Versículo para hoy:

miércoles, 16 de agosto de 2017

No son palabras vacías - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Agosto 16. ¿Me conoce?

"A sus ovejas llama por nombre", Juan 10:3

Lamentablemente, ¿cuándo lo he interpretado mal a Él? (ver Juan 20:11-18). Es posible conocer toda la doctrina y, sin embargo, no conocer a Jesús. El alma de una persona está en grave peligro cuando el conocimiento de la doctrina supera a Jesucristo, evitando la comunión íntima con Él. ¿Por qué lloraba María Magdalena? Para ella la doctrina no significa más que la hierba que pisaba. Cualquier fariseo podría haberse mofado de ella por su doctrina, pero de lo que nunca se hubiera podido burlar era del hecho de que Jesús la había liberado de siete demonios (ver Lucas 8:2). Y, aun así, las bendiciones del Señor no eran en nada comparadas con el privilegio de conocerlo a ÉL. Dicho esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí; "pero no sabía que era Jesús... Él le dijo: ¡María!..." Tan pronto la llamó por su nombre, ella supo que tenía unas vivencias del pasado con Aquel que le había hablado. "Volviéndose ella le dijo: ¡Raboni! Que significa: “Maestro”".
¿Cuánto he dudado tercamente? (Juan 20:24-29). ¿He tenido alguna duda acerca de Jesús? ¿Tal vez con respecto a una experiencia de la cual otros dan testimonio, pero yo aun no he vivido? Le dijeron, pues, los otros discípulos: ¡Hemos visto al Señor! Sin embargo, Tomás dudó y dijo: "Si no veo... no creeré". Él necesitaba el toque personal de Jesús. No sabemos cuándo han de venir sus toques, pero cuando llegan son indescriptiblemente preciosos. Entonces, Tomás respondió y le dijo: "¡Señor mío y Dios mío!"
¿Cuándo lo he negado por egoísmo? (Juan 21:15-17). Pedro negó a Jesucristo con maldiciones y juramentos. A pesar de eso, después de la resurrección Jesús se le apareció a él únicamente. Lo restauró en privado y después frente a los demás. Y Pedro le dijo: "Señor... tú sabes que te quiero". ¿Tengo un historial personal con Jesucristo? La única señal cierta del discipulado es la comunión íntima con Él; un conocimiento de Jesús que nada puede conmover.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.