor sencillamente no es amor.
El amor real, bíblico y que honra a Dios nunca compromete lo que Dios establece como bueno y malo. El amor y la verdad están entrañablemente unidos entre sí. El amor que niega la verdad no es amor. La verdad sin amor deja de ser verdad, debido a que es una verdad trastornada y manipulada. Si el amor quiere y busca lo mejor para ti, entonces se compromete a ser parte de lo que Dios dice que es es lo mejor para tu vida. Entonces, mi compromiso debe ser convertirme en una herramienta de Dios en tu vida, incluso si tenemos que pasar por momentos difíciles para lograrlo. Creo que en ocasiones optamos por el silencio, evitando asuntos y dejando que cosas malas pasen desapercibidas no porque amemos a los demás, sino porque nos amamos a nosotros mismos y no queremos enfrentar las dificultades que conlleva lidiar con algo que Dios dice que es erróneo. No estamos dispuestos a hacer los sacrificios personales que conlleva el amor verdadero. Ahora, no estoy hablando de juzgar, criticar o condenar a otros. No, estoy hablando de elegir no ignorar lo malo, sino lidiar con ello con la misma gracia que Dios nos ha dado. La gracia nunca llama malo a lo bueno. Si lo malo fuera bueno, la gracia no sería necesaria. Si el pecado no fuera perverso y malo, Jesús no tendría que haber venido al mundo.
La cruz de Cristo es el único modelo que necesitas para ver lo que el amor hace al enfrentar lo malo. El amor no llama malo a lo bueno. El amor no ignora lo malo, esperando que desaparezca. El amor no te da la espalda cuando estás equivocado. El amor no se burla de ti. El amor no busca darle vuelta a las cosas para herirte de la misma manera en la que has herido. El amor no es pasivo ni se queda callado ante lo malo. El amor se acerca a ti precisamente porque estás equivocado y necesitas ser rescatado. Al acercarse, el amor está dispuesto a pasar dificultades y a hacer sacrificios para que puedas reconciliarte con Dios y con los demás. Dios nos brinda Su amor para que podamos ser herramientas de este mismo amor en las vidas de los demás.

Para profundizar y ser alentado: 1 Corintios 13:4-13