Versículo para hoy:

jueves, 7 de noviembre de 2019

¿Quién ha estado orando? - Nancy DeMoss de Wolgemuth



7 de noviembre – TÚ ELIGES

Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Lucas 16:13.

Ay, hombre inmundo, ¿cómo puedes soñar con la salvación cuando estás lleno de suciedad? ¿Qué? ¡Tú y tu ramera, miembros de Cristo! Ay, no conoces a mi puro y santo Salvador. Él recibe a los pecadores, pero rechaza a los que se deleitan en sus iniquidades. Para ser limpio de la culpa del pecado tienes que dejar de ser indulgente ante él. No puedes continuar en tus transgresiones y mantener tu salvación, esta es una presuposición licenciosa. Cristo vino para salvarnos de nuestros pecados, no para que estemos seguros mientras hacemos lo malo. La sangre que lava nuestras manchas también trae como consecuencia odio hacia aquellas cosas que provocaron esas manchas. Si no rechazamos el pecado, no recibiremos la salvación.

Ahora hablo con mucha franqueza sobre este tema, pero aquí hay algunos de corazón puro que no saben bien cuán claro debemos hablar para despertar ciertas conciencias, pues siento vergüenza al ver que año tras año algunos se deleitan en un pecado oculto y, no obstante, asisten con frecuencia a la casa de Dios. Tú pensarías al verlos allí que están convertidos o que pronto lo estarán pero, si los siguieras hasta su casa, te asombrarías de lo que verías. Ay, amantes del pecado, no se engañen a sí mismos pues, con toda seguridad, cosecharán lo que siembren. ¿Cómo puede reinar la gracia en ustedes si son esclavos de sus propias pasiones? ¿Cómo es posible, mientras estén anclados a un pecado oculto, que sean renacidos mediante la gracia a un estado de seguridad? Si no abandonas tu pecado, puedes abandonar toda esperanza de ir al cielo; si insistes en tu pecado, el infierno te atrapará para siempre. Quiera Dios librarnos a todos del amor al pecado, porque tal liberación es la salvación.

A través de la Biblia en un año: Jeremías 21-24

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.