Versículo para hoy:

sábado, 23 de julio de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – JULIO 23

“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7.

“LIMPIA”, dice el texto, no “limpiará”. Hay multitudes que piensan que el obtener perdón es asunto para el día de la muerte. ¡Oh cuán infinitamente mejor es tener limpieza ahora que depender de la simple posibilidad de obtener perdón cuando muera! Algunos piensan que un sentido de perdón sólo se puede obtener después de muchos años de experiencia cristiana. Pero el perdón de pecados es algo presente, un privilegio para hoy, un gozo para esta misma hora. El pecador es completamente perdonado en el mismo momento en que confía en Jesús. El texto, que está escrito en tiempo presente, indica también continuación. Ayer decía “limpia”; hoy dice “limpia”; mañana dirá “limpia”. Y siempre será así contigo, cristiano, hasta que cruces el río. Cada momento puedes acercarte a esta fuente, pues ella limpia todavía. Advierte, además, la perfección de esta limpieza: “La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado”, no sólo de pecado, sino de “todo pecado”. Lector, no puedo describirte la gran dulzura de esta palabra, pero ruego a Dios que el Espíritu Santo te la haga gustar. Muchos son nuestros pecados contra Dios. Ya sea grande o pequeña la cuenta, el mismo pago puede cancelarla completamente. La sangre de Jesús es un pago tan bendito y divino para las transgresiones del blasfemo Pedro como para los defectos del amoroso Juan. Nuestras iniquidades han desaparecido; han desaparecido todas de una vez y han desaparecido todas para siempre. ¡Bendita perfección! ¡Qué tema agradable para seguir pensando en él mientras nos entregamos al reposo! Jesús me limpia de los pecados contra Dios, de los pecados contra sus justas leyes, de los pecados contra su amor y su sangre, de los pecados contra su nombre y su causa, de los pecados inmensos como la mar. De todos ellos me limpia Jesús.

Charles Haddon Spurgeon.