Versículo para hoy:

lunes, 31 de octubre de 2022

Renovando Tu Mente | Respuesta a las objeciones de Roma


Octubre 31 El discernimiento de la fe - OSWALD CHAMBERS

"Si tenéis fe como un grano de mostaza... nada os será imposible", Mateo 17:20

Tenemos la idea de que Dios nos recompensa por nuestra fe y así puede ser en su etapa inicial, pero no nos ganamos nada por medio de ella. La fe nos pone en la relación correcta con Dios y le da la oportunidad de obrar. Sin embargo, con frecuencia Dios tiene que derrumbar tu experiencia como uno de sus santos, a fin de conseguir que entres en contacto directo con Él. El Señor desea que entiendas que es una vida de fe, no una vida de gozo debido a sus bendiciones. El comienzo de tu vida de fe fue estrecho e intenso, centrado alrededor de una pequeña experiencia que tenía tanta emoción como fe, llena de luz y dulzura. Luego Dios retiró sus bendiciones conscientes para enseñarte a caminar por fe. Ahora eres de mucho más valor para Él, que en tus días de deleite consciente y de emocionante testimonio. 

Por su propia naturaleza, la fe debe ser probada; y la verdadera prueba de la fe consiste no en que hallemos difícil confiar en Dios, sino que el carácter del Señor tiene que probarse como digno de confianza en nuestra mente. Cuando la fe se está desarrollando hacia la vida real, pasa por períodos de aislamiento ininterrumpido. Nunca confundas la prueba de la fe con la disciplina común de la vida, porque mucho de lo que llamamos la prueba de la fe es el resultado inevitable de estar vivos. La fe bíblica es la fe en Dios que se opone a todo aquello que lo contradice; una fe que declara: "Permaneceré fiel al carácter de Dios sin importar lo que Él haga". La más alta y más grande expresión de fe en toda la Biblia es: "Aunque él me mate, en él esperaré", Job 13:15.

Octubre 30 Fe - OSWALD CHAMBERS

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios", Hebreos 11:6

La fe en antagonismo al sentido común se convierte en fanatismo y el sentido común en antagonismo a la fe es puro racionalismo. La vida de fe los coloca ambos elementos en la relación apropiada. El sentido común y la fe son tan diferentes como la vida natural de la espiritual y como la impulsividad de la inspiración. Nada de lo que dijo Jesucristo fue producto del sentido común, sino del sentido de la revelación y, por lo tanto, llega a los lugares donde el sentido común no puede. Sin embargo, la fe debe ser puesta a prueba antes de que sea real en tu vida. Sabemos, además, que a los que aman a Dios "todas las cosas los ayudan a bien", Romanos 8:28. Entonces, no importa lo que suceda, el poder transformador de la providencia de Dios convierte en realidad la fe auténtica. La fe siempre actúa de manera personal, porque el propósito de Dios es que la fe genuina se vuelva real en sus hijos. 

Para cada detalle del sentido común de la vida hay una verdad que Dios ha revelado y que nos permite poner a prueba en nuestra experiencia práctica lo que creemos de Él. La fe es un principio extremadamente activo que siempre coloca a Jesucristo primero. La vida de fe dice: "Señor, Tú lo has dicho. Parece una locura, pero voy a lanzarme, confiando en tu Palabra" (por ejemplo, Mateo 6:33). Siempre y no algunas veces, es una lucha convertir la fe intelectual en nuestra posesión personal. Dios nos pone en circunstancias que educan nuestra fe, porque la naturaleza de la fe es que el objeto de ella se vuelva real. Antes de conocer a Jesús, Dios es sólo un concepto y no podemos tener fe en Él. Pero, tan  pronto oímos que Jesús dice: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre", Juan 14:9, tenemos algo real y nuestra fe no tiene límites. La fe es toda la persona en una relación correcta con Dios por el poder del Espíritu de Jesucristo.