Versículo para hoy:

lunes, 8 de octubre de 2018

Quebrantamiento en el matrimonio - Nancy DeMoss de Wolgemuth



OCTUBRE 8

“Nunca más te llamarán Desamparada”. Isaías 62:4.

Desamparada. Es una palabra triste. Suena como cuando las campanas tocan a muerto. Es el recuerdo de las penas más agudas, y la predicción de males espantosos. Un abismo de miseria se abre en esa palabra “desamparada”. ¡Desamparado por uno que dio su palabra! ¡Desamparado por un amigo a quien hemos probado muchas veces y en quien hemos confiado! ¡Desamparado por un pariente querido! ¡Desamparado por padre y madre! ¡Desamparado por todos! Esto sí que es pena, y sin embargo puede ser sufrida con paciencia si el Señor nos recoge.

¿Pero qué debe ser sentirse desamparado de Dios? Piensa en aquel grito el más amargo de todos: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” ¿Hemos gustado jamás en cualquier grado el ajenjo y la hiel de ser desamparados en ese sentido? Si así ha sido, roguemos a nuestro Señor que nos salve de una repetición de tan indecible dolor. ¡Oh, que tal oscuridad no vuelva jamás! Unos dijeron con malicia a un santo: “Dios lo ha dejado, perseguid y tomadle”. Pero eso siempre fue mentira. El amoroso favor del Señor hará que nuestros crueles enemigos se coman sus palabras, o a lo menos que guarden silencio.

Lo contrario de esto es la palabra excelente “Hephzibah”, “porque el amor de Jehová será en ti”. Esto cambia el lloro en danza. Los que soñaban que estaban desamparados oigan al Señor decir: “No te desampararé, ni te dejaré”.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.