Versículo para hoy:

jueves, 27 de abril de 2023

ABRIL 19 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"He aquí, el velo del templo se rompió en dos, de alto a bajo". Mateo 27.51

No fue un milagro insignificante el que se obró en el rompimiento de un velo tan fuerte y grueso, pero no se realizó meramente como una exhibición de poder, pues se nos enseña aquí muchas lecciones. La antigua ley de ceremonias fue abolida, y como un vestido gastado, fue rota y puesta a un lado. Cuando Jesús murió, todos los sacrificios terminaron, pues todos quedaron cumplidos en él y en consecuencia, el lugar donde esos sacrificios eran presentados, fue marcado con una señal evidente de decadencia. Aquella rasgadura también reveló todas las cosas ocultas de la antigua dispensación. Ahora podía verse el propiciatorio, y la gloria de Dios brillaba sobre él. Por la muerte del Señor Jesús tenemos una clara revelación de Dios, pues él "no era como Moisés que ponía un velo sobre su faz". Vida e inmortalidad salen ahora a la luz, y cosas ocultas desde la fundación del mundo son manifiestas en él. La ceremonia anual de la expiación fue así abolida. La sangre de la expiación, que una vez por año era rociada dentro del velo, fue ahora ofrecida una vez por todas, por el gran Sumo Sacerdote, y por lo tanto, el lugar del rito simbólico fue derribado. Ahora no se necesitan más bueyes ni ovejas, pues Jesús ha entrado dentro del velo con su propia sangre. Por lo tanto, ahora se permite el acceso a Dios, siendo este el privilegio de cada creyente en Cristo Jesús. No hay siquiera una pequeña abertura por la que podamos ver el propiciatorio, excepto la ruptura que se extiende de alto a bajo. Podemos acercarnos con confianza al trono de la gracia celestial. ¿Caeremos en error si decimos que la abertura del lugar santísimo, hecha en esta manera maravillosa por el postrer clamor de nuestro Señor, era una figura de la abertura de las puertas del paraíso para todos los santos, en virtud de la pasión?
Nuestro sangrante Señor tiene las llaves del cielo; Él abrió y ninguno puede cerrar.

ABRIL 18 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Ella ató el cordón de grana a la ventana". Josué 2.21

Según la Biblia ¿Cuál es el... | La respuesta de Trivia | QuizzClub
Rahab dependió para su preservación de la promesa de los espías, a quienes consideró como representantes del Dios de Israel. Su fe fue sencilla y firme, pero muy obediente.
Atar el cordón de grana a la ventana era en sí mismo un acto trivial, pero ella no se atrevió a correr el riesgo de omitirlo.
Ven alma mía, ¿no hay aquí una lección para ti? ¿Has estado atenta a la voluntad de tu Señor, aunque algunos mandamientos no parecían ser esenciales? ¿Has observado en su forma correcta las dos ordenanzas de los creyentes: el Bautismo y la Cena del Señor? Si estas cosas son descuidadas es prueba de que en tu corazón hay mucha desobediencia.
Este acto de Rahab presenta una lección aun más solemne. ¿He confiado yo implícitamente en la preciosa sangre de Jesús? ¿He atado yo, con un nudo gordiano, el cordón de grana a mi ventana, de modo que mi esperanza nunca pueda ser removida? ¿Puedo mirar hacia del Mar Muerto de mis pecados o hacia la Jerusalén de mis esperanzas sin ver la sangre, pero viendo todas las cosas en conexión con su bendito poder? El transeúnte puede ver una cuerda de tan visible color, si cuelga de la ventana. Será un bien para mí si mi vida hace visible a todos los espectadores la eficacia de la expiación. ¿Qué hay allí de qué avergonzarse? ¡Que miren si así lo desean, tanto los hombres como los demonios; la sangre es mi orgullo y mi canto! Alma mía, hay uno que verá aquel cordón de grana, aun cuando tú, por la debilidad de tu fe, no puedas verlo por ti misma. Jehová, el vengador, lo verá y te perdonará. Los muros de Jericó cayeron; la casa de Rahab estaba sobe el muro, y sin embargo quedó inmóvil. Mi naturaleza está edificada en el muro de la humanidad, y sin embargo, cuando la destrucción hiera a la humanidad, yo quedaré seguro. 
Alma mía, ata otra vez el cordón carmesí a la ventana y descansa en paz.