Versículo para hoy:

martes, 4 de abril de 2023

ABRIL 4 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". 2 Corintios 5.21

Acongojado cristiano, ¿por qué lloras? ¿Estás llorando tus propias corrupciones? Contempla a tu perfecto Señor, y recuerda que tú eres perfecto en Él. En la presencia de Dios eres tan perfecto como si nunca hubieses pecado; sí, más que eso: El Señor, nuestra Justicia, puso sobre ti un vestido divino, de modo que tú tienes más que la justicia humana: tienes la justicia de Dios. ¡Oh tú que lloras por el pecado innato y por la depravación! Recuerda que ninguno de tus pecados te pueden condenar. Tú has aprendido a odiar el pecado; pero has aprendido también a conocer que el pecado no es tuyo, pues fue puesto sobre la cabeza de Cristo.
Tu crédito no está en ti mismo, sino en Cristo.
Tu aceptación no está en ti mismo, sino en tu Señor.
Tú eres aceptado hoy con toda tu perversidad, como lo serás cuando estés delante de su trono, libre de toda corrupción. Yo te ruego que eches mano de esta preciosa verdad: perfección en Cristo, pues tú eres perfecto en Él.

Vestido con las vestiduras de tu Salvador, eres santo como él es santo. "¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó; quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros". Cristiano, regocíjese tu corazón, pues eres aceptado en el Amado. ¿Qué tienes que temer? ¡Que siempre haya en tu rostro una sonrisa! Vive cerca de tu Maestro; vive en los suburbios de la Ciudad Celestial, pues pronto, cuando tu tiempo se haya cumplido, subirás adonde está tu Jesús y reinarás a su diestra, como él ha vencido y está sentado a la diestra de su Padre.
Y todo esto porque Dios, "al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él".

ABRIL 3 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Y tomando a Jesús, lo llevaron". Juan 19.16

Jesús había estado toda la noche en agonía; había pasado la mañana en el atrio de Caifás y había sido llevado apresuradamente de Caifás a Pilatos, de Pilatos a Herodes y de Herodes otra vez a Pilatos. De modo que le quedaron pocas fuerzas, y sin embargo ni refrigerio ni reposo se le permitió. Ansiaban su sangre, y por eso lo sacaron para morir, cargado con la cruz. ¡Oh dolorosa procesión! Bien pudieron llorar las hijas de Salem.

¿Qué aprendemos aquí mientras vemos a nuestro bendito Señor sacado afuera? ¿No aprendemos la verdad de que fue presentado en figura por la víctima propiciatoria? ¿No llevaba el sumo sacerdote esa víctima, y ponía ambas manos sobre la cabeza, confesando los pecados del pueblo, para que así aquellos pecados fuesen puestos sobre el macho cabrío, quedando limpio el pueblo? Entonces el macho cabrío era llevado por un hombre al desierto, y quitaba así los pecados del pueblo; de modo que aunque los buscasen, no podrían ser hallados. Ahora nosotros vemos a Jesús llevado ante los sacerdotes y magistrados, quienes lo declaran culpable. Dios mismo le imputa nuestros pecados: "Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". "Él fue hecho pecado por nosotros". Y como sustituto nuestro, cargando sobre sus hombros nuestros pecados, vemos a la gran Víctima Propiciatoria llevada por los oficiales de la justicia.

Amado, ¿estás seguro de que Él llevó tus pecados? Al mirar sus hombros en la cruz, ¿están allí representados tus pecados?

Hay un medio por el que puedes decir si Él quitó o no tu pecado. ¿Has puesto tu mano sobre su cabeza, confesando tus pecados y confiando en Él? Entonces tus pecados no están más sobre ti. Han sido transferidos a Cristo por bendita imputación y Él los llevó sobre sus hombros como una carga más pesada que la cruz.