Versículo para hoy:

domingo, 14 de junio de 2020

14 de junio - Las pruebas de Dios - Ray Stedman

Hombre Y El Perro, Campo, Perro, Hombre, Mascota

 

En este suceso vemos que Dios pone a prueba el corazón de Abram con el fin de determinar si es realmente un creyente circuncidado. Dios aparece de una manera tan corriente que Abram no es consciente de Su identidad. Yo he deseado durante mucho tiempo alguna clase de prueba que se pudiese usar en las escuelas bíblicas y en los seminarios para determinar el grado de madurez espiritual que han conseguido los estudiantes. Todas las pruebas que se vienen utilizando habitualmente revelan tan solo la cantidad de información que ha acumulado el estudiante. Hay muy poco que revele el verdadero logro espiritual de una vida.

A pesar de ello, aunque los humanos no han sido capaces de inventar una prueba así, Dios nos está constantemente sometiendo a prueba, y esas pruebas no suceden cuando hemos sido advertidos y estamos listos, porque cualquier persona podría pasar la prueba si así fuese. Si yo le digo a usted que le voy a hacer un examen para ver si es usted capaz de manifestar amor bajo presión, si puede usted controlar su genio cuando se siente irritado y si puede ser dulce cuando las cosas van mal, es posible que pasase usted la prueba sin el menor problema.

Pero Dios no nos prueba nunca de esta manera. Sus pruebas nos pillan por sorpresa, cuando estamos descuidados. Es cuando nos enfrentamos con alguna situación sencilla, acerca de la cual nadie está enterado, que aparecen realmente las pruebas en la vida. Cuando usted está en su casa relajado, suena el teléfono y se tiene que enfrentar con una llamada pidiendo ayuda o exigiendo una respuesta, y usted tenía planeado descansar y disfrutar toda la tarde, ¿qué sucede entonces? Esa es la prueba.

Cuando está usted en su casa ocupado, con las manos metidas en el agua para fregar los cacharros, y algo se está quemando en la cocina y la nevera acaba de dejar de funcionar y la pila está atrancada, y tiene usted dieciséis problemas diferentes en su mente, y su hijo pequeño se le acerca y le hace una pregunta que tiene poca importancia, ¿qué hace usted entonces? Esa es la prueba.

Cuando su vecina o su amiga está enferma y alguien tiene que cuidar de los niños, ¿qué hace usted? ¿Cuál es su reacción? Estas son las pruebas de Dios, y fue así como Dios puso a prueba a Abram.

¿No es este el significado de las palabras de Pablo en Romanos 12? “Por lo tanto, hermanos, os ruego… que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo” (Romanos 12:1a). Una cosa es estar presente en una reunión donde el Espíritu se está moviendo con evidente poder, y se hace un llamamiento para dedicar de nuevo su corazón y oímos las palabras: “Presentad vuestros cuerpos como sacrificio vivo al Señor”. Bajo el estrés o influencia de esa reunión es posible que digamos: “Aquí estoy, Señor. Te entrego mi vida a Ti”. Pero esta no es nunca la prueba. La prueba tiene lugar cuando sucede una situación en la vida diaria que le obliga a usted a enfrentarse con las preguntas: ¿Está mi cuerpo realmente disponible para Él y para hacer lo que Él desea que haga? ¿Estoy yo listo para responder a la necesidad del corazón humano que tengo justo delante de mí? ¿Estoy yo dispuesto a dar de mí mismo sin limitación alguna para hacer frente a la demanda repentina durante el curso de mi vida tan ocupada?

Padre, Tus pruebas han sido siempre diseñadas para fortalecerme y enseñarme. Te doy gracias porque con cada prueba tenemos Tus recursos que nos ayudan a soportarla.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

Nuestro Padre sabe que, para que Sus hijos tengan una fe robusta y firme, su fe debe ser sometida a prueba. ¿Estamos nosotros intentando alcanzar Sus objetivos? ¿Cómo estamos respondiendo ante las pruebas necesarias?

 



13 de junio - La vida circuncidada - Ray Stedman

3 Oraciones para aumentar tu lectura bíblica | Blog.bible

 

¡Qué cosa tan extraña es esta, literalmente cortar la carne como señal del señorío de Dios! Esta es la gran señal de los judíos, que forma parte del propósito de Dios como señal de Su posesión, de que eran instrumento de Dios que sería usado para bendición entre las naciones. Fue colocado en esa parte en particular del cuerpo para indicar que debían de estar físicamente apartados de las demás naciones. El mismo órgano por el cual se podía violar esa separación llevaba en sí la marca de la propiedad de Dios. Al leer el curso de la historia judía, vemos cómo esta marca, cuyo propósito era el ser una señal de humildad y servicio, ha sido pervertida, convirtiéndose en una marca de superioridad y favoritismo. Los que la llevaron comenzaron a considerar a otros como “perros gentiles” y a envanecerse de su propia rectitud y orgullosos de su supuesta posición favorecida ante Dios. Así el espíritu de antisemitismo que aflige al mundo hoy, nació del espíritu de anti-gentilismo que lo precedió y, como es natural, ninguna de las dos posturas es justificable.

Recordemos ahora que lo que era físico y literal para Abram tiene la intención de tener un significado espiritual para nosotros. En el Nuevo Testamento no leemos ya acerca de la circuncisión sino acerca del corazón, que es el símbolo del alma, la mente, las emociones y la voluntad, es decir, toda la personalidad. Todos los creyentes en Cristo deben tener en sus corazones la señal del señorío de Cristo. Toda la personalidad debe estar a su disposición.

Este es el significado de la circuncisión del corazón: Los corazones de los creyentes deben estar totalmente a disposición de Cristo para que Él los use conforme a Su voluntad, con todas sus emociones, su mente, su intelecto dedicados y disponibles, listos ante el mandato de Jesucristo para ser usados para Sus propósitos. Pablo dice a los filipenses: “Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne” (Filipenses 3:3). No debemos depender de ninguna manera de nosotros mismos sino totalmente de Él. Cada pensamiento, cada imaginación debe quedar cautiva en Cristo, que es la vida circuncidada. “Caminad, pues, ante mí y sed sinceros e irreprochables”. Esa será una vida de fruto, una vida que le complazca verdaderamente a Dios, porque todo ello tiene su origen en darnos cuenta de que el Dios que vive en nuestro interior es El Shaddai, el Dios que es suficiente.

Padre, es muy posible que yo dé la impresión de que te pertenezco totalmente, a pesar de lo cual sea bastante falso en lo que se refiere a ese ideal. Ayúdame a descubrir la gloria de la vida circuncidada.

 

 

 

Aplicación a la vida

 

Como personas que le pertenecemos a Cristo, se supone que debemos llevar de manera automática la señal de Su señorío en toda nuestra personalidad. ¿Estamos nosotros pensando y respondiendo como si Jesús estuviese vivo en nosotros?