Versículo para hoy:

sábado, 6 de junio de 2015

EL SEÑOR JESUCRISTO – Dr. Martyn Lloyd-Jones

[…] La verdad concerniente al Señor Jesucristo es el hecho central y más maravilloso de la historia de la redención. Destaca como un hecho único en toda la Historia. La verdad con respecto a Él es el hecho más grande y asombroso de todos.

[…] Todo lo que sucedió hasta Él señalaba hacia delante, todo lo que ha sucedido después señala hacia atrás; sin duda, es el punto decisivo de la Historia. Eso se puede ver aunque sólo sea por nuestro calendario. Al dividir la Historia en a.C. y d.C., rendimos tributo al hecho de que, indudablemente, este es el suceso central y más importante que jamás haya tenido lugar.
[…] Lo que de inmediato proclama que muchas personas que se autodenominan cristianas no lo son es que Cristo no es una persona esencial para ellos.
Aquí me estoy refiriendo a las personas que creen que un cristiano es simplemente una mujer o un hombre bueno. Obviamente, se puede ser un hombre bueno sin tan siquiera mencionar al Señor Jesucristo; pero en el cristianismo, Él es vital, y si la verdad concerniente a Él no es verdadera, toda la postura se derrumba.
[…] No es suficiente con decir: “Creo en Cristo”. El Nuevo Testamento hace preguntas cuando se dice eso. Dice: “¿Qué es lo que crees acerca de Él? ¿Es sólo un hombre? ¿Es sólo Dios? ¿Se encarnó verdaderamente o no? ¿Qué es lo que hizo? ¿Cuál es el significado de su muerte?”

[…] Entonces, pues, ¿cuáles son las afirmaciones generales hechas por la Biblia con respecto a su persona? ¿Qué nos dice acerca de Él, al centrar nuestra atención en Él y nos empuja a considerarlo? Primero, dice que Él es el cumplimiento de todas las promesas y profecías del Antiguo Testamento. La gran afirmación de eso se encuentra en 2 Corintios 1:20: “Porque todas las promesas de Dios son en él sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”. Convergen, se resumen, en Él.
[…] Pero, en segundo lugar, la Biblia también nos exhorta a considerarle porque Él es el único por el que podemos reconciliarnos con Dios, y por el que podemos conocer a Dios. En Hebreos 12:24 leemos que Él es “el Mediador del nuevo pacto”. Él dijo de sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
…] La tercera gran razón que nos da la Biblia para considerarle es que Él tiene todas las cosas en sus manos. Le ha sido dado todo poder en el Cielo y en la Tierra (Mateo 28:18). Él tiene todo poder, dominio y autoridad. […] Es un pensamiento estremecedor y maravilloso que toda la Historia está en las manos de esta persona. Todo lo que sucede en el mundo está bajo su control: todo sin excepción. Él es el Señor de la gloria y el Señor de la Historia, y se sienta a la diestra de Dios en la autoridad y en la gloria de Dios.
Y luego la razón final que nos da la Biblia para considerarle es que Él será quien juzgue al mundo, y esto nos concierne vitalmente a todos. Lo afirmó Él mismo. En Juan 5:27, dice: “[el Padre] también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre”. Pablo, en su predicación a los eruditos atenienses, dice: Dios “ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:31). El Padre le ha dado todo juicio a Él. Leamos el libro de Apocalipsis, veremos lo mismo de nuevo representado en sus símbolos y en la riqueza de su imaginería. El Señor de la Historia será el Juez de todo el mundo.

Esas son, entonces, las razones generales que da la Biblia por las que todas las personas deberían considerarle. ¡Considera a Jesús! ¡Mira a esta persona!


Apartes tomados de capítulo 22 del libro DIOS EL PADRE, DIOS EL HIJO de Dr. Martyn Lloyd-Jones

EL AMOR NOS TRANSFORMA - Jerry Bridges.


Un padre profundamente ngustiado estuvo sentado durante dos semanas en una UCI pediátrica, viendo cómo su hijo de tres años moría lentamente. Durante esas dos semanas leyó, curiosamente, un libro sobre el Evangelio. Más tarde, me escribió: “Quería decirte que el Evangelio es verdaderamente para la vida real”.
Me quedé perplejo con su afirmación. ¿Cómo pudo un libro sobre el Evangelio ayudar a este padre en esos momentos de profunda tragedia? Yo habría pensado que un libro acerca de la confianza en Dios en los momentos de adversidad le hubiera sido de mayor ayuda. Pero, ¿un libro sobre el Evangelio? ¿Cómo puede ayudar en un momento así? Estuve considerando esta pregunta durante varias semanas.