Versículo para hoy:

viernes, 22 de julio de 2016

Primogénito de entre los muertos - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Cuando Jesús dice Yo soy el Amén, Él está diciendo:

Programas de la serie

Tomado de Nancy Leigh DeMoss. Programa radial emitido Julio 22, 2016. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

LECTURAS VESPERTINAS – JULIO 22

“He aquí el hombre”. Juan 19:5.

SI hubo un lugar donde el Señor Jesús llegó a ser gozo y aliento para los suyos, fue aquel en que se sumergió más profundamente en las honduras del dolor. Venid aquí, almas bondadosas, y contemplad al Hombre en el jardín de Getsemaní; contemplad su corazón tan lleno de amor que se desborda, tan lleno de dolor que necesita desahogo. Contemplad su sudor de sangre mientras cae al suelo. Contemplad al Hombre mientras le hunden los clavos en sus manos y en sus pies. Mirad arrepentidos pecadores, y ved la doliente imagen de nuestro sufrido Señor. Observadle mientras las rojas gotas están en la corona de espinas y adorna con inapreciables joyas la diadema del Rey del sufrimiento. Contemplad al Hombre cuando todos sus huesos están descoyuntados y él escurrido como aguas y puesto en el polvo de la muerte. Dios lo ha desamparado y el infierno lo cerca. Mirad y ved, ¿hubo alguna vez un dolor igual al dolor que a él le ha venido? Todos los que pasáis, acercaos y mirad este espectáculo de dolor único, sin paralelo, un portento para hombres y ángeles, un prodigio sin par. Contemplad al Emperador del dolor que en sus agonías no tiene igual ni rival. Miradle, afligidos, pues si no hay consolación en el Cristo crucificado, no la hay ni en la tierra ni el cielo. Si en el precio del rescate que pagó con su sangre no hay esperanza, entonces tampoco hay gozo en las arpas del cielo y la diestra de Dios no conocerá placer jamás. Para no ser tan turbados con nuestras dudas y dolores sólo tenemos que sentarnos más a menudo al pie de la cruz. Sólo tenemos que ver sus dolores para avergonzarnos de mencionar los nuestros. Sólo tenemos que mirar sus heridas para sanar las nuestras. Si queremos vivir rectamente debemos contemplar su muerte; si queremos elevarnos, debemos meditar en su humillación y aflicción.


Charles Haddon Spurgeon.