Versículo para hoy:

martes, 28 de agosto de 2018

Renovando Tu Mente - R.C. SPROUL




Retrato de una sierva efectiva, día 2 - Nancy DeMoss Wolgemuth



AGOSTO 28

“Yo a Dios clamaré; y Jehová me salvará”. Salmo 55:16.

Sí, tengo que orar. ¿Qué otra cosa puedo hacer? ¿Qué cosa mejor puedo hacer? Vendido, desamparado, afligido y engañado. ¡Oh, mi Señor, a ti clamaré! Mi Siclag está reducida a cenizas, los hombres hablan de apedrearme; pero he esforzado mi corazón en el Señor, que me sostendrá en esta prueba como me ha sostenido en tantas otras. Jehová me salvará; estoy cierto que lo hará y declaro mi fe.

El Señor y ningún otro me salvará. No deseo otro ayudador y no confiaría en un brazo de carne aunque pudiese. A Él clamaré por la noche, por la mañana y a mediodía y no clamaré a ningún otro, porque Él es el Dios todo suficiente.

No puedo imaginar cómo me salvará; pero sí que lo hará. Lo hará de la manera mejor y más segura, y en el sentido más amplio, más verdadero y más completo. El gran Yo Soy me sacará de esta prueba y de todas las pruebas futuras, tan ciertamente como Él vive; y cuando venga la muerte y todos los misterios de la eternidad vengan tras ella, todavía esto será verdad: “Jehová me salvará”. Esta será mi canción durante todo este día de primavera. ¿No es como una manzana madura del árbol de la vida? Comeré de ella. ¡Cuán dulce es a mi paladar!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

Retrato de una sierva efectiva, día 1 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



AGOSTO 27

“Hete escogido en horno de aflicción”. Isaías 48:10.

Por mucho tiempo este versículo ha sido el lema puesto a nuestra vista en la pared de nuestra habitación, y también de muchas maneras ha sido escrito en nuestro corazón. No es cosa despreciable ser escogido de Dios. La elección de Dios hace de hombres elegidos, hombres verdaderamente selectos. Es mejor ser predestinado de Dios que elegido de toda la nación. Tan eminente es este privilegio, que cualesquiera que sean las desventajas que lo acompañen, las aceptamos gozosamente, como el judío comió hierbas amargas por causa del Cordero Pascual. Nosotros escogemos el horno, puesto que Dios nos escoge en él.

Somos elegidos como un pueblo afligido, y no como un pueblo próspero, escogidos no en el palacio, sino en el horno. En el horno, la hermosura se desfigura, la forma se destruye, la fuerza se pierde, la gloria se consume, y sin embargo es aquí donde el amor eterno revela sus secretos y declara su elección. Así ha sido en nuestro caso. En tiempo de la prueba más dura, Dios ha hecho clara nuestra vocación y elección y nosotros la hemos hecho firme: entonces hemos escogido al Señor para ser nuestro Dios, y Él ha manifestado que ciertamente somos sus escogidos. Así que, si hoy el horno se enciende siete veces tanto de lo que suele estar, no lo temeremos porque el glorioso Hijo de Dios se paseará con nosotros entre carbones ardientes.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.