Versículo para hoy:

domingo, 25 de febrero de 2018

Coloca la feminidad bíblica en el lugar correcto - Betsy Gómez



FEBRERO 25

“Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová”. Isaías 61:6.

Esta promesa, en su sentido literal dada a Israel, pertenece espiritualmente a toda la simiente según el Espíritu; es, a saber, a todos los creyentes. Si hacemos uso de nuestros privilegios, viviremos para Dios de una manera tan clara y distinta, que los hombres verán que somos puestos aparte para servicio santo, y nos llamarán sacerdotes de Jehová. Podemos trabajar, o negociar, como hacen otros, y sin embargo, podemos ser solamente y del todo, siervos que ministran a Dios. Nuestra única ocupación será la de presentar perpetuo sacrificio de oración, alabanza, testimonio y consagración personal al Dios vivo por Jesucristo.

Siendo este nuestro único propósito, podemos dejar las ocupaciones que perturban a los que no tienen otra vocación más elevada. “Deja a los muertos que entierren a sus muertos”. Está escrito: “Y estarán extranjeros y apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores”. Ellos pueden dirigir la política, desenredar problemas financieros, discutir la ciencia y resolver las últimas y nuevas cuestiones de la crítica; pero nosotros nos daremos a tal servicio que conviene a los que, como el Señor Jesús, son consagrados a un sacerdocio perpetuo.

Aceptando esta grande promesa como implicando un deber sagrado, pongámonos nuestros vestidos de santidad y sirvamos delante del Señor todo el día.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.