Versículo para hoy:

sábado, 11 de junio de 2022

Junio 11 Acudiendo al lugar de Jesús - OSWALD CHAMBERS

"Venid a mí..." Mateo 11:28

Venid a mí donde cesan el pecado y la aflicción y empieza la canción del santo. ¿Verdaderamente quiero llegar a ese sitio? Puedo hacerlo ahora mismo. Es sorprendente que las preguntas importantes de la vida son pocas, y todas tienen respuesta en las palabras venid a mí. No "haz esto, o no hagas aquello", sino venid a mí. Si voy a Jesús, mi vida actual se pondrá de acuerdo con mis verdaderos deseos. Realmente voy a dejar de pecar y descubriré que, en mi vida, empieza el canto del Señor. 

¿Alguna vez has ido a Jesús? Mira la obstinación de tu corazón. Estás dispuesto a hacer cualquier cosa antes que el sencillo ven a mí. Si realmente quieres experimentar la victoria sobre el pecado, tienes que acudir a Jesús. Jesucristo se convirtió en la prueba que determina la autenticidad. Fíjate cómo usa la palabra venid. En los momentos menos esperados de tu vida se oye el susurro del Señor, venid a mí, e inmediatamente eres atraído hacia Él. El contacto personal con Jesús lo cambia todo. Sé lo bastante "tonto" como para acercarte y confiar en lo que El dice. La actitud de ir se manifiesta cuando tu voluntad decide abandonarlo todo y de manera consciente le confías todo a Él. 

"Y yo os haré descansar", es decir, "te sostendré". No dice: "Te pondré en la cama, te tomaré de la mano y te arrullaré hasta que te duermas", sino, "te haré levantar de la cama, te sacaré de la apatía y el cansancio y de sentirte medio muerto aunque estás vivo. Te infundiré el espíritu de vida y te sostendrás mediante la perfección de la actividad vital". ¡Sin embargo, asumimos una actitud de lástima y hablamos de "soportar la voluntad del Señor!" ¿Dónde se encuentran la majestuosa vitalidad y poder del Hijo de Dios en eso?

Junio 10 Lo mejor que puedes hacer después - OSWALD CHAMBERS

"Buscad y hallaréis" Lucas 11:9

Busca, si no has hallado. "Pedís, pero no recibís, porque pedís mal", Santiago 4:3. Si pides los bienes de esta vida y no los de Dios, pides mal, es decir, pides con un deseo de realización del yo. Cuanto más cumplas tus aspiraciones personales, menos buscarás a Dios. "Buscad y hallaréis". Ponte a trabajar y limita tu enfoque y tus intereses únicamente a esto. ¿Alguna vez has buscado a Dios de todo corazón, o tan solo le has dirigido un lánguido clamor después de alguna experiencia emocionalmente dolorosa? Busca, concéntrate y hallarás. 

"¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas!", Isaías 55:1. ¿Tienes sed, o eres indiferente a causa del orgullo que sientes por tus logros, estás tan satisfecho de tu experiencia que no deseas nada más de Dios. La experiencia es una puerta, no la meta final. Ten cuidado de fundamentar tu fe en la experiencia. Si lo haces, tu vida adquirirá un sonido metálico, es decir, el sonido de la crítica y la censura. Recuerda que nunca puedes darle a otra persona lo que encontraste, pero puedes hacer que eche de menos lo que tú tienes. 

"Llamad y se os abrirá", Lucas 11:9. "Acercaos a Dios" (ver Santiago 4:8-10). Golpeas: La puerta está cerrada y tu corazón palpita aceleradamente mientras tocas. Limpiad vuestras manos: Llamas un poco más fuerte y empiezas a comprender que estás sucio. Purificad vuestros corazones: Esto es aun más personal; ahora te encuentras extremadamente desesperado; estás dispuesto a hacer lo que sea. Afligíos: ¿Alguna vez te has sentido afligido delante de Dios debido a la condición de tu vida interior? En este punto no queda ni una hebra de autocompasión, sino el dolor desgarrador por el asombro de entender la clase de persona que realmente eres. Humillaos: Es humillante llamar a la puerta de Dios porque tienes que hacerlo en compañía del ladrón crucificado. "Pero, al que llama, se le abrirá", Lucas 11:10.